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Un nuevo decreto regulará las viviendas de uso turístico de la CAV para que no haya «fraude»

Los establecimientos deberán llevar un distintivo en la entrada «como garantía de legalidad». Según ha regulado Lakua, las comunidades podrán decidir, por unanimidad, la imposibilidad de que haya una vivienda turística en el bloque. Estas, además, deberán tener un mínimo de metros según el número de personas que en ella se hospeden.


El consejero de Turismo, Comercio y Consumo Alfredo Retortillo y la directora de Turismo y Hostelería Maider Etxebarria presentaron ayer en Donostia un nuevo decreto que regulará en la CAV las viviendas de uso turístico. Según afirmaron, este dotará de seguridad jurídica y transparencia tanto al sector como a los usuarios.

Retortillo explicó que las medidas contempladas en el decreto buscan «defender los derechos de los propietarios inscritos legalmente, así como los de los vecinos y usuarios» de las 2.200 viviendas de uso turístico registradas actualmente en la CAV. Aseguró, a su vez, que no van a permitir «fraude, ni ninguna actividad clandestina» en el sector, y anunció la incorporación de un refuerzo de diez personas en el servicio de inspección.

El nuevo decreto, que entrará en vigor en cuanto se publique en el Boletín Oficial de la CAV, contempla formularios para «sistematizar y ordenar» procedimientos administrativos de inicio, cambio o cese de esta actividad así como la obligatoriedad de que las viviendas turísticas lleven un distintivo en la entrada «como garantía de legalidad para usuarios y vecinos», manifestaron.

El texto también recoge que las comunidades de vecinos podrán decidir, por unanimidad, la imposibilidad de que haya viviendas turísticas en un edificio, la obligatoriedad por parte de los usuarios de respetar el descanso del vecindario, así como aspectos relativos a la «calidad» del servicio prestado como un número de metros cuadrados de superficie mínimo en función de las plazas ofertadas o seguro de responsabilidad civil que cubra a los usuarios.

Una vivienda turística para una persona deberá disponer como mínimo de 25 metros cuadrados útiles de superficie, las de dos ocupantes disponer de 33 metros cuadrados útiles de superficie y las de tres o más plazas contar, como mínimo, con 15 metros cuadrados útiles de superficie por persona.

También se menciona la obligatoriedad de incorporar el número de registro de la vivienda de uso turístico en toda la promoción que se realice de la misma, por ejemplo, en plataformas online, tanto para el que la oferta como para quien la promociona, con el fin de «hacer más transparente» esta actividad. Por otra parte, se efectuará un control fiscal de la actividad en colaboración con las haciendas forales.

El consejero apuntó que el objetivo principal del decreto es «establecer seguridad jurídica» en torno a esta actividad, tanto para los usuarios como para las viviendas de uso turístico.

Algunas ya han cerrado

Etxebarria, por su parte, indicó que en Araba hay 105 viviendas de este tipo, de las cuales 56 están en Gasteiz. El Ayuntamiento de la capital alavesa está trabajando en el cambio de normativa urbanística.

En Bizkaia existen ahora mismo 550 viviendas registradas, de las cuales 230 están en Bilbo. Hasta el momento se han dado de baja 272, en muchos casos por los informes remitidos por el Ayuntamiento, ya que, según indicó, se viene trabajando conjuntamente con los consistorios.

Por último, Gipuzkoa, que cuenta con 1.600 viviendas registradas, de ellas 1.200 en Donostia, donde hasta la fecha se han dado de baja 250 viviendas. En la ciudad se está a la espera de los informes del Ayuntamiento sobre las 656 comunicaciones previas de viviendas de uso turístico resultantes del sorteo llevado a cabo el pasado mes de mayo entre todas las presentadas.

La nueva ordenanza municipal no permite la continuidad de ciertos establecimientos, especialmente en la Parte Vieja. Por otro lado, permiten la apertura de establecimientos que sigan lo acordado. Precisamente, es en este barrio donde se ha inaugurado un nuevo hotel rehabilitando un edificio antiguo municipal que estaba vacío y adquirido por el grupo Sade.