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Duque quiere cambiar lo pactado con las FARC y pone condiciones al ELN

El uribismo ha regresado a la Presidencia de Colombia. En el acto de investidura Iván Duque trató de mostrar su cara más amable, mientras el presidente del Senado, también del Centro Democrático, levantó ampollas con su discurso. Duque se toma 30 días para evaluar el proceso con el ELN y prepara ya los cambios a los acuerdos con las FARC-EP.


Iván Duque, del Centro Democrático, es desde el martes el presidente más joven de Colombia a sus 42 años. Acompañado por su esposa y sus tres hijos, juró su cargo en una ceremonia protagonizada por los fuertes vientos, por el terremoto de 5,8 grados que se sintió en varias ciudades del país, entre ellas la capital, y por la tormenta política que generó el incendiario discurso del presidente del Senado, Ernesto Macías, también del Centro Democrático.

Al acto de investidura en la céntrica Plaza de Bolívar asistieron unos 5.000 invitados, diez jefes de Estado, exmandatarios, diplomáticos y congresistas. Aunque alejado de la tarima principal, el expresidente y senador Álvaro Uribe fue uno de los protagonistas centrales de la jornada. Los aplausos más entusiastas se escucharon cuando al inicio de su polémica intervención Macías elogió públicamente el legado político de Uribe.

«Permítanme en este solemne acto rendirle el más sentido homenaje al expresidente Álvaro Uribe por su grandeza. Es oportuno hacerle un reconocimiento por haber salvado a Colombia de la inviabilidad: porque si bien es cierto que en 2010 no dejó el país convertido en un paraíso, sí lo entregó recuperado y con buenas tendencias. Por ello, siento la obligación de rendirle un tributo de admiración por su amor a Colombia y expresarle nuestros sentimientos de gratitud por seguir entregando su vida a los más caros intereses de la Patria. Estoy seguro de que millones de colombianos quieren decirle a usted muchas gracias presidente Uribe», exclamó Macías, para quien «en lo social, en lo económico y en lo institucional, Duque recibe un país atemorizado porque regresaron los crímenes contra uniformados de la Fuerza Pública, reaparecieron los secuestros y creció la extorsión, así como organizaciones criminales como el ELN, el EPL, las disfrazadas disidencias de las FARC y las Bacrim. Grupos terroristas que se financian con el narcotráfico y la minería ilegal».

«No ha habido un conflicto»

Negó que en Colombia haya existido «una guerra o un conflicto armado, sino una amenaza terrorista contra el Estado», y pidió a Duque hacer «relevos en la cúpula» de las Fuerzas Armadas y «generar un cambio en la mentalidad de los nuevos comandantes para recuperar la seguridad y la tranquilidad».

Sus palabras provocaron la salida de varios congresistas y fuertes críticas en las redes sociales. «Me retiro del acto protocolario porque no pude aguantar el inapropiado y agresivo discurso del senador Macías. Lamento mucho no poder oír el discurso del presidente. Lo haré por televisión», escribió el exnegociador Roy Barreras.

La senadora de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) Victoria Sandino también se ausentó. «Como senadora de la paz no puedo estar en un espacio donde se manipula el discurso, se le miente al país y se amenaza la construcción de la paz», subrayó en Twitter.

Desde la Unión Patriótica, la senadora Aída Avella calificó el discurso de Macías como «una declaración de guerra». Cerca de 5.000 militantes de este partido, entre ellos candidatos presidenciales, alcaldes y electos, fueron exterminados.

El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince se sumó a las críticas en una serie de tuits.

El «gran pacto» de Duque

A Duque le correspondió recuperar el equilibrio en el discurso. Como ya hiciera en su primera aparición pública tras conocerse su victoria en la segunda vuelta presidencial del 17 de junio, trató de marcar distancias respecto a la línea más dura de su partido. Se afanó en mostrar su cara más conciliadora asegurando estar dispuesto a «gobernar libre de odios, de revanchas, de mezquindades» y ofreció un «gran pacto».

«Los invito a que todos construyamos un gran pacto por Colombia, a que construyamos país y futuro y a que por encima de las diferencias estén las cosas que nos unen», manifestó.

«No dejemos que el odio interfiera en este propósito, no dejemos que nada nos distraiga del camino de la unión. No más divisiones de izquierda y derecha: somos Colombia, no más falsas divisiones entre neoliberales y socialistas: somos Colombia», insistió, mientras su mentor político tuiteaba el agresivo anuncio que el mismo día de la investidura publicó el Centro Democrático en uno de los rotativos de mayor difusión en Colombia bajo el título de «La herencia de Santos».

Por la mañana, Uribe divulgó un vídeo de sí mismo con duras críticas hacia Santos, afirmando que «consiguió gobernabilidad pagada con corrupción y con derroche, no consiguió gobernabilidad con respaldo».

El nuevo inquilino de Casa de Nariño también fijó posiciones con respecto a la implementación de los acuerdos de La Habana con las FARC-EP y el futuro de los diálogos con el ELN.

Con la Iglesia y la ONU

Adelantó que trabajará para que «el narcotráfico y el secuestro no sean –considerados– delitos conexos al delito político» y que «corregirán fallas estructurales». «Ha llegado el momento de evitar que los grupos armados ilegales que secuestran y trafican drogas pretendan ganar beneficios mimetizando sus delitos con causas ideológicas».

A las víctimas les prometió que habrá «reparación moral, material y económica por parte de sus victimarios». «Por respeto a Colombia y por el mandato ciudadano que recibimos, desplegaremos correctivos para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no repetición (...) No serán agredidas con la impunidad».

Dijo creer en «la desmovilización, el desarme y la reinserción de la base guerrillera, porque muchos de ellos fueron reclutados forzosamente».

Entre las modificaciones que el Centro Democrático desea impulsar está la de restringir la participación política de quienes lideraron las FARC-EP e impedir que, en virtud de lo firmado en noviembre de 2016, sigan ocupando diez escaños en las dos cámaras del Congreso.

En cuanto a los diálogos con el ELN –en este momento en receso–, afirmó que durante los primeros 30 días de su Gobierno harán «una evaluación responsable, prudente y completa del proceso de conversaciones».

Para ello, se reunirá con la ONU, la Iglesia católica –que juega un papel importante en este proceso– y los países garantes.

Puso tres condiciones: un cese al fuego total, verificación internacional y tiempos definidos. «Queremos avanzar pero el pueblo no tolerará que la violencia sea legitimada como medio de presión al Estado», remarcó.

 

Beltrán reitera que seguirán en la mesa

El jefe negociador del ELN, Pablo Beltrán, reiteró la disposición de la guerrilla a dialogar con el Gobierno de Duque y a mantenerse en la mesa. «Tenemos la instrucción de mantener la disponibilidad del ELN para proseguir y avanzar en la agenda convenida», remarcó en declaraciones a Canal City. Sobre las retenciones, reveló que la guerrilla mostró su intención de «dejar de hacer privaciones de libertad y preguntamos si la comunidad internacional nos podía dar algunas finanzas».

En la entrevista del pasado mes de julio con GARA, el primer comandante del ELN, Nicolás Rodríguez Bautista, remarcó que «este diálogo se da entre enemigos sin que haya vencidos ni vencedores. Buscar la paz es el objetivo y lo asumimos con entereza con el Gobierno Santos y lo haremos con el de Duque». Advirtió de que no aceptarán «dialogar bajo condiciones que violentan la existencia de dos partes que deben sentarse a dialogar sin condiciones». «En estos años de diálogos con el Gobierno de Santos se pactó una agenda, una hoja de ruta para alcanzar la paz; ese es el acumulado que el ELN coloca a disposición del Gobierno de Duque para continuar. Ese proceso está allí y ahora no se puede caer en improvisaciones; claro, no descartamos que puedan ajustarse asuntos puntuales, por eso es que se necesita continuar el diálogo con el Gobierno entrante y nuestra delegación de diálogo está en esa disposición».A. L.