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Gernika presenta lo mejor del agro de Bizkaia «en una cosecha para olvidar»

Gernika será mañana lugar de cita inexcusable para decenas de miles de personas, dispuestas a disfrutar de una jornada festiva en la que la villa foral se convierte en el mejor escaparate del agro de Bizkaia. No ha sido un buen año para la horticultura, según los productores, que esperan que las ventas les ayuden en algo.


El Último Lunes de Gernika está subrayado en rojo en muchos calendarios, no es para menos viendo las características de la feria que año tras año reúne a decenas de miles de personas en las calles de la villa. Para muchas no será un hándicap la previsión meteorológica, ya que no hay lluvia que no se remedie con un buen paraguas y también están aquellos a quienes interesa más el ambiente festivo vespertino y nocturno, cuando está previsto que amaine.

La intención de los organizadores es que se igualen o superen las más de 80.000 personas que acudieron el año pasado. Lo mejor del agro vasco estará expuesto en los 333 puestos. Los más numerosos serán los ocupados por los quesos (52) que se ubicarán en su mayoría en la calle San Juan mientras el medio centenar de artesanía se emplazarán en Pasaleku. Los expositores de hortalizas (45), txakoli (19) y sidra (6) lo harán en la calle Juan Calzada.

En Artekale, Industria, Domingo Alegría, San Juan Ibarra, Ferial y parking de Santa Ana se desplegarán los puestos de pan y pastel vasco (42), conservas (13), maquinaria (16), frutas (8), miel (4), rosquillas (5), patés (7), lácteos (4) y actividades varias (16). Siete txosnas se emplazarán en la plaza de los Fueros, Industria, Saraspe, Alhóndiga, San Juan Ibarra y Juan Calzada. Una de las novedades es destinar una zona en la plaza San Juan Ibarra para colectivos del ámbito social, como Eusti Gogor, que busca apoyo para tratar enfermedades raras, o las ikastolas.

La feria, como es habitual, se abrirá a las 9.00 hasta que los expositores logren vender toda su mercancía disponible. Es lo que pretenden productores como el xemeinarra Alejandro Arrieta, que se dedica en el baserri Xemeingein a la horticultura ecológica, que acude desde hace más de quince años al Último Lunes de Gernika. Lleva la última semana seleccionando parte del género que pretende vender mañana, dejando para el final lo fresco. «Voy metiendo un montón de horas para preparar», manifestó ayer al mediodía en plena faena.

«La verdura se vende poco»

No ha habido una buena cosecha, confiesan muchos baserritarras y Arrieta no es la excepción a este respecto. «Ha sido un año como para borrar. Un desastre, muy malo», lamenta. Es el caso de productos como patata, cebolla, tomate o lechuga, al contrario que el pimiento en general, con buenos resultados, al igual que la alubia pinta, negra y blanca.

Es consciente de que no puede incrementar los precios en exceso. «Si subes mucho, no vendes», asegura Alejandro Arrieta, por lo que lo hará «un poco» para tratar de salvar la «pérdida gorda» que ha tenido. Tiene clientes habituales en esta cita, como en otras ferias a las que acude. «La verdura se vende poco», se queja el xemeinarra, quien añade que «Gernika es paseíllo, fiesta, talo, queso, sidra y txakoli». «Te quedas con la sensación de mono de feria», añade con sorna.

Confía en que mañana haga buena venta, ya que hace años que la organización no da una dieta a los productores por asistir. «Te juegas mucho», subraya.

Estarán en la feria, como lo hacen todos los lunes en el mercado semanal y en otras citas similares, los productos lácteos de la cooperativa Bizkaigane de Errigoiti, con una andadura de 30 años. Ubicada en el barrio de Larragan, las ocho personas que trabajan en ella –tres a tiempo parcial– se dedican a la agricultura y ganadería ecológica. Con este modelo quieren contribuir a la soberanía alimentaria.

Los integrantes de Bizkaigane controlan desde la producción hasta la transformación y la venta, consiguiendo que «el precio sea justo para el proyecto y las personas consumidoras». Para ellos, precisan, «la base es la venta semanal habitual» a la que suman esas incursiones en ferias de Busturialdea y Uribe Butroe, además de comercializar sus productos en tiendas, entre algunos particulares y a través de grupos de consumo.

Xabier Arriaga, uno de sus componentes, explica que mañana venderán en su puesto de Artekale queso curado de vaca y oveja, yogur natural de vaca, leche cruda del día embolsada, así como queso fresco y de untar.

Calidad certificada

La calidad de los productos que se venden en el Último Lunes de Gernika está asegurada ya que solo participan los baserritarra que están inscritos en el registro foral de explotaciones, además del control que se lleva a cabo. La organización –a cargo del Consistorio y BBK– otorgará premio por valor de más de 3.000 euros a las mejores hortalizas, frutas, plantas ornamentales, txakoli, miel y queso.

El jurado estará compuesto por técnicos contrastados del agro vasco junto con los enólogos Ana Martín y Mikel Garaizabal. Asimismo, en la cata de quesos tomarán parte reputados profesionales de los fogones como son Aitor Elizegi, del restaurante Bascook; Beñat Ormaetxea, del Jaureguibarria; Daniel Garcia, del Zortziko; Iñigo Ordorika y Neskutz Aranzabal, del Zallo Barri; Javier Gartzia, del Boroa; Mikel Población; Ricardo Pérez, del Yandiola; Sergio Ortiz De Zarate, del Zarate; Txemi Arrizabalaga, del Aisia; y Zigor Iturrieta, del Txoriene.

A partir de las 13.30, se entregarán los premios del concurso agrícola frente a la fuente de Mercurio. Como aperitivo, al mediodía, habrá bertsolaris con Andoni Egaña, Sebastian Lizazo y Oihana Iguaran.

 

La subasta de los quesos ganadores no pierde fuelle

La subasta del medio queso ganador del concurso, más bien el precio por el que se adjudica, es sin duda la noticia que cada año tiene más proyección fuera de Euskal Herria. En 2017, por ejemplo, Bodegas Ramón Bilbao se hizo con la media pieza de la quesería Haizpea de Olabarria por 6.500 euros, que fueron a parar a la Residencia Calzada.

El incombustible José Antonio Bastegieta «Marko» es el maestro de ceremonias en un acto que concita el interés de cientos de personas. La fluctuación de precios es destacable. Así, en plena crisis, en 2010, Ángel Velo, del restaurante Taskas del barrio mungiarra de Billela, pujó hasta los 7.700 euros por un queso de Aranburu Elkartea de Idiazabal. En 2016, Xaibor Disko Festa abonó 5.100 euros por los dos primeros premios; un año antes, el restaurante Mendata Berria de Bilbo desembolsó 7.500 por el queso de Mauxitxa de Elgoibar. Ese mismo local se quedó por 6.700 euros con el de Haizpea, de Olaberria, en 2013. En 2011, otro restaurante, Katxi de Morga, pujó hasta los 6.200 euros. Un año después, fue a parar a la despensa del Kamiñoko de Mungia, por 5.700. A.G.