Riad ve «histeria» tras la muerte de Khashoggi y descarta la extradición
El ministro de Exteriores de Arabia Saudí, Adel al-Yubeir, se quejó ayer de que la respuesta internacional por la muerte del periodista Jamal Khashoggi hace tres semanas en el consulado saudí de Estambul, ha sido «histérica» al culpar a Riad antes de que concluya la investigación, y rechazó explícitamente la petición de extradición de los sospechosos realizada por Turquía al subrayar que serán juzgados en Arabia Saudí.
Adel al-Yubeir reiteró que su país ha dejado «muy claro» que investigará la muerte del periodista saudí Jamal Khashoggi en el consulado , que compartirá los resultados de las pesquisas y que castigará a los responsables «para asegurar que esto no ocurre de nuevo». Por eso, criticó que «el asunto se ha convertido en histérico. La gente está culpando a Arabia Saudí antes de completar la investigación».
En su intervención en el foro Diálogo Manama, organizado por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) en Barhein, el ministro saudí de Exteriores dijo que «hemos dejado muy claro que tendremos una investigación completa y transparente, cuyos resultados serán divulgados. Hemos dejado muy claro que los que sean responsables rendirán cuentas. Y hemos dejado muy claro que adoptaremos mecanismos para que esto no ocurra de nuevo».
Al-Yubeir rechazó explícitamente que su Gobierno vaya a extraditar a los 18 sospechosos detenidos por la muerte de Khashoggi. «Los individuos son de Arabia Saudí, están detenidos en Arabia Saudí y serán procesados en Arabia Saudí», sostuvo.
La Fiscalía de Estambul remitió el viernes una solicitud formal de extradición de los 18 implicados al Ministerio turco de Exteriores, para que este lo haga llegar a de Riad. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, también pidió la extradición de los 18 sospechosos, tres de los cuales llegaron a Estambul un día antes del crimen, y los otros quince el 2 de octubre, cuando Khashoggi desapareció en el consulado de su país.
La Fiscalía General de Arabia Saudí reconoció el jueves que la muerte de Khashoggi, ocurrida el 2 de octubre, fue un «asesinato premeditado», basándose en los datos que le han transmitido los investigadores turcos.
Las autoridades saudíes han cambiado de versión varias veces, al principio sostuvieron que el periodista salió del consulado vivo y solo reconocieron su muerte hace una semana, aunque la atribuyeron a una pelea.
En respuesta, EEUU y Gran Bretaña revocarom los visados de los sospechosos y Alemania anunció una suspensión de la venta de armas a Riad. La Eurocámara pidió a los gobiernos del bloque imponer un embargo conjunto a la exportación de material bélico, lo que Emmanuel Macron tildó de «demagogia», aunque ayer abogó por sanciones europeas que no se limiten a la venta de armas.
Mattis advierte de las consecuencias en la seguridad regional
El secretario estadounidense de Defensa, Jim Mattis, advirtió a Riad de que la muerte de Jamal Khashoggi socava la seguridad en la región y a la «confianza» y al «respeto» de EEUU por su aliado saudí.
Jim Mattis, que participó en una conferencia regional de seguridad en Barhein, fronterizo con Arabia Saudí, señaló que «cuando las voces de la oposición pueden hacerse oír» una «nación se vuelve más segura». «Si se tiene en cuenta que la paz y un compromiso inquebrantable con los derechos humanos forman parte de nuestro interés colectivo, el asesinato de Jamal Khashoggi en una sede diplomática debe preocuparnos a todos», dijo Mattis.
«Cuando una nación deja de respetar las leyes internacionales debilita la estabilidad regional en el momento en que s más necesaria», agregó el jefe del Pentágono, que hasta ahora se había mostrado muy discreto.
Tras insistir sobre la «gravedad de la situación», Mattis recordó que EEUU ha revocado los visados de varios sospechosos y que tomará «otras medidas según se vaya aclarando la situación», y sostuvo que la confianza y la transparencia son «dos principios vitales para asegurar la continuación de [nuestra] colaboración».
El «caso Khashoggi» dominó los debates de la conferencia en Manama, donde el ministro saudí de Exteriores, Adel al-Yubeir, escuchó las críticas de EEUU y Alemania.GARA