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Celes Álvarez fallece tras 38 años de lucha por esclarecer la desaparición de su hijo ‘Naparra’

Celes Álvarez, madre de Jose Miguel Etxeberria ‘Naparra’, ha fallecido hoy en Iruñea sin poder culminar su lucha por esclarecer su desaparición, producida en junio de 1980 y reivindicada por el BVE. Queda como símbolo de la denuncia de la guerra sucia y la impunidad. En 2014 envió un emotivo vídeo a la ONU, que admitió este caso como «desaparición forzada». El velatorio se ha instalado en el tanatorio Irache de la capital navarra. 

Celes Álvarez, en una comparecencia en 2016. (Juan Carlos RUIZ/FOKU)

Cuerpo menudo pero espíritu grande, puro nervio, la madre de Jose Miguel Etxeberria ‘Naparra’, Celes Álvarez, ha fallecido hoy después de 38 años marcados por un objetivo: esclarecer la desaparición de su hijo, militante de los Comandos Autonónos Anticapitalistas, y hallar sus restos. Ocurre justo en el momento en que se espera lograr una nueva operación de búsqueda en Las Landas tras el intento frustrado de abril de 2017. Aquel fue el último revés para esta navarra indomable que tocó todas las puertas, incluida la de la ONU en 2014, en una lucha todavía inacabada. Hace doce años murió también su marido, Patxi Etxeberria, y el testigo pasa ahora a otra generación representada por Eneko, hermano de Jose Miguel.

Aquel vídeo remitido a la Comisión de Desapariciones Forzadas de la ONU refleja el sufrimiento de Celes Álvarez, pero también su firme determinación. En él agradece a Naciones Unidas que estuvieran «atendiendo y escuchando» a la familia de «Naparra», tras la apelación del colectivo Egiari Zor, y deseaba que «las recomendaciones que habéis dirigido al Gobierno francés y español no caigan en saco roto». El caso fue admitido finalmente como desaparición forzada y por tanto como crimen imprescriptible en opinión de Naciones Unidas.

Posteriormente apareció el testimonio de una persona de los aparatos del Estado vinculada a la guerra sucia que ha situado el cadáver de Naparra en una zona concreta de Las Landas, pero sin haberse logrado aún hallar los restos.

En entrevista a GARA en 2014, Álvarez afirmaba no haber perdido nunca la esperanza. Y añadía: «Tener un hijo en la cárcel, o incluso muerto, es muy duro, pero no saber dónde está... No tener el cuerpo... parece como si Jose Miguel no hubiera existido». Cada mes de junio, aniversario de la desaparición, Celes Álvarez participaba en el acto de recuerdo celebrado en el baserri familiar de Lizartza. Allá donde esté, seguro seguirá alentando la búsqueda y clamando por un caso que no puede caer en el olvido.