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San Mamés se queda plano

Un gol de los vallisoletanos en el descuento ensombrece el penalti de genio de Aduriz, que le daba al equipo una victoria reparadora.


ATHLETIC 1

VALLADOLID 1

 

La probabilidad de morir por la caída de un rayo es de una entre 10 millones; la de que te toque la Lotería de Navidad, una entre 31. Seguramente por eso, en días como ayer, salvo a muchos athleticzales de Laudio o de Gernika, para quienes la esquiva fortuna de las angelicales voces de San Ildefonso esta vez no lo fue tanto, y sabedores de que entre el resto de desgraciados no todos gozan de salud, trabajo o amor, en días como el de ayer, repito, solo nos quedaba el Athletic. Y la probabilidad de que te empaten un partido en el minuto 92 de partido es... Iago Herrerín golpeaba el poste, Yuri hacía lo propio sobre el césped. Menudo jarro de agua fría anoche en San Mamés cuando todos festejaban una victoria y más de uno hacía chistes con aquello de «Hola, soy Adu, feliz Navidad». Y cuando nadie lo esperaba, en el descuento, aquella fortuna, la que cayó de lado el día del Girona, ante el Valladolid cayó de cruz. Última jugada, extraña como pocas, Dani García, uno de los mejores, que para evitar un córner se saca un taconazo a un rival, rebotes y &bs;Óscar Plano que fusila a la red ante un San Mamés mudo, tieso, plano. Una victoria que se escapa y que refrendan las palabras de Gaizka Garitano sobre que esto no va a ser cosa de una, ni dos, ni tres semanas. Que esto va a ser pico y pala. Porque si en Primera es difícil ganar un partido, ayer se vio también lo difícil que es marcar un gol. Al Athletic le costó mucho ponerse por delante y al Valladolid nada igualarlo.

Tocaba remangarse y seguirá tocando hacerlo. Esto no va a ser fácil, ni siquiera aunque el equipo muestre más empaque, sea más difícil batirle, conceda menos, pero le sigue costando un triunfo hacer goles, algo que no parece vaya a cambiar con Garitano. El Athletic cierra 2018 con solo 7 victorias en Liga, la cifra más baja de su historia. Nunca había bajado de 10. Y esa inercia negativa no se cambia de la noche a la mañana. El punto cosechado ayer saca al Athletic del descenso, pero no del apuro. Tocará seguir en el alambre.

Un duelo ayer de necesidades para los leones. De oportunidad a la postre perdida. En un partido nada fácil, sin apenas ocasiones claras por parte de ninguno, un Athletic que llevó la iniciativa ante un Valladolid muy replegado, y ese tramo final del duelo en el que los rojiblancos volvieron a no saber defender la ventaja que tanto sacrificio les había costado lograr. Lo hemos visto muchas veces esa temporada. Demasiadas. Y ayer se volvió a repetir. En cuanto el rival apretó el acelerador, los de Garitano dieron varios pasos atrás y se cumplieron los peores presagios. Ese gol de Óscar Plano en el descuento que dejó a San Mamés eso, plano.

Ese gol quitó protagonismo y trascendencia al gol desde los once metros de Aduriz. César Luis Menotti decía que «un gol es un pase a la red». Aduriz le dio sentido a sus palabras. El ariete batió a Enric Masip sin carrerilla y apenas armando la pierna con un disparo suave junto al palo cuando el meta catalán seguro que esperaba que su rival cogiese un mayor impulso y se tomase más tiempo para la ejecución de la falta máxima por clara mano de Keko Gontán a remate de Iker Muniain tras un centro desde la derecha de Ander Capa. El corazón se le volvió a parar a San Mamés, como el día del Girona, mientras la leyenda de este futbolista se agranda. Decía don Santiago Bernabéu que no hay jugadores jóvenes ni viejos, sino buenos y malos. Y luego están los otros como Aduriz. Leyenda.

Ese tanto premió una primera parte rojiblanca en la que sin llegada, con muchas dificultades para profundizar, los leones dominaron a un rival que esperaba muy atrás y dejó a Iago Herrerín inédito, su área baldía. Aunque tampoco es que Masip tuviera excesivo trabajo, más allá de las arrancadas de un Capa enorme físicamente, que protagonizó además el único disparo entre los palos de los locales. Ese y el golazo de Aduriz sobre la bocina de la primera mitad. Con las novedades de Muniain y Williams en los locales, arrancó el partido sin apenas ritmo y con pocas cosas que contar en el primer cuarto de hora. Insistió el Athletic, aunque sin éxito ni más peligro que una jugada de Williams en fuera de juego y un remate a la media vuelta al lateral de la red de Raúl después de Iñigo Martínez devolviese al área pequeña una falta muy pasada de Beñat hacia el central de Ondarroa.

Menos aún amenazó el Valladolid en toda la primera parte, que solo en un fuera de juego de Unal y en una acción a balón parado que no llegó ni a ser rematada inquietó a la numerosa parroquia bilbaina. Dos jugadas irrelevantes, aún siendo las únicas del conjunto blanquivioleta. Pero cuando parecía que llegaba al descanso sin mayores merecimientos de ninguno de los dos equipos, llegó el penalti con el que Aduriz abrió brillantemente el marcador. Una mano de Keko a remate de Muniain que ratificó el VAR como falta máxima.

Con ventaja, salió mejor el Valladolid tras el descanso, aunque tardó mucho en gozar de su primera oportunidad para marcar. Fue en el minuto 63 en un fuerte disparo de Oscar Plano desde la frontal, a dejada de Unal, que dio en el palo izquierdo de la meta de Herrerín antes de salir por la línea de fondo. De ahí al final, nada o casi nada en ninguno de las dos porterías, salvo que el Valladolid fue yendo a más, metiendo el miedo en el cuerpo ante un Athletic cada vez más defensivo, desgastado de tanto trabajo físico, ese mismo que quizá a Dani García le jugó una mala pasada, y que al final vio cómo todo ese mérito acumulado se le fue por la borda. No fue un partido brillante ni mucho menos por parte de ninguno de los dos. Al revés, un duelo de esos de pico y pala, de los que le esperan en adelante a este Athletic al que nada ni nadie se lo va a poner fácil. Se vio ayer, cuesta un mundo ganar. Pero no queda otra sino que creer, el propio equipo y un San Mamés que estuvo entregado a los suyos y así deberá ser de aquí a final de la temporada.

 

«Es un día jodido porque estaba ganado»

Gaizka Garitano lamentó profundamente del empate encajado en el descuento. «Es una pena, teníamos el partido prácticamente ganado y en esa jugada desgraciada se nos ha ido la victoria», se resignó el de Derio. «No hemos matado el partido, con todas las contras que hemos tenido. Sufrimos poco, pero en esa jugada desgraciada del final llegó el empate», reiteraba. El técnico reconocía que «es difícil ver el vaso medio lleno cuando te empatan en el descuento. Es un día jodido porque teníamos el partido ganado», añadía. Garitano volvió a dejar claro que salir de la parte baja de la tabla no va a ser cosa de dos días. «Esto va a ser largo, pero lo importante es que el equipo lo está intentando y pone muchas ganas. Teníamos la victoria en las manos. No podemos estar contentos, no nos metimos atrás con el 1-0, teníamos el partido donde queríamos. La pena fue no sentenciar», lamentó para finalizar.J.V.