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Muestran con un belén que «Jesús y su familia también eran refugiados»

Un belén fue la herramienta escogida en Bilbo por Ongi Etorri Errefuxiatuak para mostrar que «Jesús y su familia también fueron personas refugiadas» y recordar que más de 2.000 personas han muerto en el Mediterráneo.


Un belén migrante y una carta a los derechos humanos fueron las herramientas escogidas ayer por la plataforma Ongi Etorri Errefuxiatuak en Bilbo para «centrar la atención de que Jesús y su familia también fueron personas refugiadas».

Griselda Ruiz, de nacionalidad hondureña, y su hijo Sail de diez meses nacido en Euskal Herria han encarnado a María y a Jesús, mientras que Marcelo Totorika, su convecino del municipio de Artea, se puso en el papel de carpintero.

«Nuestra María llegó a Artea hace cinco meses huyendo de la violencia de las maras y de las políticas económicas y comerciales», explicaron los integrantes de Ongi Etorri Errefuxiatuak.

Con maletas y chalecos salvavidas hicieron su entrada ayer en la Gran Vía bilbaina, acompañados de una comitiva que les acogió en el portal del Palacio de la Diputación de Bizkaia.

Junto al portal, un buzón real caracterizado de urna electoral, recogió las cartas con los deseos y los votos de los viandantes «para que en este año electoral se cumplan los derechos humanos frente al ascenso de la xenofobia y las opciones de ultraderecha, que generan exclusión, violencia y un deterioro aún mayor de los derechos humanos para todas las personas».

Con esta representación, Ongi Etorri Errefuxiatuak también dio a conocer entre la ciudadanía la próxima iniciativa a nivel europeo, denominada “Besarkada, el Abrazo de los Pueblos, de las Personas y de los Derechos Humanos”.

Protesta simbólica

«Se trata de una acción simbólica, que aquí adopta la expresión de un abrazo colectivo y que tenemos previsto impulsar junto a otras organizaciones similares en el mayor número posible de ciudades europeas el próximo día 5 de mayo, antes de las elecciones», explicaron.

Esta acción, que se gestó en un encuentro internacional en Artea, se enmarca en el contexto de un año en el que al menos 2.262 personas han muerto o desaparecido en el mar Mediterráneo intentando alcanzar las costas europeas. «La travesía del Estrecho se ha convertido en la frontera más letal del mundo. Europa es el escenario de la crisis migratoria más grave desde la Segunda Guerra Mundial, causada por los conflictos armados y un sistema económico que genera explotación, expolio y expulsión», denunciaron.

Ayer mismo, medio centenar de refugiados que fueron rescatados hace más de dos semanas por dos barcos de ONG alemanas en el Mediterráneo continuaban sin poder desembarcar en un puerto que los acogiera, en medio de un cruce de acusaciones entre la UE e Italia.