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Israel castiga la solidaridad palestina hurtando parte de sus fondos a la ANP

En plena campaña electoral, Israel ha decidido retraer parte de los fondos que debe entregar periódicamente a los palestinos aduciendo las ayudas de la ANP a las familias de los presos y los mártires palestinos. La decisión agravará el drama humanitario en Cisjordania y Gaza.


El Gobierno israelí ha decidido retener la parte proporcional de los fondos que recauda en nombre de la Autoridad Palestina (ANP) que esta entrega a los presos palestinos en cárceles israelíes y a sus familias. Se trata concretamente de 122 millones de euros

Se ampara para ello en una ley aprobada en 2018 y que permite a Israel castigar la solidaridad interpalestina y es una medida de castigo que el Estado sionista aplica periódicamente.

En 1994, Israel y la ANP firmaron el Protocolo de París, integrado en los malogrados Acuerdos de Oslo. En virtud de ellos, se establece una Unión Aduanera entre Israel y los territorios ocupados.

Israel controla las fronteras y recauda el IVA y los derechos de aduana a los productos importados por los palestinos, cuyo importe tiene que revertir a la ANP, y que supone el 70% del presupuesto de esta última. Hablamos de 170 millones de euros mensuales, sobre los que Israel detrae 24 millones para financiar servicios suninistrados a los palestinos.

La dependencia total respecto a Israel de la ANP queda en evidencia cuando es castigada por ayudar a las familias de los palestinos muertos como consecuencia del conflicto o prisioneros, estos últimos unos 5.000. Estas ayudas son una suerte de mini-seguridad social para garantizar su supervivencia y el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, las justifica como un «deber nacional». Según cálculos israelíes ascenderían a 290 millones de euros al año.

Este castigo económico incrementará el déficit presupuestario de la ANP, de 548 millones el año pasado y que, según cálculos del FMI, podría alcanzar los 880 millones de euros en 2019.

A ello se suma el descenso en la ayuda internacional a Palestina, del 10% al 3,5% en 2018.

Abbas ha amenazado con rechazar todas las devoluciones de Israel si el Estado sionista no se las entrega íntegramente. Eso agravaría aún más el drama humanitario en Cisjordania y, sobre todo, en Gaza.

Pese a que la decisión israelí podría convertirse en un boomerang bajo la forma de un incremento de la inseguridad, Israel está en campaña electoral.

 

Frente común militar contra Netanyahu

El exjefe del Ejército Benny Gantz, con su partido Resiliencia por Israel, y Yahir Lapid, al frente de Yesh Atid, han decidido finalmente sumar fuerzas para conformar una lista única de centro de cara a las elecciones del 9 de abril, con la que confían en imponerse a la del primer ministro, Benjamin Netanyahu. En la lista figuran otros dos antiguos jefes del Ejército, Gabi Ashkenazi y Moshe Yaalon, quien además fue ministro de Defensa

Hasta ahora, los sondeos pronostican una victoria de Netanyahu que se haría con unos 30 escaños de los 120 de la Knesset, y podría gobernar al frente de una coalición de derecha extrema similar a la que lidera en la actualidad. Sin embargo, la pugna esta más ajustada en caso de coalición opositora y el bloque de derecha y los partidos religiosos se harían con 63 escaños, mientras que el de centro obtendría 57 escaños. Quizás por ello, el Likud de Netanyahu y sus aliados de Hogar Judío cerraron el miércoles un acuerdo electoral con los ultras de Poder Judío, liderado por el rabino anti-árabe Meir Kahane. GARA