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El Gobierno español anuncia que va a retirar la tercera valla de Melilla, instalada en 2006

El ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado que en la valla fronteriza de Melilla, además de retirar las concertinas y elevar la altura en las zonas vulnerables, como ya dijo en Ceuta hace una semana, también se eliminará la sirga tridimensional o tercera valla.

Imagen de la valla fronteriza entre Melilla y Marruecos. (AFP)

En caso de materializarse el anuncio que ha realizado el ministro español de Interior, Fernando Grande-Marlaska, la retirada de la sirga instalada en 2006 en la frontera de Melilla pondrá fin a una de las medidas que adoptó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero  ante la primera crisis de las vallas que sufrió Melilla en 2005, junto con la elevación de la altura del perímetro de 3 a 6 metros, que supuso la instalación de un entramado de cables de acero en la zona intermedia del perímetro fronterizo.

Grande-Marlaska se ha referido a la sirga tridimensional como «algo típico de la valla perimetral de Melilla», con cuya eliminación, que el Ministerio quiere acometer este mismo año para «conseguir una frontera más segura, pero también más humana», conceptos que, según ha dicho, «no son antagónicos sino que deben estar íntimamente unidos».

En su primera visita a Melilla, a dos meses de las elecciones generales, ha insistido en que «las fronteras, para ser seguras, no tienen que utilizar medios cruentos y menos en el siglo XXI, que es el siglo de las tecnologías y del avance».

Circuito cerrado

Así, ha avanzado que la valla se modernizará con una modificación del circuito cerrado de televisión actual para que tenga una mejor comunicación con el centro de control y mando y desde éste «se pueda tener una observación perfecta» de lo que ocurre en el perímetro mediante cámaras de grabación y cámaras térmicas con avisadores de presencia física.

Grande-Marlaska ha asegurado que con estas medidas se evitarán las entradas irregulares, ya que el Gobierno apuesta por una inmigración «legal, ordenada y segura» y «nunca la ilegal y menos la violenta», como ha sucedido en las vallas, donde se han producido agresiones a agentes, algo que el Gobierno no admite.