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Un Osasuna de récord encadena su décima victoria de manera consecutiva en El Sadar

Con un partido más práctico que vistoso, el conjunto rojillo ha enlazado su décimo triunfo en el estadio iruindarra, una marca hasta ahora nunca lograda y que mantiene a los de Arrasate en la cumbre de la clasificación.

Roberto Torres suma ya diez goles en Liga. (Idoia ZABALETA/FOKU)

Importantes ausencias y dos novedades en el once –Iñigo Pérez y Olavide– han marcado el inicio de un choque donde la diferencia clasificatoria no se ha trasladado al césped. Osasuna ha combinado bien, y quizás con excesiva facilidad en la zona de tres cuartos, pero sin disponer de rematadores claros en los primeros compases del envite.

De esas facilidades que ha mostrado el Nàstic muy poco partido han sabido obtener los anfitriones, quienes muy pronto han dispuesto de oportunidades en las botas de Brandon, por partida doble, y el "debutante" Olavide. Sin embargo, ninguna de ellas ha traído consigo el fruto del gol, enmarañándose cada vez más el encuentro ante la falta de acierto local.

Al no verse superado en el luminoso, el Nàstic ha ido ganando en confianza hasta el punto de igualar fuerzas y posesión sobre el verde, además de protagonizar mayor número de acercamientos a los dominios de Rubén Martínez. Un remate de cabeza picado de Sadik que ha salido por encima de la escuadra dejaba cierto desasosiego en la grada.

Osasuna, abusando de muchos centros aéreos sin un finalizador claro, ha encontrado el camino para abrir la lata de la mano de Iñigo Pérez, cuyo pase raso y cruzando toda la línea defensiva catalana ha encontrado el preciso golpeo de Roberto Torres, viniendo desde atrás, para colocarse como el pichichi del equipo, sumando su décimo gol liguero.

El 1-0 a falta de cinco minutos para el descanso ha tenido cierto suspense, pues la pelota ha sido rechazada por Bernabé, pero el cuerpo del guardameta sevillano se encontraba prácticamente por completo por detrás de la línea de gol y ha tenido que ser el asistente quien ha dado por válido el tanto.

Dos nuevos paradones de Bernabé, el mejor de los visitantes, y la lesión de Clerc han protagonizado el inicio de la segunda mitad. El cancerbero andaluz se ha sacado otras dos meritorias manoplas para negarle el segundo, primero a Rubén García y después a Brandon, casi a renglón seguido ambos remates, mientras una gran ovación ha celebrado el debut liguero de Endika Iriogien, quien ha cumplido con creces en su posición.

Sin cerrar el encuentro y con un Osasuna bastante espeso, el técnico rojillo, Jagoba Arrasate, ha optado por poblar la medular y darle más control al juego navarro, con la entrada de Fran Mérida en el campo. El objetivo no ha terminado de cuajar, con un Nàstic cada vez más respondón y Rubén Martínez teniendo que apagar algún que otro fuego, caso de una parada con el pie a tiro de Kanté.

Entrado el último cuarto de hora, lo exiguo del marcador ha mantenido el suspense. Los anfitriones intentando sobar el cuero para dejar pasar los minutos y el rival buscando con más ahínco que criterio la portería rojilla. El pitido final ha permitido soltar adrenalina y disfrutar de un Osasuna de récord, intratable como local y con los adversarios mirándole por el retrovisor en la categoría de plata.