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Los argelinos rechazan el plan del poder para sobrevivir a Bouteflika

Tarde y mal. El anuncio por parte del Ejército para poner en bandeja la cabeza del moribundo presidente argelino, Abdelaziz Bouteflika, para garantizar la supervivencia del sistema –tras el que se han alineado buena parte de los dirigentes y estamentos del régimen– no impidió un nuevo viernes de protestas, que registró un nuevo récord de participación. La gente exige la dimisión de todo el sistema. Y este está cada vez más nervioso. Miedo a los nervios.


Una marea humana incontable salió a la calle en la capital argelina y en las principales ciudades del país, incluida la kabilia, y exigió la dimisión no ya del octogenario y moribundo presidente, Abdelaziz Bouteflika, sino del conjunto del régimen.

Si el seguimiento del sexto viernes de protesta era un test para saber si el sacrificio de Bouteflika aplacaría las exigencias de los manifestantes, la respuesta la dio una participación todavía más multitudinaria que en las semanas anteriores.

El nerviosismo del régimen es cada vez más patente, lo que quizás explique que, por primera vez, la Policía cargara con cañones de agua y gases lacrimógenos contra los manifestantes en la plaza de Audin y en el bulevar Mohamed V, desde donde la marcha intentaba dirigirse hacia la sede de la Presidencia.

Ya desde la víspera, la acampada durante la noche de cientos de personas en la plaza de la Grande Poste, epicentro de las protestas en el centro de la capital, Argel, auguraba que las cesiones del poder llegan tarde.

Nada de componendas

«¡Bouteflika, tú te vas, pero llévate contigo a Gaid Salah!», coreaban los manifestantes en referencia al jefe del Ejército y general, quien presentó a comienzos de la semana un plan para inhabilitar al presidente, gravemente enfermo desde 2013, por razones de salud, y controlar así la transición al más puro estilo gatopardista (cambiar algo para que nada cambie).

Al alto mando militar le ha seguido toda una lista de antiguos dirigentes y estamentos del régimen, que coincidió con la renuncia oficial al cargo por parte de Bouteflika.

«Es un truco más del régimen. No nos van a engañar, deben irse y hacerlo ya«, señalaba Ahmad B., un profesor de secundaria en Hydra, uno de los barrios acomodados de la capital.

«Estamos aquí para dar el último aviso al poder. Cojan sus maletas y váyanse», coincidía Amine, una mujer de 45 años llegada desde Bejaia (180 kilómetros al este).

No al artículo 102

El diario opositor “El-Watan” anticipaba en su edición de ayer el éxito de la convocatoria. «El pueblo exige: ni Salah ni Bensalah», advertía, en referencia al presidente del Senado, puro producto del régimen y figura leal que el sistema había elegido para suceder a Bouteflika y garantizar así su continuidad.

También aparecieron ayer pancartas contra el regreso del expresidente Liamine Zeroual, destronado por el propio Bouteflika y cuyo nombre suena junto a otros en las quinielas de un posible recambio.

Los manifestantes están atentos y rechazan de plano la aplicación del artículo 102, propuesto por el Ejército, para jubilar a Bouteflika. «El 102 no se encuentra operativo. Contacte con el pueblo», «Exigimos la aplicación del artículo 2019. Váyanse todos», rezaban, con inteligente ironía, los mensajes.

 

Dimite el líder de la patronal y hasta ahora sostén del presidente

El presidente de la patronal de Argelia, Ali Haddad, uno de los principales aliados de Bouteflika presentó a última hora del jueves su dimisión.

«En lo que me concierne, y ansioso por preservar la cohesión y la durabilidad de nuestra organización y en línea con mis convicciones, he decidido de corazón y sin presiones abandonar la Presidencia del Foro de Jefes de Empresa (FCE) a partir de hoy», anunció en una misiva el jefe de los empresarios defendió sus cinco años de mandato y afirmó que su decisión de apoyar un quinto mandato de Bouteflika no fue una decisión personal, sino colegiada».

«La situación histórica actual en nuestro país trae consigo ciertos temores, pero sobre todo grandes esperanzas de que nuestra sociedad entre en proceso irreversible de fortalecimiento de la democracia y el establecimiento de una nueva república», justifica ahora su cambio de posición el empresario.en su carta, publicada por el diario argelino “Tout sur l'Algerie”.

Hadad es el primer alto responsable del círculo de Bouteflika que presenta la dimisión desde que el pasado 22 de febrero estallaran la protestas masivas en las calles de Argelia.

La dimisión de Haddad supone un nuevo golpe para Bouteflika y su cada vez menor círculo de personas de confianza, que se han ido alejando de él ante las masivas manifestaciones de las últimas semanas contra él.GARA