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Un joven cómico que habla ruso, claro favorito en las presidenciales ucranianas

El joven cómico rusoparlante Vladimir Zelenskiy ganó con amplia ventaja la primera vuelta de las presidenciales de Ucrania, por delante de Petro Poroshenko, a quien se enfrentará el 21 de abril como favorito.


El joven humorista y debutante en política Vladimir Zelenskiy parte como favorito para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ucrania, el próximo 21 de abril, en la que se enfrentará al mandatario saliente, Petro Poroshenko, en un clima de desconfianza ante los altos niveles de corrupción que afectan a la clase política.

Según la Comisión Electoral Central, con el escrutinio del 88,91% de las papeletas, Zelenskiy lideraba el recuento con el 30,26% de los votos. Poroshenko era segundo con el 16,01% y tercera, con el 13,35%, es Yulia Timoshenko, que se negó a aceptar la derrota y anunció un recuento paralelo.

El cómico, cuya experiencia política se limita a su interpretación de un profesor rural que acaba siendo elegido presidente después de que su acalorada diatriba contra la corrupción se vuelve viral, superó las previsiones más optimistas, y se sitúa en posición de fuerza ante la segunda vuelta.

El resultado obtenido por Zelenskiy refleja, según analistas, el rechazo a las élites, una tendencia particularmente fuerte en Ucrania tras años de dificultades económicas y escándalos de corrupción, a pesar de las críticas recibidas por la vaguedad de su programa o por su capacidad para gobernar un país en guerra, en el centro de las tensiones entre Rusia y las potencias occidentales.

«Es una reacción a los escándalos de corrupción, una protesta contra las viejas élites», sostuvo Anatoly Oktysiuk, del centro Democracy House en Kiev, quien cree que Zelenskiy «va a ganar» porque Poroshenko alcanzó un «techo» de apoyo.

«Este es solo un primer paso hacia una gran victoria», dijo el joven humorista rusoparlante.

Ucrania, un país de 45 millones de habitantes a las puertas de la UE, es uno de los estados más pobres de Europa y actualmente atraviesa la peor crisis desde su independencia, en 1991, tras sus desavenencias con Rusia y su giro hacia occidente.

Como la mayoría de sus adversarios en estas elecciones, Zelenskiy es favorable al rumbo prooccidental adoptado por su país, aunque considera inevitable un diálogo con Rusia.

Su éxito es observado con curiosidad y cierta benevolencia por Moscú, porque llama al diálogo y porque comparte sus códigos culturales.

Habla a menudo en ruso, tanto en el escenario o en su vida cotidiana, y no ha hecho campaña con temas de identidad, como el idioma, que divide a los ucranianos, lo que le ha permitido obtener amplio apoyo en las regiones de habla rusa.

Ayer, Moscú dijo que esperaba una victoria de «un partido que desee una verdadera solución por etapas de la situación en el sureste de Ucrania», en lo que parecía una leve preferencia por Zelenskiy.

Algunos observadores creen que el Kremlin vería favorablemente la elección de este novato en la política que podría cometer errores y validaría su teoría de una Ucrania caótica tras darle la espalda. Más allá de esos cálculos, Zelenskiy es para los rusos una personalidad, sobre todo refrescante, tras cinco años de crisis entre Moscú y Kiev. «Un soplo de aire fresco en el pantano de Ucrania y menos antirruso», aseguran muchos, aunque la mayoría cree que las elecciones no tendrán impacto en las relaciones bilaterales.

Zelenskiy, que durante diez años ha actuado en Rusia y es uno de los cinco actores cómicos más populares allí, ha afirmado que si gana su primera reforma será eliminar los privile- gios de diputados, presidente y jueces. Y pondrá en marcha mecanismos de democracia directa para tomar decisiones clave a través de referéndum en línea.

 

Cruce de acusaciones para abrir el segundo asalto

Vladimir Zelenskiy y Petro Poroshenko intercambiaron ayer los primeros golpes de cara a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, tras erigirse como los candidatos más votados el domingo.

Nada más reconocer su derrota en la primera vuelta, Poroshenko comenzó a desacreditar a su rival, al que calificó de «marioneta» del oligarca Igor Kolomoiskiy, cuyo apoyo fue crucial en su victoria. Y recordó que cuando haya negociaciones con Rusia, al otro lado de la mesa no se sentará un humorista sino Vladimir Putin. «El 1 de abril es el día de la risa. Nos reímos y basta. A partir del 2 no estamos para bromas, miramos hacia delante», dijo. Zelenskiy entró al trapo. Se preguntó si Poroshenko no es un títere de Oleg Gladkovski, cuyo hijo está implicado en un escándalo de corrupción. También recogió el guante y se mostró dispuesto a participar en debates por televisión. Derrochando buen humor, solo se puso serio cuando habló de la posibilidad de un nuevo Maidán en caso de que Poroshenko sea el ganador el 21 de abril.GARA