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Hace 75 años, la Diputación de Nafarroa creó una Medalla de Oro exclusiva para Franco

El día 14 de abril de 1939, justo ocho años después de la proclamación de la II República, la Diputación Foral de Nafarroa creó una Medalla para premiar el «heroísmo» y «enaltecer el espíritu de los voluntarios» que fueron a la guerra antes del 1 de agosto de 1936. Casi cinco años después, la propia Diputación creó una Medalla de Oro exclusiva para Francisco Franco.

Cartel que representa a Franco pocos días después de finalizada la Guerra del 36.

El acuerdo adoptado el 14 de abril de hace 80 años se hizo tan solo trece días después del fin de la guerra de 1936-39, provocada por la sublevación militar encabezada por el propio Franco. Para entonces, en Nafarroa ya habían sido fusiladas más de 3.000 personas por sus ideas vasquistas o republicanas.

Aquel acuerdo, en el que se oculta que muchos «voluntarios» fueron forzados a ir a la guerra en contra de su voluntad, también sirvió de base a la propia Diputación para justificar, en marzo de 1944, la creación de una Medalla de Oro que iba destinada a premiar de forma exclusiva al dictador.

«La participación destacada de Navarra en la contienda nacional logró que dicha Medalla -señala el acuerdo de 1945- adquiriese valoración de alta estima por su significación castrense y patriótica. Ahora, considerando que el glorioso Caudillo que rige los destinos de España encarna, sobre todo, la pura gloria militar que nos condujo a la salvación de la Patria, la Diputación Foral de Navarra acuerda crear como única y exclusiva una Medalla de Oro que testimonie a Francisco Franco, Caudillo de España, el íntimo honor que para Navarra significa considerarle como el primero de sus voluntarios».

 

Esa no fue la única Medalla de Oro de Nafarroa entregada al dictador. El 10 de agosto de 1973, la Diputación Foral creó esta distinción como forma de reconocimiento a «las personas, instituciones o entidades que se distingan por los servicios relevantes en pro del fomento, protección y defensa de los intereses de Navarra».

Esta medalla no tenía carácter exclusivo, como la de 1944, pero el galardonado volvió a ser el propio Franco. La decisión fue tomada el 27 de diciembre de 1974 por la Corporación Foral, presidida entonces por Amadeo Marco.

Además, la Diputación nombró al dictador ‘Hijo Adoptivo de Navarra’, argumentando para ello «los inigualables merecimientos que concurren en su persona, por su servicio permanente a la Patria y por su extraordinario afecto y apoyo constante a nuestro Régimen Foral». En 1975, pocos meses antes de su muerte, el jefe del Estado recibió este título junto con la Medalla de Oro.
 
Pese a UPN, se anularon las condecoraciones
Desde entonces ha habido varias modificaciones legales para conceder esta condecoración. Así, en 1982 el Gobierno de Nafarroa (institución que sustituyó a la Diputación Foral) instituyó la Medalla de Oro como condecoración más importante de este herrialde. Se suele conceder anualmente y se entrega el 3 de diciembre con motivo del Día de Nafarroa.

Un decreto foral de octubre de 1998 reguló la concesión de la Medalla de Oro y fijó un nuevo diseño: en una cara está la figura ecuestre de un rey navarro que ya aparece representado en varios sellos históricos, y en el reverso se muestra el escudo de las cadenas.

En el año 2005, el Parlamento navarro acordó pedir al Gobierno de Nafarroa que eliminase las distinciones otorgadas a Franco. El Ejecutivo de UPN se negó a obedecer el acuerdo parlamentario alegando que no era vinculante, hasta que en 2013 la Cámara navarra aprobó la Ley de Memoria Histórica para darle rango de obligado cumplimiento.

Aun así, el Gobierno de UPN tardó dos años en revocar el nombramiento de Hijo Adoptivo a Franco, ya que estuvo recurriendo a diversas triquiñuelas para no cumplir el mandato del Parlamento hasta el final de la anterior legislatura, en 2015.

Ese año llegó el Gobierno presidido por Uxue Barkos, y en mayo de 2018 acordó regular la concesión de la Medalla de Oro a raíz de varias polémicas suscitadas en torno a este reconocimiento. A partir de entonces se puso en marcha un proceso de participación ciudadana, de forma que un jurado seleccionará tres candidaturas entre las propuestas realizadas por instituciones, entidades, asociaciones o personas particulares, y el Gobierno elegirá una de ellas.