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Horrillo atribuye a los ciclistas el éxito de un recorrido espectacular

Pedro Horrillo responsabiliza a los ciclistas del éxito de un recorrido que por vez primera ha diseñado él con la sensibilidad de un ex-corredor. Considera un acierto adelantar la crono y destaca que en toda la semana solo ha habido un momento tranquilo en la salida de la tercera etapa.


La entrada de Pedro Horrillo como director técnico de la Itzulia tiene el origen en su relación con los organizadores Julián Eraso y Javier Riaño: «Los conozco desde hace muchos años. Nací en Eibar, he tenido mucha relación con el Club Ciclista Eibarrés y desde que cogieron las riendas de la organización les dije que si necesitaban algo podían contar conmigo. En un homenaje a José Miguel Etxabarri de la Peña Garate me preguntaron por la edición de 2017 y les dije que el resultado fue un éxito, pero el recorrido muy pobre porque desaprovechaban los puertos que tenemos en Euskal Herria y me dijeron que si tan listo era les echara un cable. Empecé a pasarme por su oficina el año pasado, había una base del recorrido y empecé a trabajar y modifiqué algunas cosas. De diez que proponía aceptaban cinco, pero Javi Riaño, que diseñaba el recorrido, me ha dado un voto de confianza, me ha dejado aportar más cosas y este año el recorrido es más mío».

A la hora de hacer balance en Arrate tras la etapa reina destaca que «después de lo visto, mañana –por hoy– vamos a tener más de lo mismo y no solo por dejarme llevar por la euforia, porque la etapa es muy parecida. El mérito del espectáculo es 100% de los corredores, admiro cómo están disputándola. Te parecen extraterrestres. Algunos corredores me decían hoy que es una vuelta de seis días y tienen sensaciones de estar en una grande. El gran acierto ha sido mover la crono, que en el esquema anterior era el último día. Abre muchas posibilidades tácticas de cara al espectáculo y hacer tres etapas más suaves y dejar la incertidumbre para las dos últimas está funcionando. Me gustaría que ganara un euskaldun y está Ion peleando, pero también que gane el más fuerte y el Bora me está impresionando como equipo. Buchmann estuvo aquí adelante el año pasado y sabe a la velocidad a la que se corre».

Después de ver la etapa agradecía que no se concretaran dos ideas que tenía para hacerla más dura. Para la de hoy también le ha faltado un puerto que pretendía incluir: «Quería enlazar otra subida inédita, Sagar Erreka, una vertiente de Elgeta que empieza en Soraluze que se habría empalmado a Karakate sin un metro llano. Es un puerto muy duro, pero la carretera está en mal estado porque han tenido que talar pinos y los camiones que los han llevado han destrozado el pavimento y hemos tenido que ir por Asensio y meter unos kilómetros de llano».

«Cuando hago algo quiero hacerlo bien»

Disfruta en su tarea pese al tiempo que le lleva: «Por mi forma de ser, cuando hago algo me gusta hacerlo bien. Me he implicado sin querer y de cara al futuro tengo que pensarlo porque lo que ha empezado como una colaboración con unos amigos se ha convertido en un trabajo. Me estoy ilusionando y no lo tengo claro. Me gustaría seguir porque estamos un grupo de excorredores con Aitor Galdos, Haimar Zubeldia y Roberto Laiseka que damos un toque diferente a la organización. El problema es que cada vez nos exige más tiempo. Disfrutamos y lo hacemos con pasión, pero acabo de hablar con Haimar y su familia ha sacrificado tanto tiempo que merece que se lo devuelva. Hacemos reuniones y para diseñar el recorrido se requiere mucho tiempo. Conoces los sitios, pero vas a revisarlos e intentas recorrer todos los kilómetros en bici, hay reuniones con técnicos y alcaldes y, aunque disfrutes, se va tiempo».

Destaca que el recorrido se diseñe con la sensibilidad y el conocimiento del que ha sido corredor: «El jueves en lugar de ir por la autovía fuimos por unas carreteras locales a propuesta de Haimar y me gustó. En Euskal Herria hay que huir de las autovías, los corredores siempre elegimos carreteras para evitar el tráfico. El problema es meter un pelotón por ejemplo por el sterrato, pero se probó en la Vuelta a Navarra amateur. La velocidad del World Tour y la tensión es diferente y mi premisa en el recorrido por encima de todo es la seguridad de los ciclistas. Habiéndolo sido, te metes en la piel del corredor, sabes cómo van a llegar y lo que menos quiero es un accidente por un mal diseño del recorrido. En la etapa de Arrate había una subida rompedora que no la metimos por dos curvas de cemento en la bajada y quedará para un futuro si se arregla la carretera. Viví un momento de muchos nervios en el tránsito por Iruñea por las rotondas al descargar una tormenta antes de pasar. Por suerte había tanta velocidad y tensión que iban en fila de a uno, lo mismo que en el sterrato, y eso hizo que no hubiera ninguna caída. La etapa siguiente era más tranquila y hubo caídas, la principal por la guerra por la posición antes de un estrechamiento».

La única queja de los corredores llegó por los coches aparcados en la etapa de Gorraiz: «Son zonas parcelarias locales y es muy difícil controlar a los espectadores, que aparcaban donde podían, algunos en el recorrido de la carrera. El tráfico estaba abierto y cuando llegó la Guardia Civil había coches mal aparcados que señalizamos, pero no puedes cortar la zona tres horas antes».

 

«Hablamos con ayuntamientos para una etapa en Iparralde»

Pedro Horrillo quiere una etapa el próximo año en Iparralde, que permite meter puertos de longitud y dureza de Tour en los Pirineos. Al respecto Horrillo defiende que «la identidad de la Itzulia es la media montaña. Hay muchas posibilidades de enlazar puertos y hacer trazados rompepiernas a no ser que busques pendientes imposibles, que no soy partidario. Pero tengo una segunda residencia en Iparralde, ando mucho en bicicleta por allí y conozco muchos sitios interesantes, subidas preciosas y me estoy ilusionando con posibilidades deportivas que tenemos. Hablamos con varios ayuntamientos para el año que viene, eso permitirá meter puertos de más entidad en Iparralde o incluso en el Pirineo navarro».J.I.