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Interview
BITTOR ALKIZA
SEGUNDO ENTRENADOR DE OSASUNA

«La clave está en que nuestros jugadores creen en lo que hacen»

Después de serlo todo como jugador en el fútbol vasco, Bittor Alkiza está a un paso de su primer gran éxito en el banquillo. Ejerciendo de mano derecha de Jagoba Arrasate, con quien le une algo más que una relación deportiva, como él mismo reconoce, el donostiarra puede disfrutar en pocas semanas de su primer ascenso a Primera tras recalar el pasado verano en el club navarro.

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Prefiere mantenerse en un segundo plano y aportar con su experiencia al crecimiento del grupo. Bittor Alkiza sigue dando pasos en su trayectoria como entrenador, un trabajo que podría verse recompensado con el ascenso rojillo.

Líder aventajado, imbatible en casa, máximo goleador de la categoría… Con el corazón en la mano, ¿pensaba que la temporada iba a transcurrir de este modo?

La verdad es que no. Con el inicio que protagonizamos tuvimos mucha desventaja de puntos con algunos equipos y encontrarnos con esta situación a estas alturas de liga la hubiéramos firmado cualquiera.

¿Cuál es el secreto para que el equipo esté dando este rendimiento tan positivo?

En el fútbol de hoy día no hay secretos. Aparte de tener una buena plantilla en lo futbolístico, la clave está en que los jugadores creen en lo que hacen, en el estilo de juego que hemos intentado transmitir y lo están plasmando en el terreno de juego. Y que en determinados momentos, también hemos tenido esa pizca de fortuna necesaria. Además, el vestuario es sensacional, el clima que vivimos no solo es el ideal para el trabajo en el campo, sino también para el día a día, ya que pasamos muchas horas juntos.

¿Cuánto hay de mentalización, de potenciar el aspecto psicológico, y cuánto de cuidar lo físico y lo táctico?

Una de las claves es saber llevar bien al grupo, que los jugadores vengan contentos al entrenamiento diario, ya que ello ayuda muchísimo a la hora de trabajar y también de exigirles. Si la cabeza funciona, el resto del cuerpo va detrás. Por eso, entiendo que el cansancio mental es mucho más importante, que no te pueda la ansiedad, que no lleves la mochila muy cargada… todas esas cosas son fundamentales a la hora de que cada jugador dé en el campo el cien por cien.

¿Supone un punto a favor haber sido un futbolista importante para que la plantilla dé más valor a sus consejos y recomendaciones?

No lo veo así, pero habría que preguntarles a ellos. Lógicamente, la experiencia siempre es buena, aunque aquí lo importante no es uno mismo, sino que importantes somos todos. El cuerpo técnico somos un grupo de trabajo y es normal que, dependiendo del jugador, algunos sean más afines a unos técnicos o a otros.

Ahora queda lo más difícil, darle la puntilla al ascenso. ¿Cree que el vestuario está capacitado para aguantar esta presión final?

Sí, debemos estarlo. Nos preparamos todos los días para este tipo de vivencias y un jugador de fútbol qué más quiere que vivir estas situaciones. Para eso, siempre los pies en el suelo y las miras puestas en centrarse en el partido de cada fin de semana.

¿A quién ve ahora mismo como el rival más peligroso para pelearle a Osasuna uno de los puestos de ascenso directo?

Albacete y Granada son nuestros rivales más cercanos y creo que se debería jugar entre los tres. No sabría decir cuál está mejor que el otro, porque en dos semanas esto puede cambiar muchísimo y nuestro deber es centrarnos en lo nuestro. Disponemos de una ventaja que nos hemos ganado por méritos propios, la idea es aprovecharla para que se reduzca lo mínimo posible e incluso intentar ampliarla. Para ello, hay que centrarse en el trabajo diario, con el objetivo de ganar el partido del fin de semana.

Entiendo que el proceso de aclimatación para usted y su familia habrá sido bastante sencillo, pues tiene un buen número de lazos con Iruñea que van más allá de lo profesional...

El proceso de aclimatación es más para los que están alrededor tuyo, para la familia que llevas detrás. En el caso de uno, hay tantas cosas por hacer en el día a día, que va solo. Y es cierto que con esta ciudad tengo muchos lazos, conozco mucha gente, he vivido muchos buenos momentos aquí y, para mí, es como estar en casa.

Por eso mismo, por lo emocional, su apuesta por venir a entrenar a Osasuna no estaba exenta de ciertos riesgos...

En el mundo del fútbol, esos riesgos siempre están ahí. Como cualquier trabajador, si no cumples con las expectativas, bien al final o durante la temporada, hay opciones de que no puedas terminar. Afortunadamente, se están dando los objetivos y cada quince días estamos disfrutando un montón en El Sadar, es muy difícil disponer de tiempo para disfrutar del trabajo que estás haciendo, lo que permite que el año se esté haciendo mucho más ameno.

¿Cuál es su cometido dentro del staff técnico? ¿De qué se encarga Bittor Alkiza en el día a día?

Lo prioritario es ayudar a Jagoba en todo lo que pide, ya que tenemos los roles bastante bien marcados en cuanto a lo que debemos hacer y nos repartimos las tareas, que son muchas. Aparte del entrenamiento, también nos ocupa bastante el análisis de los rivales y dividimos los trabajos con el objetivo de que el entrenador tenga la mente lo más limpia posible a lo largo de la semana y llegar a la competición en buenas condiciones, que es complicado.

El segundo entrenador siempre parece quedar en la sombra, lejos de los focos de los medios, pero en muchos casos su papel es relevante en las decisiones técnicas, ofrece otro punto de vista diferente…

Hoy en día, los cuerpos técnicos están compuestos por más personas que el primer y segundo entrenador y la gente tiene que estar preparada para trabajar en grupo. Lógicamente, cada uno sabiendo el rol que tiene y siempre pensando en ayudar lo máximo posible a Jagoba. En mi caso, ocupo un espacio con menos protagonismo, pero prefiero que así sea.

¿Cómo fue empezar a formar tándem con Jagoba Arrasate?

Es algo que viene de lejos. Cuando estaba en el fútbol base de la Real, fichamos a Jagoba para entrenar el equipo juvenil de División de Honor y después pasó a ser tercer entrenador del primer equipo en la etapa de Montanier. Cuando llegó a ser técnico de la primera plantilla, me llamó para ver si quería trabajar con él y ahí empezó nuestra relación deportiva. Después ya fuimos a Soria en plan tándem y hemos estado en Segunda unos cuantos años hasta recalar esta temporada aquí en Iruñea.

¿Cómo es su relación diaria con el míster?

Lógicamente va más allá de lo meramente deportivo, porque pasamos muchas horas juntos y, para poder llevarlo bien, es necesario entenderse. Lo cierto es que con Jagoba resulta muy fácil, ya que delega muchas funciones y en el día a día es una persona muy normal. Además, coincidimos en muchos aspectos de la vida, como por ejemplo el tema de hacer deporte o gustos. Intentamos darle normalidad a esta profesión.

¿Se ve mucho tiempo codirigiendo a Osasuna? ¿Y formando tándem con Jagoba?

Pues no lo sé, la verdad es que ni me lo planteo. En esta profesión, siendo entrenadores, planificar tu carrera a largo, e incluso a medio plazo, es algo que no tiene ningún sentido. Los resultados te llevan a lugares donde nunca te lo hubieras imaginado. En estos momentos, nos están saliendo bien las cosas, pero sabemos que esto en meses puede cambiar y estamos preparados para todo.

Casi todos los segundos entrenadores aspiran el día de mañana a ser titulares. ¿Cuáles son sus intenciones a futuro? ¿Le gustaría ser primer técnico?

No es mi caso, no voy a hablar rotundamente porque nunca se sabe, pero ser un buen técnico requiere de muchísimas cosas y creo que soy mejor segundo entrenador que primero.

¿Qué le motivó a seguir en el mundo del fútbol después de haber sido un jugador importante en dos de los principales equipos vascos?

Pues es algo curioso, porque cuando dejé el fútbol profesional, en ningún momento pensé seguir vinculado a este mundo y menos siendo entrenador. Lo que pasa es que cuando llevas un tiempo sin hacer grandes cosas y de lo único que sabes es de fútbol por haberlo mamado desde muy pequeño, pues vuelves a relacionarte con trabajo o hobbies vinculados a este deporte y, a partir de ahí, van surgiendo cosas y posibilidades. Por eso he llegado hasta aquí.

No hace tanto que dejó de ser jugador profesional. En ese tiempo, ¿cree que ha variado mucho el fútbol? Me refiero de manera global, filosofía de juego, entorno, negocio…

Se suele decir que el fútbol evoluciona muy lentamente, pero estamos equivocados. Por ejemplo, si hablamos de la preparación individual de los futbolistas, muchos de ellos ya no solo trabajan con su club, sino que después, y de manera diaria, lo hacen con gente externa y se cuidan mucho más que hace años. Al fútbol cada vez se juega más rápido y en menos espacios, las reglas también han cambiado y ello hace que sea más difícil y haya que estar mucho mejor preparado.