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Abrazo multitudinario en Durango para combatir al neofascismo

Un emotivo abrazo colectivo en Landako gunea ha servido hoy al mediodía de broche a la movilización convocada por Ongi Etorri Errefuxiatuak y Caravana Abriendo Fronteras en Durango en favor de las personas migrantes y contra el neofascismo que toma terreno por toda Europa.

Los participantes se dirigen en columnas a Landako gunea. (Oskar MATXIN / FOKU)

La Abrazada de los Pueblos, las Personas y los Derechos Humanos ha reunido hoy en Durango a cientos y cientos de seres humanos dispuestos a fundirse en un multitudinario abrazo solidario. Si hace dos años fue la emblemática Gernika donde se oyó el clamor ciudadano contra la xenofobia y en favor de la acogida, hoy en otra villa vizcaina sacudida 82 años atrás por las bombas de la aviación fascista, se ha denunciado la manipulación y la falsedad del discurso que culpa a la migración de la crisis social y económica en Europa, ocultando la responsabilidad de las élites.

En tal sentido, se ha recordado que «fueron y son ellos los que dibujaron con escuadra y cartabón eso que conocemos como fronteras. Lo hicieron –han denunciado– para ir a robar, a saquear, a expoliar pueblos y gentes, a destruir ecosistemas y dañar la tierra».

Ha sido una mañana intensa desde el encuentro de la plaza Ezkurdi, de donde han partido en silencio las ocho columnas que han confluido en Landako gunea. Tras recibir las indicaciones de la organización, después de un irrintzi desgarrador, las hileras han comenzado a andar paso a paso por las calles Santamaría y Magdalena mientras se escuchaban los nombres de las más de 35.000 personas muertas en las fronteras europeas, principalmente en esa gran fosa común en que las élites han convertido el Mediterráneo.

Ocho columnas diversas

Las ocho columnas han representado a los diferentes colectivos sociales comprometidos en la defensa de las personas migrantes y de su libre movimiento, desde las organizaciones formadas por los propios refugiados para darse apoyo mutuo a quienes luchan en Euskal Herria por la memoria, verdad, justicia y reparación. Precisamente, una persona en representación de las víctimas del bombardeo de Durango se ha abrazado al heterogéneo grupo que componían también feministas, gentes de la cultura y del euskara, baserritarras y ecologistas, sindicalistas y organismos que luchan por los derechos sociales, sin olvidarse de los y las pensionistas.

Se han escuchado mensajes como que la presencia de migrantes y refugiados es muy positivo para un país. «Enriquece nuestras sociedades, refuerza el desarrollo de la convivencia entre diferentes, e impulsa procesos de solidaridad y de búsqueda de la igualdad», se ha defendido en el escrito elaborado por el bertsolari durangarra Unai Iturriaga a partir del manifiesto en el que se reivindican políticas migratorias acordes a los derechos humanos, el cese de las expulsiones y establecimiento de vías de pasaje seguro para quienes quieren migrar de sus países o se ven abocados a huir por diferentes motivos.

Otro grito colectivo es que «ya es hora» no solo de frenar la criminalización de la solidaridad hacia las personas refugiadas y migrantes, algo que practican los gobiernos de cualquier color en Europa, sino de hacer lo propio en todas las esferes a las organizaciones que enaltecen valores neofascistas. Entienden que con ese cobijo se está respaldando «una sociedad autoritaria y patriarcal basada en el odio y en la exclusión de las personas vulnerables, empobrecidas, excluidas, diferentes, migrantes».

Las columnas han sido recibidas por la música en Landako gunea, en una mañana en el que el sol ha brillado. Ya en el interior del pabellón, debidamente acompasado, las hileras han ido amoldándose para formar las espirales humanas que se han ido enrollando hasta culminar con un emotivo abrazo lleno de energia y de solidaridad.