INFO

Irán exige a Europa que se moje ya contra el bloqueo estadounidense

Un año después de que Washington diera por roto el acuerdo nuclear y en medio de las asfixiantes presiones de los EEUU de Trump, Irán lanzó un ultimátum a las potencias europeas para que cumplan su compromiso y le ayuden a sortear las sanciones que ahogan a su sector petrolero y bancario –y por tanto, productivo–. De lo contrario suspenderá escalonadamente los compromisos que firmó para reducir su programa nuclear. Quid pro quo en sentido literal.


Irán anunció ayer la suspensión de dos de los compromisos que asumió al firmar en julio de 2015 el acuerdo nuclear con los EEUU de Barack Obama.

Justo ayer hace un año, el 8 de mayo de 2018, su sucesor, Donald Trump, se retiró del Acuerdo de Viena y restauró las sanciones económicas derogadas en virtud del pacto, que a cambio obligaba a Teherán a reducir drásticamente su programa nuclear y a comprometerse a no dotarse jamás del arma atómica.

Si esas sanciones a los sectores petrolero y bancario hacían prácticamente imposible cualquier tipo de relación comercial normalizada de Irán con el resto del mundo, la gota que ha colmado el vaso ha sido el hecho de que EEUU ha anulado a principios de mayo las exenciones para comprar crudo iraní a ocho países y ha impuesto sanciones añadidas a su programa nuclear.

A Irán se le ha agotado la paciencia y su presidente, Hassan Rohani, anunció que a partir de hoy dejará de limitar –a través de la venta a terceros países– sus reservas de uranio enriquecido y de agua pesada.

El anuncio incluye un ultimátum a las potencias europeas, que hace un año se comprometieron a sortear las sanciones estadounidenses para mantener vivo el acuerdo.

Palabras y hechos

No obstante, la puesta en marcha por parte de la UE de un mecanismo de trueque y de un canal especial de pagos no ha tenido efecto alguno e Irán sufre un aislamiento petrolero, y sobre todo bancario, total. Así, Rohani anunció que si los europeos no cumplen sus compromisos y alivian ese aislamiento en 60 días, Irán dejará de cumplir con las limitaciones de enriquecimiento de uranio (al 3,65%) y retomará hasta el final la construcción del reactor de agua pesada de Arak (centro). Más aún, amenazó con nuevas medidas en un plazo de 120 días en caso de que no haya cambios.

De visita en Moscú, el ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, acusó a los europeos de «no haber cumplido ninguno de sus compromisos». Rusia hizo suya la exigencia de Teherán. China, que también forma parte del grupo 5+1 rechazó asimismo las sanciones unilaterales de EEUU.

Los miembros europeos del G5+1 rechazaron el ultimátum iraní. Londres lo tildó de «inoportuno», Berlín in&dcThree;stó al cumplimiento del acuerdo «en su totalidad» y París no descartó nuevas sanciones de la UE contra Teherán.

Tanto Rohani como Zarif justificaron las medidas como una «operación quirúrgica para salvar el acuerdo» y apelaron a sus puntos 26 y 36, que estipulan que Irán tiene derecho a reducir sus compromisos nucleares si las otras partes no cumplen con sus obligaciones.

Lo cierto es que el Gobierno iraní está entre la espada de unos EEUU que acaban de desplegar un portaaviones y cazas en el Golfo Pérsico –sin olvidar a Israel, que por boca de Benjamin Netanyahu advirtió de que «no permitiremos que Irán se haga con armamento nuclear»– y la pared de un acuerdo que, por muy incumplido que sea, es su último baluarte contra el aislamiento total. De ahí su presión a Europa.

 

Pompeo habla de «reacción ambigua»

De visita en Londres, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, calificó el anuncio de Teherán de «intencionadamente ambiguo».

«Habrá que ver cuál es realmente la reacción de Irán» para calibrar la respuesta de EEUU, señaló Pompeo, quien no pasó por alto la oportunidad para añadir que «confío en que Reino Unido y nuestros aliados europeos actuarán concertadamente» con Washington. Durante la conferencia de prensa, el jefe de la diplomacia estadounidense confirmó que ha debatido con Londres, Berlín y Paris del mecanismo especial de compensación financiera para permitir a empresas europeas comerciar con Irán sin exponerse a sanciones.

Pompeo no ahorró amenazas. «Nuestras sanciones permiten llevar a Irán ayuda humanitaria y ciertos productos. Si es así ese mecanismo es irreprochable, pero si va más allá, lo analizaremos y sancionaremos a los que estén implicados».GARA