EH Bildu mantiene Tafalla pese a que Navarra Suma entrega sus votos al PSN
La ciudad de Tafalla estará gobernada por EH Bildu otros cuatro años. Jesús Arrizubieta ha tomado la vara de mando de Arturo Goldarazena, el alcalde que consiguió la ciudad para el cambio hace cuatro años. Los votos de PSN y UPN no han sido suficientes para impedirlo. Iniciativa por Tafalla ha tenido la llave y la ha usado.
No ha habido sorpresas. La votación final ha acabado con 9 votos frente a 8. El candidato de EH Bildu se ha convertido en alcalde, pese a perder la condición de fuerza más votada frente a Navarra Suma, que le superó tan solo por cinco votos en las elecciones del 26 de mayo.
Tres candidatos han levantado la mano en su intento por convertirse en alcalde. Arrizubieta, Esther Iso (PSN) y Amaya Orduña (Navarra Suma). Sin embargo, Orduña ha pedido la palabra para retirarse un instante después, en vistas de que Iso daba el paso. Por tanto, los concejales solo podían escribir dos nombres en la papeleta: el de Jesús Arrizubieta o el de Esther Iso.
El acuerdo y la silla de ruedas
Antes de la votación, Arrizubieta ha anunciado –ha recordado, más bien– que llegaba al pleno con un acuerdo con los concejales de Iniciativa por Tafalla (IT), I-E y Geroa Bai. Entre todos, reunían la mayoría absoluta, por lo que a Navarra Suma no le iba a valer el comodín de la lista más votada. Iso, a sabiendas de que perdería, ha defendido que se presentaba «haciendo honor» a la palabra dada en campaña.
Una vez se han abierto las papeletas, ha centrado la atención el discurso de Goizeder Juango, cabeza de lista por IT. Este grupo de independientes había llegado a acuerdos con UPN con anterioridad y a Navarra Suma no le ha sentado para nada bien que se decantaran por un gobierno de izquierdas. Y Juango ha estado particularmente resuelta y guerrera. Ha llegado con una camiseta con el fantasma multicolor que, gracias a Vox, se ha convertido en un icono de la libertad sexual.
Juango les ha cantado las cuarenta y les ha dicho que, por cinco votos más, no se merecían un apoyo gratuito. Les ha dicho que Navarra Suma es un pacto infumable, donde están los que llegan a acuerdos con Vox y los que se la tienen jurada a los fueros. Y les ha recordado también que eso de que el más votado gobierne es una norma que en los demás sitios se la saltan, como en Andalucía. Orduña, en la réplica, le ha tachado de incongruente con un discurso ya preparado de casa, sin responder a las acusaciones concretas recibidas.
Superado ya el trámite, Arrizubieta ha hecho un anuncio importante. EH Bildu vuelve a abrir el gobierno de la ciudad a todas las formaciones que quieran participar de él. Ha recordado que un ayuntamiento da mucho trabajo y que, el que quiera arrimar el hombro, tiene la puerta abierta. Ese ofrecimiento fue aceptado por los anteriores concejales del PSN la legislatura pasada, abriendo un cisma importante en la formación que acabó con expulsiones dentro del partido y pleitos judiciales. Iso, esta vez, no ha dicho ni que sí ni que no.
Arrizubieta (gerente de la cooperativa de Fagor Ederlan, donde trabajan unas 800 personas) ha elaborado un discurso muy historicista. Se ha presentado como el alcalde 433 de una lista que arrancó hace ocho siglos. De toda esta retahíla de alcaldes se ha quedado con los que se levantaron contra la invasión española y la Gamazada, también con el que se opuso a que los corraliceros se quedaran con los comunales en 1908 y con los electos republicanos que fueron perseguidos. Además, ha recordado a las dos alcaldesas que ha tenido la ciudad: Maite Mañú y Cristina Sota (la una, del PSN y la otra, de UPN). También ha apuntado que esta será la primera corporación con más mujeres que hombres.
El acto en ese abarrotado salón de plenos se ha cerrado con la entrega de insignias a los concejales de la legislatura anterior, pero antes de eso, Arrizubieta ha formalizado una promesa personal que realizó a alguien, cuyo nombre no desveló, en campaña. Esta persone le pidió que recorriera la ciudad en silla de ruedas para que se diera cuenta de lo que suponen las barreras arquitectónicas para las personas con movilidad reducida. El nuevo alcalde ha cerrado su intervención anunciando que lo va a hacer.