Un salto mundial
Francia 2019 se despide como el mejor Mundial de la historia en el plano deportivo y el que mayor interésha concitado. Estados Unidos sigue siendo la mejor selección pero las diferencias se acortan.
La victoria de Estados Unidos frente a Holanda en Lyon puso fin al Mundial. «El mejor de la historia», en palabras de Gianni Infantino, aunque difícilmente se podría esperar otra discurso del presidente del organismo organizador. Pero esta vez la opinión general coincide. Francia 2019 ha reflejado el acelerón experimentado en la evolución del fútbol femenino.
Estados Unidos es un equipo mejor que el que ganó en Canadá, más maduro y con más recursos tácticos. Y, sin embargo, la distancia con sus principales rivales se ha acortado. Las norteamericanas han tenido que echar mano de todos esos recursos para superar a Francia, Inglaterra –en ambos casos por la mínima–, Holanda o incluso una Suecia que reservó a algunas de sus mejores futbolistas en el choque de la fase de grupos frente al campeón.
No es casualidad que la «rebelión» haya prendido en Europa, con siete representantes en cuartos de final. Con permiso de Australia y Nueva Zelanda, donde se han dado pasos importantes en pro de la profesionalización y la igualdad, es en Europa donde más dinero y trabajo se ha invertido en los últimos años. Por parte de las federaciones pero, sobre todo, de los clubes. La propia Sarina Wiegman reconocía en vísperas de la final que sus futbolistas han podido crecer en buena medida gracias a su experiencia en equipos de otras Ligas.
Por eso mismo las beneficiadas por la inversión no han sido sólo las jugadoras europeas. Muchas futbolistas de África, Centroamerica y Sudamérica, donde la implicación de las federaciones es, con excepciones, claramente menor, juegan en Ligas europeas y competiciones, principalmente universitarias, estadounidenses. De ahí que, aunque la situación del fútbol femenino siga siendo claramente desigual dependiendo de las coordenadas, también la distancia entre el segundo y el tercer escalón se ha reducido. Como ejemplo, por primera vez en la historia África ha tenido dos representantes en octavos de final o las cuatro debutantes en el torneo han marcado goles e incluso han rozado –sobre todo en el caso de Chile y Escocia– la clasificación para la fase final de eliminatorias.
Promesas y reivindicaciones
Mejoría general, que ha llenado de emoción muchos partidos, y mejoría individual, personificada indudablemente en las guardametas, que ha sido seguida por muchos ojos.
Hasta mil millones de espectadores han visto en algún momento el Mundial, superando ampliamente el hito anterior, marcado en Canadá 2015. Jornada tras jornada, Francia 2019 ha ofrecido noticias de récords de seguimiento por televisión y redes sociales en todos los rincones del mundo, al tiempo que las firmas deportivas se felicitan por un volumen de ventas que también se multiplica. Si la demanda crece, también lo hará la inversión –la FIFA pretende duplicar el dinero destinado al fútbol femenino– y, como acaba de comprobarse, a mejores medios, mayor nivel deportivo.
Otra cosa es que las medidas que se anuncian, si llegan a cumplirse, sean suficientes. Las futbolistas esperan a comprobarlo, aunque no de brazos cruzados. Porque este ha sido el mejor Mundial de la historia, el de la «marea naranja», el del VAR, el de las grandes audiencias y el de la Macarena en los descansos. Pero también ha sido el de las reivindicaciones. El de la pelea por la igualdad y por el reconicimiento, que han reivindicado desde Marta hasta Vanina Correa, pasando sin duda por Megan Rapinoe.
«Equal Pay» coreaba la grada del Groupama Stadium mientras Gianni Infantino entregaba la Copa de campeonas a Estados Unidos. Un trofeo de bronce chapado en oro, frente al de oro macizo que reciben los ganadores del campeón masculino. El mismo día, como denunciaba la capitana norteamericana, en que se entregaban también los trofeos a los ganadores de la Copa América y la Copa de Oro. El camino ha comenzado pero es largo todavía.
El campeón no se cansa de celebrar récords
Estados Unidos es el mejor equipo del mundo y de la historia. La selección de Jill Ellis, primera entrenadora que conquista dos Mundiales femeninos, no sólo es la única que ha levantado el trofeo por cuarta ocasión; también ha batido todo tipo de récords en el torneo.
El equipo –que también se ha llevado Botas de Oro y Plata (Rapinoe, Morgan) y Balones de Oro y Bronce (Rapinoe, Lavelle)– ha logrado la mayor goleada de la historia (13-0), es el primero que gana siete partidos en un Mundial, ha enlazado doce victorias desde 2015 y es el más goleador en un Mundial (26).A.U.L.
En breve
Galardones. Megan Rapinoe, Alex Morgan y Ellen White componen el podio de la Bota de Oro. Rapinoe repite al frente del Balón de Oro, secundada por Lucy Bronze y Rose Lavelle. Sari Van Veenendal acaba el Mundial con el Guante de Oro.
Joven. Giulia Gwinn ha sido designada mejor jugadora joven del torneo. La alemana fue MVP del partido en su debut en el Mundial sub17 (2016) ante Venezuela, en su debut en el Mundial sub20 (2018) ante Nigeria y en el Mundial absoluto ante China. En los tres partidos marcó un gol.
Veteranas. Cuatro estrellas se despiden de Francia, y posiblemente de los Mundiales, con cuatro récords. La brasileña Formiga es la futbolista más veterana que ha jugado nunca el torneo (41 años) y la única que ha participado en siete ediciones. Su compatriota Marta ha anotado en cinco ediciones diferentes –como Christine Sinclair– y es la máxima goleadora histórica, con 17 tantos en total. Carly Lloyd ha marcado en seis partidos consecutivos desde 2015.
Trump. Necesitó más de dos horas desde que acabó la final pero el presidente de Estados Unidos acabó felicitando a su selección vía Twitter. Lo que no ha aclarado es si habrá recibimiento oficial en la Casa Blanca. El alcalde de Nueva York sí ha anunciado que mañana se celebrará en sus calles el gran desfile de bienvenida a las campeonas.
Seleccionadores. Corinne Diacre, que ha realizado un fuerte ejercicio de autocrítica, ha sido ratificada en su puesto por la Federación francesa. Pese a la temprana eliminación de Nueva Zelanda, también Tom Sermanni ha sido renovado hasta los Juegos de Tokyo. La que no seguirá es Nuengrutai Srathongvian, pese a haber clasificado a Tailandia para los dos últimos Mundiales.
Inversión. China no pasó de octavos pero Jack Ma, fundador de la empresa Alibaba ha anunciado que invertirá 130 millones de euros durante la próxima década en la promoción del fútbol femenino en su país.