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Quién hablará de nosotras a partir de los cuarenta

Iratxe Fresneda

Mientras leía en el periódico del Festival la entrevista que Amaiur Armesto realizaba a la directora tunecina Hinde Boujemaa (Cartago, 1971), pensaba que no estoy sola. Que no soy la única persona que cree que cumplir años, si estos son bien aprovechados, puede proporcionar(nos) la tersura de la experiencia y la capacidad de multiplicar nuestras habilidades. Boujemaa decía que «la mujer a partir de los cuarenta años es extremadamente interesante» a pesar de convertirse en invisible en ciertos sectores profesionales y sociales. Esto ha sucedido históricamente con las mujeres actrices, ‘el cine’ no escribía demasiados papeles protagonistas para ellas tras cumplir los cuarenta.

«Verás cuando los cumplas, me he vuelto invisible», me confesó una compañera de profesión hace unos años. Sea la invisibilización, sea que en los estratos donde se toman las decisiones, la paridad publicitada como cuota de género se convierte muchas veces en paraíso del síndrome de Estocolmo, nos queda mucho para aprender a querernos entre nosotras, nos quedan muchos techos por romper.

Techos, barricadas, muros generados culturalmente y que forman parte de nuestras estructuras sociales, como sucede en la película de Alice Winocour (Paris, 1976), ‘Proxima’, presentada hoy a concurso en sección oficial. He aquí la sinopsis corta: Una mujer astronauta y la palabra mágica: conciliación.

Una mujer (protagonizada por Eva Green), en un entorno mayoritariamente masculino, la carrera espacial, pelea por la excelencia en casa y en el ‘espacio’. Su retrato dibujado con las herramientas del audiovisual se convierte en una película poderosa, que atrapa, que nos acerca a las luchas internas del ser humano, de una mujer. El cine de Winocour es una perla fresca en la sección oficial, maduro, fuerte, cabal e inteligente, porque ya se sabe que «a partir de los cuarenta años la mujer es extremadamente interesante».

Tan interesante como Josefina Molina, que ante una sala abarrotada recibía el Premio Nacional español de Cinematografía. Molina ha sido la primera mujer directora en recibirlo y estamos en 2019.