‘Patrick’, víctima y verdugo
Las secuelas de los abusos en la infancia conforman el grueso de ‘Patrick’, película que presenta dentro de la Sección Oficial Gonçalo Waddington. Un clima frío y distante, muy acorde con lo que debe de sentir el protagonista, invade la película.
Los abusos en la infancia suelen derivar en graves problemas emocionales que, si no se tratan como es debido, dejan secuelas que son difíciles de sobrellevar. Es lo que le sucede a Patrick (Hugo Fernandes), protagonista del filme del mismo nombre firmado por Gonçalo Waddington y que se ha presentado hoy dentro de la Sección Oficial a concurso.
Patrick fue secuestrado y sufrió abusos durante su infancia y ahora, con 20 años, él se ha convertido en abusador. Sucede que, tras un encontronazo con la Policía, lo identifican y devuelven a su lugar de procedencia, una aldea de Portugal. Junto a su madre, Patrick tratará de dejar de ser Patrick para convertirse en Mario, el niño que una vez fue, pero la metamorfosis no será fácil para madre e hijo, que se ven envueltos en un clima frío y distante en la que prima la incomunicación.
En rueda de prensa, el primero en tomar la palabra ha sido el director, Gonçalo Waddington, para hablar sobre moralidad. En su opinión, ante la película el público se siente «como si estuvieran manejando una marioneta, y hay pequeñas líneas sutiles que tiene que leer. Patrick sí tiene una noción de lo que es el bien y el mal, pero su formación social es muy inusual, porque hasta los 10 años le criaron sus padres pero durante 8 años ha estado con otra persona que le quiso de algún modo y le crió de una manera especial, por lo que la noción del bien y el mal es distinta para él. Si el público tiene cuestiones morales con la película he conseguido lo que quería; no quiero dar una lección moral, pero sí que la gente piense sobre cuestiones morales», ha recalcado.
Sobre el personaje central, ha resumido que Patrick «es alguien que quiere encontrarse a sí mismo y que quiere decirle a la gente quién es él». Para Teresa Sobral (interpreta a la madre de Patrick), «él cree que se ha transformado en un monstruo, una persona que no consigue distinguir el bien del mal. Para él es difícil gestionarlo, porque pensaron que estaría muerto y vuelve convertido en un ser completamente destrozado». Ante esa situación, Sobral cree que «es difícil gestionar el amor» pero que dentro «de esa desgracia que le ocurrió él es un luchador. ¿Hasta qué punto él no está en la búsqueda de algo que no encuentra porque la gente de su alrededor no le puede ayudar?», se ha cuestionado.
Waddington utiliza los primeros planos para acercar al público al personaje y obligarle a tratar de integrarse en su mente. «Planifiqué hacerlo así durante la escritura del guion. Cuando muestras algo, lo importante es la reacción. Así que cuando a Patrick le muestran un video de lo que él había rodado quiero que se vea su reacción, y que el público se pregunte ¿qué está pasando en su mente? Si él pudiera explicar lo que le sucedió escribiría un ensayo de 300 páginas y luego se tiraría de una ventana; no tiene la inteligencia emocional suficiente para explicar lo que le sucedió, no sabe cómo hacerlo».
Busqueda de la identidad
Sobre la búsqueda del actor y la construcción del personaje, Hugo Fernandes (interpreta a Patrick) ha asegurado que lo prepararon a conciencia. «Hice varios viajes a Portugal para conocer a todos, y eso me permitió sentirme bien con todos los actores. Es cierto que, como Gonçalo también es actor, sabe cómo hacer que te sientas agusto». Waddington ha añadido que querían buscar a alguien que dominara el francés y el portugués y que cuando se encontró con Fernandes «me di cuenta que era muy esquivo, no me miraba directamente a los ojos. Era simplemente porque estaba nervioso, pero esa manera de mirar era lo que yo buscaba».
Carla Maciel (interpreta a la tía de Patrick) ha recordado que antes del rodaje hicieron una residencia artística para hablar de los personajes, «y hablamos mucho de moralidad. Creo que mi personaje es un poco parecido a Patrick, porque se agarra a la madre, no tiene una vida propia y se refugia en la hermana para cuidarla y casi obligarla a depender de ella. Acaba por perder un poco su personalidad, que es lo que le sucede a Patrick, que acaba por no saber quién es él. No tiene identidad».
Sobral ha añadido que esa residencia les sirvió para construir el pasado de sus personajes, y cuando empezaron a filmar «estábamos en una base de un destrozo, para poder volver a reconstruir» el presente de los personajes.