Donald Sutherland: de formación contestataria
Lo más admirable en Donald Sutherland es que a sus 84 años sigue siendo un actor plenamente vigente, y es que nunca ha pasado por un bache profesional ni nada parecido, manteniéndose siempre entre los mejores desde sus inicios a mediados de los años 60. Ahora mismo está de plena actualidad con el estreno de la obra maestra de la ciencia-ficción ‘Ad Astra’ (2019), con la que James Gray obtuvo la mejor puntuación en los paneles de la crítica de la Mostra de Venecia. Pero como el actor canadiense no para, la proyección que acompaña a la entrega del Premio Donostia es ‘The Burnt Orange Heresy’ (2019), producción británica dirigida por Giuseppe Capotondi y coprotagonizada por Mick Jagger, Elizabeth Debicki y Claes Bang. Se basa en una novela de Charles Willerford que se mueve en el mundo de las estafas de obras de arte, y dentro del cual Sutherland interpreta a un veterano pintor.
No hay tipología que no haya representado en la pantalla a lo largo de su carrera coronada con un Óscar honorífico hace dos años, por no hablar de que ha rodado en todas partes del mundo y en todos los idiomas. Con decir que se inició en producciones italianas de género enclavadas en la serie B, para una vez consagrado internacionalmente regresar al país transalpino para ser dirigido por sus grandes maestros Federico Fellini, Bernardo Bertolcci, Giuseppe Tornatore o Paolo Virzì, mención aparte de las localizaciones venecianas del thriller clásico de Nicolas Roeg ‘Amenaza en la sombra’ (1973).
El único periodo en el que se puede contextualizar el trabajo de este trotamundos es el correspondiente a principios de los 70 en el cine contestatario estadounidense, lo que le convierte en un activo contracultural gracias a títulos como ‘M.A.S.H.’ (1970) de Robert Altman, ‘Little Murders’ (1971) de Alan Arkin, ‘Klute’ (1971) de Alan J. Pakula, ‘Johnny cogió su fusil’ (1971) de Dalton Trumbo, ‘Material americano’ (1973) de Alan Myerson, ‘Como plaga de langosta’ (1975) de John Schlesinger, ‘Desmadre a la americana’ (1978) de John Landis, o ‘La invasión de los ultracuerpos’ (1978) de Philip Kaufman.