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Pensionistas caminan puerto arriba, «como la marcha de hierro de 1992»

Visten chalecos amarillos con un lema central, «pensiones dignas», y han superado ya las tres primeras etapas de una marcha a Madrid como la que en 1992 hicieron los obreros de Altos Hornos. Ayer subieron el primer puerto de envergadura con su fuerza y el apoyo de la gente que hallan a su paso.


Tercera jornada la de ayer para la marcha a pie a Madrid que un grupo de pensionistas vascos y de comunidades cercanas iniciaron en Bilbo en defensa de pensiones dignas. Y un puerto a la vista: el de Urduña. Cuestas empinadas y curvas cerradas por las que no hay mucho tráfico. Pero de vez en cuando se oyen bocinas de coches y voces carretera arriba. La mayoría de los conductores pitan cuando llegan a su altura y les animan. Ellos responden puño en alto, con algún «Pentsionistak aurrera!» y agitando las banderas que portan.

No es fácil parar el coche y hablar con ellos. Van separados en dos grupos: un pelotón principal y un grupo de tres un poco más rezagados. Llevan buen ritmo y la marcha no puede detenerse; no pueden romper el programa establecido. Así que apenas paran unos minutos para que grabemos una corta entrevista; después aceleran el paso y alcanzan al resto. Hasta andando cuesta arriba tienen que atender las llamadas de los medios, aunque sea con la respiración entrecortada.

«Qué cuánto ganas preguntan; diles que 45 años cotizados», comenta uno de los marchistas sobre algunos sucedidos ante los micrófonos. Insisten en que su lucha es colectiva y va mucho más allá del conjunto actual de personas pensionistas. Llevan como lema «Gobierne quien gobierne, las pensiones se defienden», con un matiz: tienen que ser «pensiones dignas».

Javier Martínez y Luki Gómez, portavoces del grupo, explican a GARA que esta marcha tiene mucho de memoria obrera de Ezkerraldea. «A la vista de que el Gobierno no nos estaba haciendo mucho caso», la gente que se reúne semanalmente en las plazas para reivindicar la subida de las pensiones llevaba tiempo pidiendo ir más allá, «hacer algo más», señalan.

Ezkerraldea, en el origen

En las plazas de Ezkerraldea luchan ahora por las pensiones trabajadores de los Altos Hornos que en su día lucharon en defensa de los puestos de trabajo de la siderurgia. Así es como surgió la idea de hacer una marcha al estilo de aquella «Marcha de Hierro» de 1992 en la que participaron cientos de trabajadores vascos y asturianos.

Con esa idea se fue formando un grupo y «el revulsivo» fue la convocatoria por la coordinadora estatal de pensionistas de una concentración en Madrid el próximo 16 de octubre, con la intención de rodear el Congreso. Como señala Gómez, también animó la salida de una columna desde Rota (Cádiz), a la que han llamado “columna sur”. «Fue definitivo y decidimos formar la ‘columna norte’», añade.

Compañeros y furgonetas

En esta columna que ayer subió el puerto de Urduña con destino a la localidad alavesa de Espejo, junto a los pensionistas vascos hay compañeras y compañeras de Cantabria, Asturias, La Rioja, Aragón y Catalunya. Marchan con sus banderas, que ondean al viento en cuanto reciben ánimos.

Paco García es catalán, de Sant Vicenç dels Horts, «el pueblo del Oriol Junqueras», precisa. «No es la primera marcha que hago y está muy bien montada», comenta a GARA, resaltando la visibilidad que dan a su reivindicación iniciativas como estas.

Para asistir a los marchistas han organizado el apoyo de tres furgonetas. Una porta las mochilas; en la otra llevan cocinas, carpas, mesas y sillas para los por ahora 30 integrantes –24 hombres y 6 mujeres; y la tercera está preparada para llevar pasajeros y tiene botiquín «por si algún compañero o compañera tienen algún problema y necesita subir a la furgoneta».

«La mayoría somos senderistas, gente que hace monte», indica Gómez. Pero son 400 kilómetros los que tienen que completar y, mirando a las semanas siguientes, temen puntos como Somosierra, etapas largas y con fuertes pendientes.

Tampoco desatienden las redes sociales: inmortalizan las vistas de la marcha ascendiendo el puerto para compartirlas con los amigos, la familia y el colectivo de pensionistas.

Se detienen más o menos cada hora para hidratarse y comer frutos secos o fruta. Menos en esta jornada, ya que en la parada en el alto del puerto les esperaba una garrafa de agua y pastas de Urduña. Una conocida pastelería de la localidad les había hecho entrega de los dulces por la mañana.

Momentos «muy emotivos»

«Estos primeros días están siendo muy bonitos, muy emocionantes», reconoce Martínez, relatando que, a su paso por los pueblos, la gente les da continuamente ánimos a pie de calle, desde las ventanas, desde coches y camiones... «Esto es combustible para la marcha», comenta Gómez.

Destacan especialmente la acogida que tuvieron en Urduña el día anterior, el martes, cuando fueron recibidos por la alcaldesa, concejales y el director de la escuela. «Nos pidieron que fuéramos a las aulas y les hablásemos de la marcha, y fue muy especial»

Tienen previsto llegar a Miranda de Ebro este jueves. El plan es estar el próximo lunes, día 30, en Burgos y el 4 de octubre en Aranda de Duero. Las etapas están organizadas en tramos de unos 20 kilómetros y a su llegada a núcleos de población realizan concentraciones en las plazas para dar a conocer sus reivindicaciones.