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Un clima extremo golpeará ciudades y costas en 2050

El calentamiento global devasta los océanos y las zonas heladas a gran velocidad, amenazando a poblaciones enteras, advirtió el cuarto informe del IPCC que considera que estos son irreversibles y aparecerán con mayor frecuencia. Con todo, llama a la humanidad a reducir más rápidamente las emisiones de CO2 para, al menos, ganar tiempo y poder tomar medidas ante la aceleración de la subida del nivel del mar, 2,5 veces más rápida que en el siglo XX.


Subida del nivel del mar, islas amenazadas de sumersión, glaciares que desaparecen... Algunos de los impactos devastadores del cambio climático ya son irreversibles, advirtió el grupo de expertos sobre clima de la ONU. Dos días después de la cumbre climática de Nueva York, el informe subrayó que aplicar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, aunque no evitarán estas consecuencias, podría suponer una gran diferencia.

Reduciendo las emisiones los cambios nefastos en el océano no se detendrían repentinamente, pero se ralentizarían. Así, «habría más posibilidades de conservar los ecosistemas y permitiría ganar tiempo», subraya la climatóloga Valérie Masson-Delmotte, que participó en la redacción del documento del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), basado en miles de estudios científicos.

Subida del nivel del mar

Ganar tiempo para, por ejemplo, prepararse a la subida de las aguas que favorece las tormentas y las olas gigantes. ¿Cómo? Construyendo diques alrededor de las grandes megalópolis costeras como Nueva York o anticipando el desplazamiento inevitable de algunas poblaciones, sobre todo de los pequeños Estados insulares que podrían volverse inhabitables para finales de siglo. El ritmo de crecimiento del nivel de los océanos fue 2,5 veces más rápido a principios del siglo XXI que en el siglo XX y continuará aumentando.

No es un «problema técnico o medioambiental. No podemos poner una tirita encima para que desaparezca», señala otro autor del informe, Bruce Glavovic, de la Universidad Massey de Nueva Zelanda. Esto «redefinirá los litorales del mundo entero, ahí donde se concentran las poblaciones». En estas costas, construir protecciones podría reducir el riesgo de inundaciones de una entre 100 a una entre 1.000, pero costaría «entre decenas y centenares de miles de millones de dólares anuales», según el informe.

Estas protecciones serán sin embargo más eficaces en las megalópolis costeras que en los grandes deltas agrícolas o los pequeños estados insulares, que tampoco tendrán recursos financieros suficientes.

En total, según el informe, más de 1.000 millones de personas vivirán de aquí a mediados de siglo en zonas costeras poco elevadas, especialmente vulnerables a las inundaciones y a otros eventos meteorológicos extremos amplificados por la subida del nivel del mar y el desarreglo climático.

Incluso en un mundo con un calentamiento de +2 ºC, muchas megalópolis y pequeñas islas se verían golpeadas de aquí a 2050 por un evento extremo al menos una vez al año, en vez de una vez cada 100 años como hasta ahora.

El Acuerdo de París recogió el compromiso de limitar el calentamiento a +2 ºC respecto a la era preindustrial, objetivo que rápidamente se vio insuficiente y se rebajó a +1,5º C , reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Los océanos absorbieron alrededor de una cuarta parte de estas emisiones y el 90% del calor suplementario generado por el CO2 producido por la humanidad. Y con consecuencias palpables: alza de la temperatura del mar, acidificación o pérdida de oxígeno, que provocan impactos en cadena en ecosistemas como en los arrecifes coralinos vitales para muchas especies, así como en las regiones montañosas y en los glaciares.

El informe es el cuarto documento científico de la ONU en un año para alertar de los impactos del cambio climático.

Pero pese a las pruebas científicas incontestables y a la movilización creciente reuniones como la de Nueva York apenas producen débiles promesas. Incluso respetando los compromisos internacionales actuales, el mundo se encamina a un catastrófico calentamiento de +3 ºC.

 

Alerta de derrumbe en un glaciar del Mont Blanc

Un glaciar del Mont Blanc se está derritiendo y corre el peligro de derrumbarse, en un valle próximo a la localidad de Courmayeur. En concreto, son unos 250.000 metros cúbicos de hielo del glaciar Planpincieux, en el Mont Blanc, los que corren el riesgo de venirse abajo. Las autoridades regionales del Valle de Aosta y la Fondazione Montagna Sicura dieron la voz de alarma después de comprobar que el movimiento del glaciar se ha acelerado a 50-60 cm por día por el incremento de las temperaturas, y han cortado las carreteras de la zona como pedida de precaución. Además, ultiman la instalación de un sistema de radar para controlar el glaciar las 24 horas del día. La situación, no obstante, podría verse favorecida por una bajada de las temperaturas. «La montaña atraviesa un período de grandes cambios debido a factores climáticos y, por lo tanto, es particularmente vulnerable», señaló el alcalde de Courmayeur, Stefano Miserocchi. GARA