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Drama kurdo, límites de EEUU y riesgos turcos


Es difícil discernir en medio de la andanada de tuits de Trump, a cual más surrealista y contradictorio con el anterior, hasta dónde llega la errática política estadounidense en Oriente Medio y, sobre todo lo que única y verdaderamente importa, qué les espera a los kurdos

Todo apunta a que el presidente de EEUU ha ordenado una retirada-repliegue dando vía libre a su homólogo turco, Erdogan, a una ofensiva militar. Queda por dilucidar el alcance tanto de esta última como de la anunciada retirada.

Las informaciones locales sobre el terreno, corroboradas por Rusia, apuntan, de momento y en todo caso, a un pequeño repliegue en el área que comprende las bases estadounidenses de Tal Abyad y Serekaniye, al este de la ciudad de Kobani.

Los últimos mensajes de Trump refuerzan la tesis de que, forzado por resistencias internas, habría autorizado una operación limitada. Lo que no resta un ápice de gravedad a su traición a los kurdos.

Erdogan se apunta un tanto diplomático pero matizado, y que podría albergar varios regalos envenenados. .

No le sería fácil repetir en Kobani el paseo triunfal de 2018 en Afrin. Menos si intentará extender su ofensiva hacia el este, a Qamishlo y Hassaka.

Quedarse solo contra los kurdos, tentados a aliarse con Damasco y con Rusia y EEUU vigilando, no es su único riesgo.

La ofensiva podría provocar una metástasis del ISIS, hoy en la clandestinidad, y provocar la huida de campos de detención de miles de yihadistas.

Y estos no dudarían en atentar en la vecina Turquía, en venganza por el abandono de los en su día sus «patrocinadores».