Los regímenes árabes cargan contra Ankara
La Liga Árabe ha convocado, a petición de Egipto, una reunión de urgencia mañana sábado para analizar la ofensiva turca contra Rojava.
No obstante, el destino de los kurdos es lo último que preocupa a los regímenes árabes. El secretario general de la Liga, Hossam Zaki, ha denunciado que la ofensiva «viola el derecho internacional y constituye un ataque inaceptable contra la soberanía de un Estado miembro».
Siria fue suspendida de la organización panárabe en 2011, tras el inicio de la revuelta popular que derivó en guerra civil y conflicto geopolítico por delegación. Desde hace un año, varios países árabes luchan por la reintegración de Damasco.
El miércoles, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein denunciaron la «agresión» turca y advirtieron de que podría tener «repercusiones negativas en la seguridad y estabilidad de la región (...) debilitando los esfuerzos» contra el ISIS.
Ankara negó a estos regímenes legitimidad alguna para oponerse a su ofensiva cuando «ustedes han matado y atacado a tantos civiles en Yemen».
Jordania también denunció la ofensiva turca «y todas las acciones que atentan contra la seguridad de Siria».
Más preocupante para Erdogan es la llamada telefónica que recibió del emir de Qatar, Tamim bin Hamad al-Thani, para defender «el refuerzo de las relaciones entre los dos países», pero también para «discutir sobre la evolución de los acontecimientos en Siria».
Doha es un aliado estratégico de Ankara, también en la guerra en Libia. Por contra, Ryad no oculta su inquina hacia Turquía, no solo por esa alianza con su ahora enemigo qatarí sino por el affaire Khashoggi, periodista torturado hasta la muerte y desaparecido por los saudíes en su consulado en Estambul.