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PAZarela, de la guerra a las pasarelas de Bogotá por la paz y la reincorporación

Son muchos los proyectos productivos que están desarrollando los exguerrilleros de las FARC-EP en su proceso de reincorporación económica, social y política. Uno de ellos es PAZarela, un juego de palabras entre paz y pasarela, porque «la moda también es política». En setiembre, realizaron su primer desfile de ropa en Bogotá con un mensaje claro: la paz como meta y el compromiso con los acuerdos de La Habana como hoja de ruta.

Milena Reyes, exguerrillera de las FARC-EP y miembro del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, participó en el desfile organizado el 18 de setiembre en Bogotá por la cooperativa de excombatientes Tejiendo Paz. (Juan BARRETO/AFP)

Milena Reyes tomó las armas siendo aún adolescente. Fue una de las delegadas de las FARC-EP en la mesa de conversaciones de La Habana con el Gobierno de Juan Manuel Santos. En concreto, integró la subcomisión para el fin del conflicto armado que negoció directamente con los militares la dejación de armas y la subcomisión de género. El pasado mes de setiembre, desfiló en Bogotá. Por un día se convirtió en modelo.

«Jamás nos hubiéramos imaginado estar ante tantas cámaras modelando. Yo no soy modelo. Lo hice en apoyo a mis compañeros y como vía de expresión de nuestro compromiso con el proceso. Fue una experiencia bonita, aunque también de nervios», relata Reyes a NAIZ vía telefónica.

Exguerrilleros del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de Icononzo, en el departamento colombiano de Tolima, han creado con la colaboración de la marca de ropa Manifiesta la cooperativa Tejiendo Paz.

«Queríamos mostrarle a la sociedad colombiana, polarizada e incrédula ante el proceso de reincorporación de los excombatientes, el trabajo conjunto entre Manifiesta y Tejiendo Paz. Veíamos necesario mandar un mensaje de paz», subraya a NAIZ Angela Herrera, una de las impulsoras de Manifiesta.

«Yo estudié Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia pero siempre me ha interesado el mundo de la moda, pero una moda diferente, alternativa, alejada de las grandes marcas. Entonces, decidimos montar un proyecto que, a través de la moda, aportara a la reincorporación de los excombatientes. No es una marca que dice ‘hecho en China o en Bangladesh’, sino que en su etiqueta se puede leer ‘hecho por reincorporados en Icononzo, Tolima’ –con telas y materiales colombianos–. El consumidor puede responder a la pregunta de quién hizo mi ropa, algo que las tiendas del mercado tradicional jamás te dicen; no sabes si detrás de esas prendas hay o no explotación laboral detrás o infantil. Ese no es nuestro caso. Para nosotros, lo más importante es el proceso productivo que hay detrás de cada prenda», remarca Herrera.



En las piezas que se mostraron en Bogotá –kimonos, vestidos, chalecos, faldas y camisetas estampadas– trabajaron 13 personas aproximadamente, 4 en el área de estampado y 9 en la de confección. Todos son hombres y mujeres excombatientes y estudiantes de universidades públicas que voluntariamente se han sumado a este proceso.

«Hombres y mujeres excombatientes y estudiantes de universidades públicas que voluntariamente se han sumado a este proceso. Los desafíos más grandes han sido la lentitud de la implementación del acuerdo de paz, y la falta de formación en temas de moda. Tanto ellos como yo somos nuevos en este mundo de la industria textil; hemos ido aprendiendo poco a poco. Por ejemplo, ninguno de nosotros habíamos organizado una pasarela, pero más allá de las prendas, lo más importante era mandar ese mensaje de paz», asegura Herrera.

La moda, un acto político

Incide en que, si bien la moda siempre «se ha visto como algo banal, como si no tuviera importancia pese a que todos los días nos vestimos, con PAZarela hemos demostrado que la moda es un lienzo que permite enviar mensajes políticos. Por eso, nuestra primera modelo salió con un cartel en el que se podía leer ‘implementación del acuerdo ya’. Es importante que el Gobierno termine de implementar los asuntos que acordaron en La Habana, ya que los excombatientes están cumpliendo».

Recuerda que cuando propusieron a la Universidad de Los Andes de Bogotá la idea de hacer una pasarela para mostrar las prendas confeccionadas «nos lo imaginamos como algo sencillo. Nunca pensamos que iba tener tanta acogida ni que la gente de la Universidad se iba a involucrar así. Estamos completamente sorprendidos. No nos lo esperábamos, todo fue autogestionado, hecho con recursos propios y apoyo de la Universidad ,pero sin conocimiento sobre pasarelas, medios de comunicación, las modelos fueron voluntarias, al igual que las personas que nos ayudaron a organizar todo», señala.

Espera que este sea «el primer escalón de muchos que nos lleven consolidar este proyecto». Además de haber atraído la atención mediática tanto en Colombia como en el extranjero, la cooperativa ha firmado contratos para estampar camisetas a instituciones como la ONU o la OIT.

«Compromiso con la paz y con nosotros mismos»

Como exguerrillera, Reyes insiste en el compromiso adquirido en La Habana,«a pesar de las dificultades en el proceso de reincorporación y a que desertores de la paz decidieron tomar nuevamente las armas en cabeza de Iván Márquez y Jesús Santrich, y de otros mandos medios, que no se acogieron al proceso de paz y no se pudieron adaptar a las nuevas realidades».

Con PAZarela también han querido darle un giro a este hecho y demostrar a los colombianos que «más allá de haber cogido un fusil tenemos sueños. Antes de tomar las armas, muchos soñábamos con ser bailarines, diseñadores, sastres… pero la guerra, las desigualdades, problemas personales y familiares hicieron que nos fuéramos para la guerrilla y dejáramos esos sueños aplazados. PAZarela es una muestra de nuestro compromiso con la paz, con los colombianos y con nosotros mismos».

Al igual que Herrera, Reyes ve la moda como «un acto político. Por ejemplo, en una época las chaquetas de las mujeres no tenían bolsillos internos porque no manejaban dinero, no tenían el control monetario y se consideraba que no necesitaban ese tipo de bolsillos. La moda nos va a permitir contar y narrar muchas historias por medio del color, de la textura…».

Rechaza «la división que están intentando provocar –en los territorios– los desertores, que quieren acabar con la reincorporación colectiva y dividir los proyectos productivos. Ya sacamos un comunicado en el que dejamos claro que no vamos a permitir que personas ajenas o que están en contra del acuerdo de paz, compañeros que alguna vez estuvieron con nosotros pero que no están respetando lo acordado, violen lo pactado».



Igualmente denuncia la falta de garantías de seguridad. «Van más de 165 excombatientes muertos desde la firma de los acuerdos y el Estado no ha hecho absolutamente nada. El asesinato de líderes y defensores de derechos humanos también va en aumento y el Estado no hace nada», censura.

«Los acuerdos de paz se construyen y para ello tenemos que estar todos y todas comprometidos con la paz, ayudarnos. Aquí estamos, aquí nos quedamos», concluye la exnegociadora de las FARC-EP.