20 años de sensibilización
Hace 20 años que la ONU designó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde entonces la situación de la mujer en muchos lugares del mundo ha mejorado, pero la lucha contra la vergüenza del machismo en su vertiente más cruel continúa. Cada país lleva su ritmo, y aunque las luchas son las mismas, cada región tiene muchas veces sus propias especificidades.
Al mirar al mundo la violencia contra las mujeres va más allá de las culturas, regiones o grupos sociales, pero sí que se encuentran declinaciones específicas que dan cuenta de la diferencia que existe a nivel mundial, como son el caso de la ablación en África, el asesinato por causa de la dote en Asia meridional o el «homicidio por honor» en Medio Oriente o Asia del Sur.
El de este lunes es un día de sensibilización, y aunque los ritmos desiguales sitúen los avances a realizar a diferentes niveles, la concienciación, la educación y la liberación de la palabra han acelerado considerablemente la lucha contra la violencia machista a nivel mundial. Los movimientos y las acciones son numerosas y muy plurales, lo que da testimonio de una sociedad cada vez más movilizada. Esto conlleva el aumento notable de la dimensión política del problema, y está obligando a gobiernos y políticos que no se habían posicionado claramente contra esta violencia, o que no iban más allá de las palabras, a denunciarlo públicamente, y sobre todo a actuar en consecuencia a ello.
Es sabido que la situación en Euskal Herria difiere mucho a un lado y al otro del Bidasoa. Pasos que hace años que se dieron en Hego Euskal Herria están llegando ahora al norte del país. Aunque el camino todavía es largo, los pasos se están dando a una velocidad fulgurante; cada semana aporta una novedad. Si hace unas semanas oímos que la palabra «feminicidio» sustituía al «drama familiar» en la radio pública en los casos de los crímenes machistas, en esa misma frecuencia ahora nos dan cuenta también de las detenciones de hombres acusados de agredir a sus parejas, que hasta ahora eran una realidad inexistente en la vida pública. Palabras que ya se pueden decir y publicar, ahora que las instituciones han decidido invertir dinero público en la creación de instalaciones para acoger a las mujeres que sufren este tipo de violencia. Los apartamentos puestos a disposición de las víctimas en Ipar Euskal Herria pasarán de ser tan solo dos a siete, en tan solo un año.
Los cambios institucionales han llegado incluso al grupo de NAIZ, de mano de la publicidad que ha insertado la región Nueva Aquitania en MEDIABASK y que dará a conocer los nombres de algunas de las 121 mujeres asesinadas a manos de su pareja o expareja en el Estado francés este último año. Monica, Pascale, TaÏna, Séverine, Nadine, Guo… serán recordadas en la próxima semana, de cara a este Día Internacional. Algo totalmente inédito.
Inéditas deberán seguir siendo muchas de las acciones para luchar contra la violencia sexista, aunque en la mayoría de los casos este adjetivo es aplicable tan solo a una zona geográfica… y es que lo inédito en un lugar ya se ha realizado antes en otro. Vivimos en una sociedad cada vez más globalizada, los pequeños pasos dados en un lugar del planeta pueden inspirar en otro muy alejado, y los avances que traen esas palabras liberadas, esas frases de sensibilización, esos párrafos de educación, pueden convertirse en libros de código penal, aplicados por las instituciones, empujados por toda la sociedad.