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El primer ministro iraquí confirma finalmente que se va

Tras dos meses de protestas y 400 muertos por exigir su dimisión –y la de toda la clase política–, el primer ministro iraquí, Adel Abdel Mahdi, ha esperado hasta que el máximo líder espiritual chií, Ali al-Sistani, le ha dicho que se vaya.  Su suerte estaba echada tras el sermón del viernes del gran ayatollah. La suerte de los iraquíes sigue pendiente.

Un joven hace la señal de victoria tras la renuncia de Abdel Mahdi. (Ahmad AL-RUBAYE-AFP)

El primer ministro de Irak, Adel Abdel Mahdi, ha anunciado que presentará su dimisión al Parlamento, tras una de las jornadas de protestas más sangrientas en el país, que están a punto de entrar en su tercer mes y después de que el máximo líder espiritual chií, Ali al-Sistani, le abandonara a su suerte.

«Presentaré al estimado Parlamento una carta oficial para pedir mi dimisión de la presidencia del actual Gobierno para que la Cámara pueda reconsiderar sus decisiones», ha anunciado el todavía primer ministro en un comunicadoo.

Abdel Mahdi ha reconocido que ha tomado la decisión tras haber escuchado el sermón del viernes del gran ayatollah, Al-Sistani, quien ha instado a los parlamentarios iraquíes a reconsiderar su apoyo al Gobierno «incompetente».

La renuncia se produce después de una de las jornadas de protestas más sangrientamente reprimidas en el sur de Irak, que se saldó con al menos de 30 muertos en Nasiriya y ocho en la sureña Nayaf, después de que la noche del miércoles los manifestantes incendiaran y asaltaran el consulado iraní de esa localidad.

Por su parte, en dos comunicados difundidos por separado, el ex primer ministro y líder de la coalición Al Nasr, Haidar al Abadi, y el clérigo chií y líder de la coalición Sairun, Moqtada al-Sadr, han instado al Parlamento iraquí a celebrar este sábado una sesión especial para proponer una moción de censura.

Ayer, Al-Sadr pidió la dimisión «inmediata» del Gobierno iraquí y advirtió de que, de lo contrario, sería el «comienzo del fin de Irak», tras la sangrienta jornada del jueves en el sur, del país, donde la población chií es predominante y donde las protestas están siendo duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad.

Los movimientos Al Fath y Estado Derecho, del ex primer ministro Nuri al Maliki, han sido blanco de las críticas de los manifestantes por su cercanía a Irán, mientras que importantes figuras chiíes como Al Sadr y, fnalmente Al Sistani, han apoyado las protestas.

Los manifestantes piden un cambio de Gobierno al considerarlo corrupto y responsable de la mala gestión de los recursos y problemas económicos del país, sobre todo en el sur rico en petróleo donde la población no se beneficia del oro negro.

Asimismo, y finalmente, exigen el fin de la injerencia de Teherán en Irak, convertido en un protectorado de Irán tras la injusta invasión estadounidense y su desastrosa ocupación del país árabe.