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Kurz afronta su segundo mandato como canciller, ahora con un toque verde

El Gobierno de Austria echó ayer a andar con la investidura de Sebastian Kurz como canciller, ahora de la mano de los Verdes tras el fracaso de su coalición con la ultraderecha. Aseguró que «es posible proteger a la vez las fronteras y el clima», los dos principales retos.


El líder del derechista ÖVP, Sebastian Kurz fue investido ayer para un segundo mandato en Austria a la cabeza de un Gobierno de coalición con los Verdes, que se estrenan en un Ejecutivo federal y con los que planea proteger el clima y las fronteras frente a la inmigración irregular, política esta última que aplica desde su anterior y fracasada alianza con la extrema derecha del FPÖ.

Kurz, los diez ministros de su partido y los cuatro ecologistas –entre ellos, el vicecanciller, Werner Kogler– juraron el cargo ante el jefe de Estado, Alexander Van der Bellen, exlíder verde.

«Es bueno poder continuar nuestro trabajo para Austria», declaró Kurz, que ha confrontado en repetidas ocasiones con los Verdes en la escena política y con los que afirma tener muchas diferencias.

De hecho, recientemente dijo a los medios que «en muchos temas nuestra visión es más cercana a la del FPÖ» que a la de los ecologistas, y agregó que estaba «muy satisfecho con el programa» de la anterior coalición».

El canciller se jactó de que su nueva alianza es un modelo para Europa, donde la lucha contra el calentamiento global se ha convertido en una prioridad en la agenda gubernamental.

Se espera que el nuevo gabinete, más femenino, joven y verde que el anterior, apacigüe el país después de la crisis política que llevó a anticipar el fin del primer mandato de Kurz y de la coalición con los ultraderechistas del FPÖ en mayo 2018.

El primer Gobierno de Kurz llamó la atención por sus múltiples polémicas y provocaciones por parte de la extrema derecha y se rompió a los 18 meses tras un escándalo que obligó al líder del FPÖ a renunciar.

Es «posible»

El nuevo Gobierno tendrá que demostrar que la economía y la ecología pueden conciliarse y que el liberalismo en cuestiones sociales de los Verdes es compatible con la firmeza de Kurz sobre la inmigración, la integración y el islam. Es «posible proteger el clima y las fronteras a la vez», insistió Kurz.

Los Verdes han sido muy críticos con las políticas del anterior Ejecutivo.

Tras la ruptura de éste en mayo, se convocaron elecciones anticipadas, en las que el ÖVP obtuvo un 37,5% de los votos, sin alcanzar la mayoría absoluta. El FPÖ logró diez puntos menos y prefirió regresar a la oposición.

En lugar de tender la mano a los socialdemócratas, que quedaron en segundo lugar, Kurz prefirió negociar con los Verdes, que ganaron diez puntos y se convirtieron en la cuarta fuerza en el Parlamento tras el FPÖ.

Los Verdes tienen menos cargos en el Gobierno que el FPÖ en 2017, mientras que el ÖVP se queda con más ministerios al asumir, por ejemplo, Exteriores e Interior, en manos de la ultraderecha hasta mayo.

Los ecologistas admiten concesiones «dolorosas» a cambio de un ambicioso programa sobre el clima. El Ejecutivo quiere que Austria logre la neutralidad en carbono para el año 2040.