INFO

Las instituciones francesas fomentan el desconcierto social ante el coronavirus

Resulta paradójico que sea Emmanuel Macron quien, cuatro días después de haber forzado la celebración de la primera vuelta de las elecciones municipales, reproche que hay «demasiados» ciudadanos y ciudadanas que «se toman a la ligera» las consignas de confinamiento.

Agnès Buzyn y Philippe Edouard en una imagen captada durante una emisión del canal France 2. (Ludovic MARIN | AFP)

Es probable que, después del Consejo de Defensa que presidirá este mismo viernes, el presidente de la República francesa vuelva a dirigirse a la ciudadanía de forma solemne para hacer balance de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y, de paso, reprender a quienes «se toman a la ligera» las medidas más estrictas decretadas en los últimos días, porque «no se están respetando perfectamente».

Ya lanzó esa reprimenda ayer, jueves, de forma gráfica: «Cuando veo gente que sigue yendo al parque, a reunirse, que va a la playa o a pasear por los mercados que permanecen abiertos, es que no han comprendido los mensajes» transmitidos por las autoridades.

Declaraciones que el jefe del Estado realizó aprovechando una visita al mundialmente prestigioso Instituto Pasteur, en París. Una institución, fundada por Louis Pasteur en 1887, dedicada a la prevención y tratamiento de enfermedades, especialmente las de carácter infeccioso.

La paradoja es que, seguramente, haya sido el propio presidente francés y otros representantes de las altas instituciones del Estado quienes más han contribuido a crear un escenario de confusión que termina reflejándose en imágenes como las que evocaba Macron.

Taza y media electoral

Sin ir más lejos, fue el presidente de la República quien decretaba las primeras medidas del confinamiento al tiempo que se obcecaba en mantener la celebración de la primera vuelta de las elecciones municipales el pasado domingo.

Tras la gran abstención registrada a nivel del Hexágono y, sobre todo, en las principales urbes, tuvo que recular y decidió aplazar la segunda vuelta, prevista para este domingo, día 22.

Pero si no quieres tomarte una taza, taza y media: el Gobierno esperó hasta ayer para aplazar la constitución de los ayuntamientos que habían sido elegidos en la primera vuelta y que, según el calendario original, deberían constituirse este domingo.

El primer ministro, Edouard Philippe, señaló que los consistorios salientes verán prorrogado su mandato al menos hasta mediados de mayo, para cuando se dispondrá de un informe que, a la vista de las condiciones sanitarias que se den para entonces, permitirá establecer si es factible la constitución de los ayuntamientos.

Enfado en los medios

Tampoco queda muy claro que las autoridades se hayan tomado en serio las advertencias sobre la rápida propagación de contagios por coronavirus, al menos hasta los últimos días.

Para ejemplo, el enfado que se refleja en un artículo publicado por “Le Monde” con fecha del jueves y firmado por Franck Nouchi, cuyo título ya es significativo: «Coronavirus: las graves insuficiencias francesas». En este texto se analizan unas declaraciones de Richard Ferrand, el presidente de la Asamblea Nacional (la Cámara Baja del Parlamento francés).

Entrevistado por ese medio, Ferrand restó importancia al hecho de que se hubiera confirmado que en la Asamblea se detectó «un foco epidémico hace dos semanas», antes del parón parlamentario. «A día de hoy, la noción misma de clúster (de contagio) ha desaparecido, ya que la fase 3 implica la circulación del virus por el conjunto del territorio», comentó.

Una declaración que, desde el punto de vista epidemiológico, deja «estupefacto» al periodista, que indica que el uso del verbo en pasado –«tuvimos un foco epidémico»– por parte de la cuarta autoridad del Estado es «una aberración».

Nouchi señala que sería igual de aberrante decir que «tuvimos» un foco en la ciudad alsaciana de Mulhouse, en una celebración religiosa a la que asistieron unas 2.500 personas, o que «tuvimos» otro en el departamento del Oise, ya que a partir de estos dos clusters continúa propagándose la epidemia por todo el Hexágono, donde el jueves fallecieron 108 personas con coronavirus, elevando la cifra acumulada a 372, con 10.995 casos registrados, de los cuales casi la mitad, 4.471 corresponden a personas que están hospitalizadas.

Derrumbe de la exministra de Sanidad

En este contexto, no parece anecdótico que tres médicos hayan presentado denuncia contra el primer ministro y contra Agnès Buzyn, que fue ministra de Sanidad hasta que, a finales de febrero, dimitió para presentarse a las elecciones a la Alcaldía de París.

La derrota electoral de la candidata macronista se daba por descontada antes de que la crisis sanitaria alcanzara su apogeo. Lo que nadie esperaba es que Buzyn se derrumbara también anímicamente y cargara directamente contra la gestión realizada por Macron y Philippe.

«Desde el principio (de la campaña electoral), solo pensaba en una cosa: el coronavirus. Se habría tenido que parar todo, era una mascarada. La última semana fue una pesadilla. Yo tenía miedo en cada mitin. He vivido esta campaña de manera disociada», declaró a “Le Monde”.

«El 30 de enero avisé a Edouard Philippe de que, sin duda, las elecciones no podrían celebrarse. Cuando abandoné el ministerio, yo lloraba porque sabía que teníamos delante la ola del tsunami. Me marché sabiendo que las elecciones no tendrían lugar», afirmó.

Estas declaraciones son la base de la demanda presentada por los tres representantes de un colectivo de personal sanitario, denominado C19, que acusan a Philippe y Buzyn de haberse «abstenido» de tomar a tiempo medidas para frenar la epidemia del Covid-19.

La iniciativa ha sido presentada ante la Corte de Justicia de la República (CJR), la única instancia competente en el Estado francés para juzgar actos cometidos por miembros del Gobierno en el ejercicio de sus funciones, tal como explicó el abogado de los demandantes, Fabrice Di Vizio.