Tras hallar el coche de Sololuze, «hay una esperanza» de encontrar a los desaparecidos
Los técnicos que llevan dos meses trabajando en la búsqueda de los dos trabajadores del vertedero de Zaldibar que quedaron sepultados tras su derrumbe consideran que «hay una esperanza» de poder hallar sus cuerpos aunque no tienen «la certeza absoluta de que vaya a ser así».
Los equipos de búsqueda hallaron el domingo entre los escombros el vehículo de Alberto Sololuze, desaparecido junto con Joaquín Beltrán en el derrumbe del vertedero el pasado 6 de febrero. Según ha explicado en Radio Euskadi el jefe del Servicio de Planificación de la Dirección de Atención de Emergencias de Lakua, Iñaki Inoriza, el coche se encontró junto a la báscula del antiguo vertedero, donde habitualmente «lo solía aparcar Alberto» y donde es más probable que esté su cuerpo.
En concreto, estaba en una zona donde los responsables del operativo barajaron desde el principio como área más probable donde pudieran estar los dos trabajadores, pero a la que antes no habían podido llegar los equipos de búsqueda por su inestabilidad.
Tras dos meses de labores para asegurar esa zona, los operarios que están sobre el terreno ya entran con seguridad «en esa zona cero» donde podrían permanecer los cadáveres. Esa circunstancia y el hallazgo del coche «alimentan la esperanza de que lo podamos conseguir, aunque no tenemos la certeza absoluta» de que vaya a ser así, ha indicado Inoriza.
Ha explicado que en estos dos meses de búsqueda se ha revisado un tercio de las tierras derrumbadas y «quedaría más del doble de lo que se ha movido» porque las dimensiones del derrumbamiento «son enormes», si bien ahora ya se pueden acercar a ese punto donde con más probabilidad podrían estar los desaparecidos.
Las familias
Por otra parte, la cuñada del Joaquín Beltrán y portavoz de la familia, Marta Álvarez, ha declarado en RNE que, tras lograr el acceso a la zona de la báscula y el hallazgo del vehículo, las familias de las dos víctimas han «recuperado la esperanza que habían perdido por el paso del tiempo sin resultados» en la búsqueda.
Según ha expresado, después de dos meses las familias están «derrotadas, hundidas, han llegado a un nivel de desolación muy difícil de sobrellevar» y la pareja y los hijos de Joaquín Beltrán «están encerrados, recluidos, intentando asimilar la dura realidad que les ha tocado vivir».
«Se me parte el alma al verlos sufrir de esa manera y que nada de lo que les puedas decir les puede aliviar lo más mínimo, es muy frustrante», y «es verdad que habíamos perdido la esperanza» de recuperar su cuerpo «en muchas ocasiones», pero, «también es verdad que la hemos recuperado» al comprobar «que están trabajando junto a la báscula» y por ello la familia considera que hay más probabilidad «de que aparezcan», ha comentado.