Mendilibar: «Si estás a gusto y la gente alrededor también, ¿por qué te vas a mover?»
El entrenador zaldibartarra, que ve muy complicado que la temporada pueda reanudarse, reconoce sentirse cómodo en el Eibar, donde cumple su quinto año consecutivo.
Si en años anteriores José Luis Mendilibar ha preferido esperar para cerrar su renovación, qué no sucederá ahora con el técnico, como la mayoría, encerrado en casa, con la Liga parada y, por tanto, sin saber aún en qué categoría militará el Eibar el año que viene. No sería extraño, de todos modos, verle por sexta temporada consecutiva en el banquillo armero. Menos aún después de oirle decir, por si había dudas, lo cómodo que se siente en Ipurua.
Lo hizo en la charla virtual organizada por la Federación galega, que compartió con Abelardo, y en la habló de la «traquilidad» con la que puede trabajar o «la confianza con la que te sientes por parte de la directiva», algo que tiene que ver con el hecho de que haya conseguido su objetivo año a año pero, recíprocamente, hace que sea más sencillo conseguirlo. «Si cambias mucho de equipo, todo eso te lo tienes que ir ganando año a año. Igual es comodidad, ahora que se habla mucho de zona de comfort y cosas de estas. Yo muchas veces digo 'estás a gusto, la gente alrededor tuyo también, ¿por qué te vas a mover? Creo que estamos en una Liga muy buena, en Primera. Mucha gente te dice '¿por qué no das un salto?'. No sé, no me vuelvo loco en ese sentido. Estoy bien donde estoy, pues intento seguir», explicó.
Lo cierto es que, ahora mismo, la continuidad del técnico es sólo una de las numerosísimas cuestiones que mantienen en el aire la pandemia y el consiguiente estado de alarma. Una de las que más preocupan en el ámbito futbolístico es si podrá retomarse la temporada y, en caso afirmativo, cúando y cómo se hará. Mendilibar, que reconoce no pensar demasiado en el fútbol estos días –«estoy menos pendiente que en vacaciones de verano», asegura–, ve muy complicado que pueda completarse el curso, por diferentes motivos. Para empezar porque ni siquiera está claro cómo va a evolucionar la situación general, «así que todo lo que podamos decir ahora no va a ningún lado».
Por otro lado porque «los protocolos que se están manejando si se juega son casi imposibles de poder cumplir. Además, los contratos que acaban el treinta de junio, no creo que la FIFA o la UEFA puedan decir que se prorrogan hasta que acabe la temporada, eso tendría que decirlo un juez. Y además que no es sólo nuestra Liga la ue está parada. Inglaterra, Francia, Italia, Alemania, Holanda, España, Portugal… La belga ya ha suspendido y no todos los países van al mismo ritmo con la enfermedad. Será muy complicado compaginar todo. Además también tendrían que jugarse la Liga Europa y la Champions. Lo veo muy difícil», insistió.
Dani García, Ramis, Silva
En la charla virtual, Mendilibar habló sobre numerosos temas. Desde la famosa cena que reunió a cuatro técnicos vascos en una cena en Eibar en vísperas de un doble derbi hasta cuestiones técnicas en torno a su concepto de fútbol, pasando por su carrera como entrenador o referencias a algunos de los jugadores que ha entrenado. El zaldibartarra explicó, por ejemplo, que su fórmula para buscar la mejor versión de sus jugadores comienza por «intentar convencer al jugador de que lo que tu quieres va a ser bueno para él, si no no tienes nada que hacer».
Puso, en este sentido, el ejemplo de Dani García. «Lo dijo él hace poco en una entrevista. Cuando llegamos al Eibar, ya en pretemporada intentamos apretar desde arriba. Dani con su anterior entrenador, que es el de ahora, Gaizka, jugaba más de medio centro delante de los centrales y el otro medio centro era el que tenía el recorrdo para ir a aportar, parar ir de un lado a otro, mientras el estaba taponando un poco y sin moverse mucho por delante de los centrales. Pero yo le decía que no, le decía que tenía que ir tenía que saltar y sería el otro medio el que ocuparía su posición. Cuatro o cinco meses después, ya con la temporada avanzada, Dani me decía 'le decía a mi representante que me sacara de este equipo' porque yo no le conocía de nada y le pedía cosas que él no podía hacer. Al final hemos estado cuatro años juntos, creo que ha estado encantado y ha visto que ha mejorado como futbolista».
«Tenemos una gran relación y es un poco el ejemplo que tengo para eso –añadió–. Es convencimiento porque por mucho que exijas hacer, si ellos creen que no lo pueden hacer, no lo van a hacer nunca. Hay que convencerles, creer a pies juntillas en lo que les estás diciendo, y no mentirles».
Dani García fue uno de los nombres propios que aparecieron en el discurso de Mendilibar. Cuestionado por los mejores jugadores con los que ha trabajado, en cuanto a calidad individual y tácticamente, el técnico destacó tres. «Individualmente, e incluso el que más lejos ha llegado, puede ser David Silva. Le tuvimos en el Eibar siendo un niño, tenía 18 años recién cumplidos, y ya tenía una madurez tremenda». Tácticamente, tiene menos dudas aún, Iván Ramis y Dani García.
«Y eso que a Iván nosotros le hemos pillado ya con lesiones –lamentó–, en sus cinco años con nosotros el año que más ha jugado habrán sido 20-22 partidos, pero ha sido muy bueno». «En estos cinco años creo que he tenido uno de los centrales más lentos de la Liga pero uno de los más listos. Y con eso me vale para jugar adelantado. Prefiero eso que tener el más rápido pero que vea la jugada medio segundo más tarde. Cuando hemos tenido gente así, normalmente lo hemos hecho muy bien. Porque son ellos los que te mantienen el equipo arriba. Y les gusta jugar de esa forma porque no tienen que defender tanto, aunque sea más comprometido porque tienen la espalda libre. Pero el que es concentrado y el que ve eso, te agradece poder jugar más adelantado».
Sobre Dani García, insistió en la capacidad que mostró para mejorar. «Tenía un concepto de sí mismo pero supo darle la vuelta y se transformó en otro jugador, yo creo que mejorado. Son jugadores que igual no son los que viendo un partido te pueden entrar al ojo en un principio pero les ves de continuo y ostras, es raro que te hagan un mal partido».