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Dimite tras ser detenido por conducir ebrio Àlex Pastor (PSC), alcalde de Badalona

Àlex Pastor ha presentado su dimisión como alcalde de Badalona, la cuarta ciudad más poblada de Catalunya, después de ser arrestado por los Mossos por conducir ebrio. Entre el historial de Pastor se encuentra haber apoyado la candidatura de la CUP y Podemos en 2015 y posteriormente ser investido alcalde con los votos del PP.

El ya exalcalde de Badalona, Àlex Pastor, en una comparecencia anterior. (AJUNTAMENT DE BADALONA)

El ya exalcalde de Badalona por el PSC, Àlex Pastor, ha dimitido después de que anoche fuera arrestado por los Mossos d'Esquadra por atentado a la autoridad al encararse a los agentes que le interceptaron saltándose el confinamiento y conduciendo con síntomas de embriaguez por una céntrica calle de Barcelona.

Según han indicado distintas fuentes policiales, Pastor se encaró con los agentes, a los que, según algunos testigos, insistió en recordarles que era el alcalde de Badalona, y se negó a someterse a la prueba de alcoholemia, pese a que presentaba signos evidentes de encontrarse bajo los síntomas del alcohol.

Los Mossos d'Esquadra atribuyen también al exalcalde de Badalona dos delitos de lesiones leves por las agresiones a los agentes, a uno de los cuales llegó a morder.

Después que la pasada noche el PSC anunciara que le suspendía la militancia y le exigía que abandonara todos sus cargos públicos, Pastor ha anunciado este miércoles por carta su dimisión como alcalde de Badalona. Le sustituirá en el cargo la primera teniente de alcalde, Aïda Llauradó, líder de los comunes, hasta que se convoque el pleno extraordinario en el que se debería votar al nuevo alcalde.

El alcalde de los pactos imposibles

La historia de Àlex Pastor en el Ayuntamiento de Badalona es, cuando menos, curiosa y llena de pactos que van de punta a punta del arco político catalán.

En mayo de 2015, y tras cuatro años de mandato de Xavier García Albiol (PP), diferentes grupos municipales, entre ellos ERC y el PSC, decidieron aplicar un cordón sanitario al PP e investir a Dolors Sabater, candidata de la plataforma que aglutinaba a la CUP y Podemos, Guanyem Badalona en Comú.

La unidad del PSC con el resto de grupos se mantuvo intacta hasta junio de 2018, cuando decidieron aceptar la oferta de los diez concejales del PP y el único representante de Ciudadanos para desbancar a Sabater del cargo en una moción de censura. A pesar de ser el partido más votado, el PP prefirió darle los votos al PSC de Pastor –tercero en los comicios de 2015 con 4 concejales– para que Sabater no siguiera en el cargo.

Elecciones de 2019

Por si fuera poco, la relación de Pastor con Albiol y Sabater dio otra vuelta de tuerca en las elecciones de mayo del año pasado.

Descartada la opción de volver a investir a la candidata de Guanyem Badalona, coalición a la que se había unido ERC, el PSC presentó a Àlex Pastor como alcalde a pesar de sacar solamente seis concejales, uno menos que la formación liderada por Sabater, y de contar con el apoyo de los dos representantes de Badalona en Comú (sucursal del partido de Ada Colau). En total, ocho votos que estaban muy lejos de los 14 que representaban la mayoría absoluta.

En lo que calificaron como un «gesto de responsabilidad», Guanyem Badalona en Comú retiró la candidatura de Dolors Sabater en el último momento dando su apoyo al PSC, con el objetivo que García Albiol no repitiera cuatro años después como alcalde de la ciudad.

Futuro inicerto

La cabeza de lista de Guanyem Badalona en Comú y exalcaldesa de la ciudad, Dolors Sabater, se ha postulado este miércoles para volver a dirigir el consistorio al frente de un «gobierno de concentración y de progreso» que incluya al PSC, pero ha avisado a este partido de que su etapa de liderazgo ha terminado.

Para repetir como alcaldesa, Sabater necesitaría el apoyo de los concejales del PSC (6) y de En Comú Podem (2), que con los siete de Guanyem Badalona en Comú sumarían la mayoría absoluta. De lo contrario, sería el PP de García Albiol, la fuerza más votada, quien gobernaría en mayoría.

En definitiva, un futuro todavía incierto para la cuarta ciudad por número de habitantes de Catalunya.