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Sánchez saca la cuarta prórroga con un cambio de alianzas hacia Cs

El Gobierno de Sánchez sacó ayer adelante la cuarta prórroga del estado de alarma con el habitual apoyo del PNV, esta vez condicionado a la aprobación de una enmienda, y el voto favorable de Ciudadanos, en lo que supone un cambio de alianzas. Grupos de la izquierda ven ahí un giro peligroso y le reprocharon no cuidar al bloque de la investidura.


Con 178 síes, 75 noes y 97 abstenciones, Pedro Sánchez consiguió sacar adelante la cuarta prórroga del estado de alarma. Lo hizo con menos apoyos que nunca y con la advertencia de que puede ser la última. Le apoyaron los partidos del Gobierno, Más País y algún otro grupo minoritario, Ciudadanos y el PNV. Se opusieron Vox, ERC, JxCat y las CUP. Se abstuvieron PP, EH Bildu y BNG.

El apoyo del PNV no sorprende, estaba en el guion. Los jeltzales lograron que se aprobara su enmienda que defiende el cogobierno de la desescalada, la inclusión de Trebiñu dentro de Araba para estos planes y, sobre todo, que nada interfiera en la posible convocatoria de elecciones en julio. Aún así, el portavoz jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, avisó al presidente del Gobierno que vaya «pensando en el futuro», porque el estado de alarma no se puede extender indefinidamente.

Pero lo que llamó la atención es que, ante la posibilidad de que el PP se posicionara finalmente por el no, como estuvo amenazando, el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos optara por buscar un acuerdo con Ciudadanos en lugar de negociar con aquellos grupos que en su momento le facilitaron la investidura y que le habrían podido proporcionar más votos que el partido de Inés Arrimadas.

Vista a la derecha

Este cambio suscitó críticas no solo de ERC, EH Bildu y BNG, sino también de Íñigo Errejón y Joan Baldovì, que votaron que sí a la prórroga pero reprocharon al Gobierno que no cuide al bloque de la investidura y que pueda llegar a quebrarlo.

Errejón alertó al Ejecutivo de que «no va en la buena dirección» por la manera de negociar la prórroga y recurrir al «chantaje», cuando debería «cuidar los apoyos» que le invistieron y «aprender a negociar, dialogar y escuchar».

Especialmente duro con Pedro Sánchez fue Gabriel Rufián, quien aseguró que lo que se constataba con la votación de ayer no es que ERC se negara a la prórroga, sino que «el Gobierno rechaza negociar la cuarta prórroga». Incidió en que había alternativas y en que, «después de cinco semanas, cuatro prórrogas y tres avisos», en «esta sexta semana decimos ya basta».

Tras el acuerdo con Ciudadanos, ERC avisó al Gobierno de que sin diálogo con su formación «no hay legislatura».

Laura Borrás, de JxCat, reprochó a Sánchez que recurriera al «plan C, con C de Ciudadanos», para salvar la votación.

Crítica de EH Bildu

EH Bildu criticó la actuación del Gobierno de Pedro Sánchez recentralizando competencias y no negociando con los partidos que le apoyaron sino con la derecha, en este caso Ciudadanos. Sin embargo, Mertxe Aizpurua anunció la abstención de su grupo que, siendo crítico con el estado de alarma, no quiere generar más incertidumbre a la sociedad.

Aizpurua tuvo un recuerdo para Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, que ayer cumplían tres meses sepultados en el vertedero de Zaldibar. Reclamó al presidente español que no entendiera esa abstención como un «cheque en blanco» o lealtad a su Gobierno, sino como un compromiso con la ciudadanía.

La portavoz de EH Bildu reprochó a Sánchez que «en vez de reconstruir los puentes con quienes hicieron posible la investidura, ha optado por pactar con la derecha». EH Bildu espera «que esto no sea la antesala de nuevos acuerdos, y que no tenga la tentación de seguir por ese camino, porque ganará algún apoyo puntual pero perderá muchos por el camino».

A su entender, «la derecha querrá beneficiar al capital y sus intereses, y la izquierda querremos proteger a la mayoría social y trabajadora. Mientras nosotras querremos impulsar lo público y lo común, ofrecer garantías de vida y trabajo dignas para todas, sus nuevos socios de la derecha querrán privatizar lo común y precarizar la vida».

Derecha desbocada

Además de acusar al presidente del Gobierno de mentir y culparle de que el Estado español sea «el país más afectado» por la pandemia y el que tiene «el mayor número de muertes por habitante», Pablo Casado (PP) hizo un discurso muchas veces ofensivo que parecía anticipar un voto en contra de la prórroga de este «estado de excepción encubierto», pero finalmente se refugió en la abstención.

Le criticó Vox, cuyo líder, Santiago Abascal, habló de cosas como la central de Chernóbil, para sentenciar que aquel desastre y esta pandemia «se produjeron bajo regímenes comunistas».

En cuanto a Ciudadanos, la decisión de la nueva dirección que encabeza Inés Arrimadas provocó la baja como afiliados de anteriores líderes como Juan Carlos Girauta, entre otros.