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El presidente de El Salvador decreta el estado de emergencia saltándose al Congreso

Llueve sobre mojado. El como mínimo personalista presidente de El Salvador. Nayib Bukele, ha decretado el estado de emergencia, «un estado de excepción encubierto» según la oposición, sin contar con el Congreso y amparándose en informes sobre un posible colapso del sistema sanitario por el coronavirus. Hace meses, Bukele no dudó en mandar a los militares al Parlamento por la negativa de los diputados a secundar sus proyectos legislativos.

El presidente, Nayib Bukele, en una interpelación al Congreso en febrero. (Marvin RECINOS-AFP)

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha declarado el estado de emergencia nacional para frenar el avance del Covid-19 sin contar con el preceptivo aval del Congreso aduciendo la imposibilidad de este último de reunirse.

La declaración se hizo a medianoche frente al vencimiento este sábado del estado de emergencia decretado desde mediados de marzo por el Congreso, que tenía previsto discutir y votar la medida nuevamente la tarde de mañana lunes, y ante el posible colapso del sistema sanitario.

En una inesperada conferencia de prensa, el secretario jurídico de la Presidencia, Conan Castro, anunció que «el señor presidente de la República, a través de decreto ejecutivo, decreta estado de emergencia sin cambiar una coma» de lo aprobado por los diputados.
Aseguró que con esta acción se evita un «limbo jurídico» y se
mantiene la suspensión de clases y espectáculos públicos, una moratoria para el pago de servicios básicos y la «estabilidad laboral» de los ciudadanos.

El artículo 24 de la Ley de Protección Civil establece que la Asamblea Legislativa es el órgano facultado para declarar un estado de emergencia, pero señala que si «no estuviere reunida», el presidente podrá declarar dicho estado.

De acuerdo con Castro, esta excepción se cumplió cuando los diputados no atendieron los llamados del presidente, principalmente por Twitter, de aprobar el sábado la prórroga de la medida.

Al ser preguntado si este decreto invade o no las facultades del órgano Legislativo, Castro sostuvo que «no hay intervención de funciones» ni violación de garantías constitucionales.

Estado de excepción disfrazado

Diputados opositores y expertos en derechos humanos catalogaron, casi de inmediato, la acción del Ejecutivo de Nayib Bukele como un «desprecio» al Congreso y un «estado de excepción».

«Este es un estado de excepción disfrazado que no puede ser declarado bajo ninguna circunstancia por el Ejecutivo», señaló la diputada Patricia Valdivieso, de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena).

Añadió que se está «violentando» la Constitución y la «separación de poderes que nos constituye como una República».

David Morales, ex procurador de derechos humanos, señaló desde sus redes sociales que «uno de los objetivos parece ser desconocer la Asamblea» legislativa.

Un grupo de organizaciones humanitarias aseguraron que la medida del Gobierno es "nula" y llamaron a la Fiscalía a promover una investigación contra los funcionarios del Ejecutivo por la supuesta «alteración del orden constitucional».

A las críticas se sumó el director ejecutivo para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, con quien Bukele mantiene una tensa relación.

«Que haría un autócrata si el Congreso no le aprueba una ley? Dictaría un decreto. Eso acaba de hacer el joven caudillo salvadoreño con el estado de emergencia. Otro grave retroceso», apuntó.

El presidente salvadoreño criticó los señalamientos de la oposición y publicó en su cuenta de Twitter un decreto ejecutivo de 2009 del expresidente Mauricio Funes, en el que también se declaró emergencia nacional por las lluvias causadas por un huracán.

«Dicen que es un golpe a la democracia y no sé qué más... ¿Se habrán ofendido cuando Funes declaró Estado de Emergencia, sin pasar por la Asamblea?, añadió.

Bukele tomó la decisión tras recibir sendos informes de sus ministros sobre la situación del Covid-19 en el país.

Mario Duran, titular de Gobernación, advirtió de que el sistema de salud salvadoreño «esta a días del colapso», por lo que respaldó la toma de medidas extraordinarias.
 
El ministro de Salud, Francisco Alabí, secundó esta declaración y señaló que el país, de continuar el ritmo de contagios, no será capaz de "poder dar atención médica a todos los pacientes».

Según el recuento oficial, El Salvador registra 1.338 casos confirmados de coronavirus y 27 fallecidos.