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Interview
Lurdes IMAZ
COORDINADORA DE EHIGE

«A las familias nos toca colaborar para que la escuela sea segura; a la Administración, poner recursos»

¿Qué opinan madres y padres ante el inicio de curso? EHIGE coordina a más de 500 ampas de la CAV y Lurdes Imaz garantiza un espíritu colaborativo, pese a la tardanza y la desinformación de la Administración. Hay mucho en juego...

Lurdes Imaz. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

El inicio del curso llega envuelto en mensajes cruzados Administración-sindicatos. La voz de madres y padres queda bastante más diluida, casi tanto como la de los principales protagonistas del sistema educativo; niños, adolescentes, jóvenes... En parte, tiene que ver con el puro desconocimiento. De hecho, esta entrevista debe aplazarse unos minutos el viernes porque Lurdes Imaz está escuchando por streaming la comparecencia de las consejeras de Educación y Salud sobre el reinicio en la CAV. Acaba de llegar a la sede de EHIGE un resumen del protocolo, pero aún flotan muchas dudas en el aire. Un primer apunte imprescindible; «es prioritario que el Departamento hable con los agentes educativos para poder afrontar el nuevo curso con éxito». Las ampas tienen claro que este siempre es un trabajo en equipo, y mucho más ahora.

¿Qué le parece lo que se plantea? Un millar de docentes nuevos, ampliación de espacios sin concretar, ratios sin definir con criterio general, evaluación centro a centro en general... ¿Es suficiente?

La consejera dijo hace dos semanas que habían hecho un estudio sobre la situación de cada centro público, así que tienen un análisis de dónde existe un ratio mayor. Ahora bien, nos parece importante que esos recursos estén para el día 7, y que a partir de ahí todas las nuevas necesidades que se vayan detectando para poder afrontar el curso de forma segura tengan una respuesta adecuada.

Aunque el virus haya avanzado estas últimas semanas, realmente no hay nada nuevo sobre la mesa: en mayo-junio ya se conocía la necesidad de higiene, distancias, más personal... ¿Le sorprende que se haya dejado pasar todo el verano?

Sí. Desde antes del verano estábamos pidiendo al Departamento que se organizara y realmente el tema ha quedado aparcado. Sabíamos que muchos centros necesitarían más profesorado y que había que buscar otros sitos para mantener más distancia, y a día de hoy no tenemos garantías de que esto se vaya a cumplir para el día 7.

La pregunta del millón: evidentemente la salud es lo prioritario en este retorno, pero ¿la presencialidad también es prioridad absoluta desde la posición de las familias?

Sí, eso lo tenemos muy claro. El confinamiento demostró que la presencialidad no puede sustituirse mediante enseñanza a distancia. Todas las casas son diferentes, las condiciones del alumnado son diversas... no hay garantías de que todos puedan recibir una educación de calidad. Además, el alumnado se socializa en la escuela, es ahí donde se relaciona con sus iguales. Y la presencialidad crea una relación con el profesorado que no se suple con pantallas; pueden ser un complemento, pero no se puede basar la enseñanza en eso, ni hay recursos en todos los casos ni hay formación adecuada para ello. Hay un consenso social sobre eso, la presencialidad es prioritaria. Se va a apostar por ella en todas las etapas y eso es positivo.

Claro, todo hay que hacerlo con seguridad porque es la única manera de que las familias llevemos a nuestros hijos a las escuelas. Hay que ser capaces de afrontar las situaciones que se den. Al final, tenemos que abrir las escuelas y vamos a tener que hacerlo de la mejor manera posible.

Por lo que apunta, ¿hay madres y padres partidarios de no llevar a los niños y niñas a las escuelas en estas condiciones?

Sí que hay familias preocupadas y por eso es importante que la Administración las tranquilice. Eso se hace con información y se hace poniendo los recursos necesarios, es esto lo que tenemos que conseguir. La escuela siempre ha sido un espacio seguro y el reto es conseguir que lo siga siendo, porque sabemos que esto va para largo.

Si se produjeran esas reticencias, ¿EHIGE animaría a las familias a ir a la escuela o cree que no hará falta tanto?

Lo que tenemos que hacer como familias es colaborar para que las escuelas sean espacios seguros: no llevar a nuestros hijos e hijas si tienen fiebre, participar en la escuela en general... Entendemos las escuelas públicas como espacios en que toda la comunidad educativa trabaja codo con codo, en que decisiones son compartidas, en que se escucha a todas las partes... Ese va a ser el reto para este curso. En todos los centros va a haber comisiones específicas para esta situación, en las que van a participar las familias. Lógicamente hay que hacerlo con el apoyo de la Administración y teniendo recursos suficientes.

 

«Hace falta un informe de cómo llega cada alumno y qué necesidades tiene»

¿En cuánto se mide la afección para el alumnado de estos meses desde marzo? Es claro que ha aumentado la desigualdad. ¿Cuánto se ha perdido y cómo recuperarlo?

Hay una brecha, está claro, aunque por otro lado siempre se produce en verano con parte del alumnado. El euskara es una de las cosas que nos preocupan; muchas familias nos decían ya desde el principio que no iban a poder ayudarles, que asumían que sus hijos iban a estar sin hablar euskara mucho tiempo... Este es uno de los asuntos prioritarios.

También está la cuestión emocional, sin duda; habrá que atender desde el principio a cómo están los niños, y no en general, sino a cómo está cada uno.

Desde nuestro punto de vista, el tema digital también tiene que ser una cuestión prioritaria; llevábamos muchos años solicitando al Departamento un plan de digitalización de los centros públicos, una plataforma única, recursos suficientes para todos los alumnos... ahora hemos visto que es un tema prioritario y al que hay que responder cuanto antes.

¿Cómo afectará este impasse a la calidad educativa? Se optó a final de curso por una especie de aprobado general, apenas ha habido repeticiones de curso... ¿va a haber un deterioro inevitable de esa calidad educativa?

Bueno, sobre esto al final de curso ya valorábamos que había que tomárselo con tranquilidad. Para cuando llegó el confinamiento, de los tres trimestres del curso habíamos pasado dos con total normalidad, solo se perdió uno. En tres meses no se va a echar todo por tierra, son solo tres meses. Sí se va a perder en el tema del euskara, por ejemplo.

Lo que sí resulta necesario es valorar muy bien en este inicio de curso cómo llega cada alumno y alumna. Necesitamos un informe de cada profesor sobre en qué situación está y qué necesidades concretas tiene. Sobre el resto, insisto en tranquilizar, esos tres meses se pueden recuperar en este curso.

¿Y la afección socioeconómica para las familias? La situación de las monoparentales, por ejemplo, se complica mucho en este contexto. La ministra Celaá ha planteado ayudas para la conciliación, la consejera Uriarte lo desplaza a las líneas que ya tiene Lakua... ¿Qué demanda EHIGE en este sentido?

Tenemos claro que si se cierran escuelas las familias van a necesitar ayudas para la conciliación, y aquí hablamos de ayudas por parte de sus propias empresas y también de ayudas económicas por parte de la Administración. Antes de abrir las escuelas hay que prever todas estas situaciones que se pueden producir.

También hay que aumentar la dotación de becas para que realmente respondan a las nuevas necesidades que van a tener las familias. Teniendo en cuenta que además ahora habrá más familias que van a necesitar ayuda.

Euskal Herriko Ikasleen Gurasoen Konfederazioa trabaja en el ámbito de la educación pública. ¿No teme que en esta pandemia puede acabar perdiendo peso respecto a la concertada? A días de inicio del curso se percibe por ejemplo que hay servicios (extraescolares, deporte...) que no ofrecerá la pública pero sí la privada...

No, creo que las dos estamos en una situación parecida ante la pandemia. La educación pública en realidad es la que más recursos tiene, y resulta muy lógico porque es la que atiende a todo el alumnado. En la red pública tenemos extraescolares y lo que hay que hacer ahora es empezar a poder organizarnos otra vez, adaptando todo a esta nueva situación.

Vamos a esperar un poco a ver cómo se produce el inicio de curso, pero poco a poco tenemos que recuperar en los centros todas las actividades extraescolares, recuperarlas por los niños y niñas, y también para que las familias puedan conciliar.

Creo que en realidad es en la escuela pública donde tenemos mayores recursos y así tiene que ser en la medida en que atendemos a todo tipo de alumnado.R.S.