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El Colegio Electoral ratifica la elección de Biden como presidente

El Colegio Electoral de EEUU, compuesto por 538 electores, dio ayer otro paso en la certificación de Joe Biden como próximo presidente del país, un trámite al que la resistencia del actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, a reconocer el resultado electoral ha dado especial relevancia.

El presidente electo de EEUU, Joe Biden. (Mark MAKELA/AFP)

Los grandes electores estadounidenses de los 50 estados de EEUU se reunieron ayer para respaldar la victoria de Joe Biden, una formalidad en cada proceso electoral pero a la que el presidente, Donald Trump, ha dado en esta ocasión un relieve particular al negarse obstinadamente a reconocer su derrota.

El exvicepresidente de Barack Obama, que se convertirá en el 46º presidente en la historia del país el 20 de enero, tenía previsto dirigirse al país para celebrar «la fuerza y la resiliencia de la democracia estadounidense».

Los resultados de la votación del 3 de noviembre ya han sido certificados por cada uno de los 50 estados: el demócrata obtuvo la cifra récord de 81,28 millones de votos, o el 51,3% de los votos, contra 74,22 millones (46,8%) del presidente republicano.

Pero en EEUU, el inquilino de la Casa Blanca es elegido por sufragio universal indirecto. Cada estado tiene atribuido un número de electores, que depende esencialmente de su población, y que se lleva el candidato que gana en él. Aquí también, los resultados certificados confirman la cómoda ventaja de Joe Biden con 306 electores contra 232 de Donald Trump.

Es este «colegio electoral» el que se reunió ayer para formalizar esta votación. En realidad, no se reúnen. Los electores lo hacen por separado estado por estado (en Nevada de forma lo hicieron por videoconferencia), a lo largo del día, previéndose alcanzar los 270 votos decisivos cuando llegara el turno de California.

Los 538 electores son políticos, figuras de la sociedad civil o familiares de un candidato. La mayoría son desconocidos para el público en general, pero hay momentos en que las figuras nacionales son parte del colegio electoral; este es el caso de este año con la excandidata presidencial Hillary Clinton, que votó en el estado de Nueva York.

Los electores no están obligados por ley a dar su voto al candidato que haya ganado en su Estado. Solo en algunos estados se prevén multas. De hecho, ha ocurrido en el pasado que un puñado de ellos se aparta de la regla habitual, pero esto nunca ha cambiado el resultado de la elección.

En 2016, diez electores se apartaron del voto del candidato vencedor en su estado. Pero ayer Biden tenía un margen suficientemente amplio para que incluso esta posibilidad no impidiera su elección junto a la de Kamala Harris como vicepresidenta. De esta forma, la victoria de Joe Biden adquiere un carácter aún más oficial.

Trump insiste hasta el final

Pero desde la Casa Blanca Donald Trump sigue denunciando sin pruebas «la elección más amañada de la historia de Estados Unidos». «¿Cómo pueden los estados y los políticos confirmar una elección en la que se han demostrado fraudes e irregularidades?», tuiteó.

Sin embargo, su campaña no ha podido proporcionar la más mínima evidencia para sustentar estas acusaciones, y todas sus acciones legales para impedir la elección de Biden han sido rechazadas.

La última humillación la recibió de un Tribunal Supremo compuesto por una mayoría conservadora que Trump ha consolidado con el nombramiento de tres jueces.

La semana pasada rechazó dos apelaciones republicanas sin siquiera entrar al fondo de las mismas.

Electos republicanos ya han dado el paso de reconocer la derrota y piden pasar página. Es probable que tras la votación de ayer otros lo hagan. Menos probable es que el presidente saliente admita su derrota.

Se ve animado además por una gran mayoría de sus votantes que, según las encuestas, no considera al demócrata un ganador legítimo. «¡¡¡La pelea acaba de comenzar !!!», tuiteó el presidente saliente durante el fin de semana.

Aún podría intentar aprovechar la complejidad de un proceso institucional en último punto muerto. Sin apenas posibilidades de éxito, algunos electos planean impugnar los resultados cuando se pida al Congreso la validación final el 6 de enero.

EEUU sanciona a Turquía por el S-400

EEUU impondrá sanciones contra Turquía por la compra por parte de Ankara del sistema de defensa antiaérea S-400 a Rusia, con el que ya ha hecho pruebas. La crisis entre los dos socios de la OTAN se ahonda a unos días de que Joe Biden entre en la Casa Blanca. EEUU «no tolerará transacciones significativas con el sector de defensa de Rusia», advirtió el secretario de Estado, Mike Pompeo. Las sanciones, que afectan a la Presidencia de Industrias de Defensa prohíben todas las licencias y autorizaciones de exportación y la congelación de los bienes y la restricción del visado a varios altos cargos. Según Pompeo, la compra pone en peligro «la seguridad de la tecnología y el personal militar estadounidense y entregaría fondos sustanciales al sector de defensa ruso, así como acceso a Rusia a la industria de defensa de Turquía». Ankara calificó la decisión de «injusta» y anunció represalias, mientras Moscú denunció «otra manifestación de la actitud arrogante y medidas coercitivas ilegítimas que EEUU utiliza hace décadas».