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La semifinal de la Supercopa con el Barcelona obliga a resolver los problemas del Camp Nou

El sorteo de la Supercopa ofrece una posibilidad de revancha para la Real para ofrecer las soluciones que le faltaron en el primer tiempo para romper su racha negativa con el Barcelona y para mejorar su acierto de cara a la portería rival.

Koeman desbarató con Messi la presión alta de la Real en el primer tiempo del Camp Nou. (Lluis GENE/AFP)

La Real ha viajado desde Barcelona a Valencia, donde preparará en dos sesiones vespertinas el partido que jugará este sábado en el campo del Levante (18:30) con la intención de recuperar con la baja de Januzaj, con una rotura fibrilar, la senda de la victoria tras seis empates y la derrota del Camp Nou del miércoles.

En pleno traslado los realistas han conocido que la semifinal de la Supercopa del 13 de enero en Córdoba contra el Barcelona da una oportunidad de revancha para corregir los problemas que impidieron romper la racha de treinta temporadas sin ganar y 26 sin puntuar en el Camp Nou.

Para entonces y para el partido del martes contra el Atlético de Madrid la Real espera recuperar a sus dos mejores jugadores. Mikel Oyarzabal probará en los entrenamientos de Valencia si puede recuperarse para jugar contra el Levante y, en caso contrario, espera llegar para el martes, día en el que también Imanol mostró esperanzas de poder contar con David Silva.

La Real acusó en el Camp Nou, como en toda la temporada, la ausencia del canario. En los ocho partidos sin él como titular la Real solo ha marcado cuatro goles, uno en jugada y tres a balón parado. A la Real le falta la claridad que aporta el canario.

S¡n un recambio claro

En su ausencia han jugado en su puesto Roberto López, Januzaj, Oyarzabal y Guevara. El gasteiztarra es un pivote defensivo e Imanol apostó por él para presionar a los pivotes de Nápoles y Barcelona, pero con balón no puede aportar lo que necesita el equipo en esa posición.

También la Real nota la ausencia de Mikel Oyarzabal, su máximo goleador y otro jugador que ofrece soluciones entre líneas en el perfil izquierdo del ataque realista, el contrario en el que desequilibra David Silva.

Pero los problemas de la Real en ataque van más allá en los últimos diez partidos oficiales, en los que ha marcado diez goles con 159 disparos. Es decir, necesita una media de dieciséis para marcar un gol. En este apartado preocupa especialmente el desacierto y la falta de confianza de Isak.

En la Europa League el sueco ha realizado 16 disparos, solo cuatro a puerta, sin marcar ningún gol. En la Liga lleva 19 remates, diez a portería, con solo dos goles. Es decir, ha necesitado 35 remates para marcar dos goles. Imanol insiste en darle minutos para que recupere la confianza, pero en los dos últimos partidos ha fallado cuatro ocasiones muy claras y su apuesta por el sueco en detrimento de Bautista, el más acertado en los minutos jugados, provoca el efecto contrario.

Problemas con la presión

No solo en ataque tuvo problemas la Real en el Camp Nou, donde concedió catorce remates y más oportunidades claras de lo habitual. Los blanquiazules sufrieron especialmente al desactivar Koeman la presión alta de los blanquiazules en el primer tiempo. Imanol ordena una defensa casi individual de sus jugadores a la salida de balón rival, con el lateral derecho entre medias del lateral y extremo izquierdo.

Gattuso, para responder a esa presión, retrasó a su lateral izquierdo Mario Rui para obligar a Zaldua y Gorosabel a presionar más lejos de su extremo izquierdo Insigne, pero Zubeldia, Monreal y Le Normand se impusieron en los duelos a los tres atacantes en situación de igualdad numérica. Hicieron buena una apuesta con mucho riesgo porque un solo duelo perdido o una segunda jugada dejaba al rival con todo el campo libre para encarar a Remiro.

En Barcelona Koeman, que planteó una presión similar, superó esa estrategia al bajar Messi a recibir los pases de Ter Stegen. Al no recuperar el balón en campo rival, la Real sufrió mucho también cuando defendió en su campo en la primera mitad, con el 4-3-3 inicial y con el 5-3-2 con el que intentó corregirlo. Eso obligó a Imanol a volver a cambiar de sistema hasta que dio con la tecla en la segunda mitad con un 4-4-2.

También la presión rival ante el Eibar o el Barcelona ha generado problemas al obligar a Remiro a jugar muchas veces en largo sin dominar las segundas jugadas. Serán aspectos que Imanol deberá corregir no solo para la revancha contra el Barcelona, también para los próximos partidos porque los rivales estudian a la Real y ven lo que le ha generado problemas.