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Cuatro de cada diez personas de la CAV quiere la vacuna ya, otros cuatro prefieren esperar

El Deustobarómetro social publicado hoy señala que el coronavirus y algunos de sus derivados, como la atención sanitaria y la situación económica, copan las preocupaciones de los ciudadanos de la CAV.

Imagen tomada en el contexto de la campaña de la gripe. (Gorka RUBIO/FOKU)

Los ciudadanos de la CAV tienen un problema en mente: el coronavirus. Dos de cada tres personas menciona la pandemia como uno de los tres principales problemas de Araba, Bizkaia, y Gipuzkoa. Y los cuatro siguientes elementos también son una derivada de la crisis global: el 37,6% menciona la situación económica –hace un año era el 15%– y el 31,4% la atención sanitaria –un 9% un año atrás–. Solo el paro estaba entre las principales preocupaciones en los últimos años –ahora lo menciona un 31,8%.

Así se recoge en el nuevo informe del Barómetro social de la Universidad de Deusto, en el que también se observa una caída notable de la preocupación por elementos como las condiciones laborales –de un 23% a un 13,8% en un año–, las pensiones –del 31% al 10% y la delincuencia e inseguridad ciudadana –de un 22% a un 9%–.

La pandemia parece haber reordenado prioridades, haciendo emerger de nuevo el fantasma de una dura crisis económica. Hace un año, el 49% de los encuestados calificaba la situación económica de buena o muy buena. Ahora solo son el 28%. Y las expectativas no son mejores. Hace un año solo el 19% creía que la situación económica iba a ser peor un año más tarde. Ahora es el 35% –cifra que ha bajado, no obstante, del 44% de hace seis meses, todavía en confinamiento–.

Y es que el impacto de la pandemia se deja notar ya en los hogares. El 54,5% asegura que su situación económica ha empeorado, aunque el 31,9% confía en que será algo pasajero, mientras el 22,6% cree que podría ser duradero.

Ámbito laboral castigado

Las expectativas también han empeorado entre las personas en paro. Hace un año, el 30% consideraba muy o bastante probable encontrar trabajo en los próximos seis meses. Ese porcentaje baja ahora hasta el 17%.

Entre quienes sí tienen trabajo, destacan dos indicadores: el 48,6% asegura que su carga de trabajo ha empeorado, y el 46,8% considera que su capacidad de reclamar mejoras en sus condiciones laborales ha menguado.

La valoración de las políticas públicas desplegadas durante la pandemia tampoco parece obtener muy buena nota. La atención sanitaria de Osakidetza baja de un 7 a un 5,88, y el transporte público de un 6,5 a un 5,28. Aunque en menor medida, prácticamente todas las políticas públicas obtienen peor nota que hace un año, desde la protección del medio ambiente al servicio de empleo, pasando por las políticas de vivienda, las pensiones y las políticas sociales.

Por contra, estos meses de vulnerabilidad colectiva parece haber sensibilizado a la ciudadanía de la CAV sobre los derechos de la población inmigrante, en especial sobre su derecho a la asistencia sanitaria –de un apoyo del 58% al 63%– y al acceso a la educación –del 52% al 55%–.

Hartazgo frente al coronavirus

El barómetro también pregunta sobre los estados de ánimo ante la pandemia, entre los que domina el hartazgo, referido por el 74,2% de los encuestados, seguido de la preocupación, que el 70,8% asegura haber sentido muchas o bastantes veces. La rabia, el enfado, la tristeza y el aburrimiento también afloran, pero no solo. El 41,3% afirma haberse sentido alegre muchas o bastantes veces, y el 47,2% pocas veces.

La percepción sobre el grado de cumplimiento de las normas acerca del covid-19, por su parte, da cuenta de cierta naturaleza humana, alimentada quizá por el foco fijado durante los últimos meses en quienes no cumplían con las normas. Así, siendo 0 un mínimo cumplimiento, y 10 un cumplimiento absoluto de las normas, los encuestados se sitúan de media en un 8,57. Es decir, aseguran cumplir con la mayoría de las normas. Preguntados por el grado de cumplimiento colectivo.

Gestión política escasa

El barómetro no deja tampoco en muy buen lugar la gestión de la pandemia realizada por Lakua y por el Gobierno español. En una escala del 0 al 10, sitúa en un 4,3 la transparencia a la hora de rendir cuentas, en un 4,5 la eficiencia en la administración del dinero, en un 4,7 las políticas para reducir la desigualdad social, y en un 4,9 la eficacia de las medidas para contener la pandemia. Las notas son bastante peores en el caso del Gobierno español, ya que se sitúan, respectivamente, en un 3,5, un 3,6, un 4,1 y un 4,2.

Y es que el mensaje de la ciudadanía, según el barómetro es muy claro. El 60,1% considera que quienes tienen responsabilidades políticas deberían priorizar durante la pandemia la vertiente sanitaria de la crisis, mientras que solo el 3,4% cree que debería priorizarse el ámbito económico.

Tampoco queda muy bien parada la comunicación institucional durante la pandemia. El 58% cree que las medidas y restricciones del Gobierno español son poco o nada claras. En el caso de Lakua, la sociedad se divide entre un 50% que cree que son poco o nada claras, y otro 50% que señala que son muy o bastante claras.

Algún recelo frente a la vacuna

El barómetro también pregunta sobre la predisposición a vacunarse. Son mayoría (40,7%) quienes aseguran que se vacunarán en cuanto sea posible, sea sin ninguna duda (19,1%) o con alguna reserva (21,6%). El 40,5%, sin embargo, asegura que prefiere esperar un tiempo prudencial antes de vacunarse. El 9,9% asegura que no piensa vacunarse.

Sobre los bulos también hay titulares preocupantes a destacar. Solo el 4,7% cree que las redes 5G propagan el covid, pero un nada despreciable 31,6% cree que hay una conspiración detrás de las vacunas, mientras que nada más y nada menos que el 57,4% cree que el covid-19 es un virus creado en un laboratorio.