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La enviada de la ONU rechaza el plan de nuevas elecciones del Ejército birmano

La enviada de la ONU para Myanmar ha rechazado el plan del Ejército birmano de convocar nuevas elecciones en un año, tras el golpe de Estado que impidió al Parlamento surgido de los últimos comicios comenzar la legislatura. Ha reclamado unidad ante un Consejo de Seguridad con posturas divididas.

Cacerolada en Rangún contra el golpe de Estado. (STR / AFP)

«La propuesta de los militares para celebrar elecciones otra vez debe ser desalentada. Es importante que unamos nuestros esfuerzos para ayudar a asegurar que el Ejército respeta la voluntad del pueblo birmano y respeta las normas democráticas», ha señalado la enviada de la ONU para Myanmar, Christine Schraner Burgener, que ha tachado de ilegales la declaración del estado de emergencia y el arresto de líderes civiles.

Naciones Unidas considera que deben respetarse los últimos comicios que dejaron una victoria arrolladora de la Liga Nacional para la Democracia, encabezada por la líder de facto del Gobierno, Aung San Suu Kyi, ahora detenida.

La diplomática ha trasladado ese mensaje en una reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU, convocada de urgencia tras el golpe de Estado de ayer y en la que ha pedido unidad.

Entre las potencias con asiento permanente y poder de veto en el Consejo, EEUU ha condenado la asonada, y la ha calificado oficialmente de golpe de Estado, lo que implicará una reducción de la ayuda destinada en Myanmar.

Por el contrario, China ha afirmado que los movimientos de la comunidad internacional «no deben dañar la estabilidad» política y social de Myanmar, mientras el Gobierno ruso ha lamentado que «las fuerzas políticas del país no hayan podido resolver sus diferencias tras las elecciones parlamentarias de noviembre de 2020» y ha expresado su confianza en que los militares convoquen nuevas elecciones parlamentarias el próximo año.

Protestas

El Ejército birmano ha suspendido el tráfico aéreo internacional hasta el 1 de junio, aunque ha recuperado la emisión de medios de comunicación y la señal de teléfono y de Internet.

Cientos de diputados siguen confinados, rodeados por policías y militares.

Algunos activistas han comenzado a realizar protestas.