La demanda de las víctimas de violencia estatal toma impulso: casi mil solicitudes
El proceso para ser reconocido como víctima de tortura u otros medios de violencia estatal empieza a tomar impulso. Lakua ha indicado que hay casi un millar de solicitudes correspondientes al periodo 1978-99, para el que existe plazo hasta diciembre. Aún no hay ninguna resolución.
Tras los reiterados llamamientos de Egiari Zor para que se recorra la vía de reconocimiento y reparación de «abusos policiales» abierta por el Gobierno de Lakua, parece que el proceso empieza a cobrar fuerza. Hace un año se habían registrado unas 200 solicitudes correspondientes al periodo 1978-99 pero en la actualidad la cifra sube ya casi a un millar, según ha indicado la consejera de Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, ante una interpelación del parlamentario del PP Carmelo Barrio.
El plazo para presentar la solicitud concluye en diciembre, por lo que hay meses todavía para materializarla. Hay que detallar el caso concreto en un formulario y posteriormente participar en el proceso de valoración a cargo de una comisión formada por expertos.
En concreto, Artolazabal ha dicho que han concurrido a este proceso ya 917 personas, si bien la Comisión de Valoración no ha recabado por el momento más que 45 testimonios y no ha empezado a dictar resoluciones al respecto.
La ley de reconocimiento de víctimas policiales entre 1978 y 1999, que da continuidad a la que permitió reconocer a apenas 187 víctimas de este tipo entre 1960 y 1978, fue aprobada en el Parlamento de Gasteiz con los votos del PNV y el PSE y la abstención de EH Bildu y Podemos, que la consideraron insuficiente.
En el debate, el negacionismo policial se hizo notar con amenazas desde la tribuna por parte de representantes de Jusapol y Jucil, que se enfrentaron al parlamentario de EH Bildu Julen Arzuaga.
La cifra de víctimas en ese periodo 1978-99 es alta sobre todo si se tiene en cuenta a las personas torturadas (casi el 75% de los 4.113 casos inicialmente censados por el equipo de Paco Etxeberria fueron después de la muerte de Franco). Pero Egiari Zor y otros agentes reconocen la dificultad que está suponiendo lograr que muchas de estas víctimas concurran al proceso de Lakua, en algunos casos por desconocimiento, en otros por desconfianza, o por minusvalorar la violencia sufrida...