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La apuesta del PNV por Euro en San Mamés pende de un hilo: Madrid ya propone a Sevilla

La apuesta de instituciones vascas por San Mamés como sede de la Eurocopa está a punto de fracasar... por culpa del covid. La UEFA decidirá este lunes pero ya está cambiando sedes que no pueden acoger público, como es el caso de Bilbo, y la Federación Española ya propone cambiarlo por La Cartuja.

Aburto, el presidente de la UEFA y el entonces presidente de la FEF, Villar, en 2016. (Marisol RAMIREZ | FOKU)

La UEFA decidirá este próximo lunes si finalmente mantiene San Mamés como sede de la Eurocopa de fútbol masculina que se jugará este mes de junio y por tanto acoge a la selección española como local. Pero todo indica que no será así, porque obviamente la situación sanitaria no lo permite. Los criterios marcados por el Gobierno de Lakua para posibilitarlo resultan a todas luces imposibles de cumplir y menos con la cuarta ola en marcha.

Por dar solo dos detalles significativos, para abrir el campo el Ejecutivo Urkullu asume como necesario que la incidencia de casos haya bajado a 40 por 100.000 habitantes en los últimos catorce días en el conjunto de la CAV (cuando actualmente supera los 400) y que la inmunidad de grupo haya alcanzado el 60% (algo que en las mejores previsiones de vacunación se prevé para agosto y no para dentro de dos meses).

Con ello se vendrá abajo una apuesta polémica, que instituciones gobernadas por el PNV, y sobre todo el Ayuntamiento de la capital vizcaina, habían promovido y conseguido. La sede se vendió como una inversión meramente económica, obviando en todo el momento el significado político que conllevaría tener como local a la selección española cuando se niega la oficialidad a la vasca.

De hecho, la teniente alcalde del Ayuntamiento de Bilbo, Amaia Arregi, ha insistido en que «a día de hoy todas las instituciones vascas continuamos trabajando para que Bilbo sea sede de la Eurocopa». No obstante, ha asegurado que la RFEF no ha contactado con ellos desde hace una semana. 

Así, si se mantuviera la sede, algo que a día de hoy parece muy inverosímil, España jugaría en San Mamés ante Suecia, Polonia y Eslovaquia entre el 14 y el 23 de junio.

La novedad significativa producida este jueves ha sido que la Federación Española de Fútbol ha cambiado de caballo en la carrera por la Euro. Asumiendo que San Mamés será inviable salvo que la UEFA acepte el lunes celebrar partidos sin público, según varios medios ha planteado ya la Cartuja de Sevilla como alternativa factible.

Su propio presidente, Luis Rubiales, ha señalado que Bilbo «tiene problemas» para albergar partidos de la Eurocopa y ha considerado «que la Cartuja sería un lugar magnífico», aunque la «UEFA debe decidir». «De Sevilla como sede para la Eurocopa no quiero decir nada. Con todo el respeto para lo hecho en Bilbao, las dificultades son muchas y sería fatal que la sede se fuera a otro país», ha comentado en un encuentro informativo celebrado en la capital hispalense.

Y de hecho expertos de la UEFA están revisando el estadio andaluz que es sede de las dos finales de Copa consecutivas para comprobar su estado. Al parecer, las instituciones andaluzas serían más laxas en las condiciones para acoger público.

Dublín y Munich se caen también

Lo evidente hasta la fecha es que la UEFA quiere público en las gradas de todos los estadios, aunque sea de forma muy parcial (San Mamés ofrecía un máximo de 13.000 espectadores en caso de cumplirse las condiciones citadas). Así, en este torneo de formato descentralizado por todo el continente solo ha evitado confirmar a las sedes que no le garantizan asistencia.

Es el caso de Dublín, que va a ser sustituida por Manchester, y seguramente también de Munich, para la que se sopesan alternativas variadas en el centro-este de Europa. Junto a San Mamés también Roma pende de un hilo.