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Se agota el tiempo para los tripulantes del submarino indonesio desaparecido

Las autoridades de Indonesia han intensificado este viernes la búsqueda del submarino desaparecido con 53 personas a bordo frente a las costas de Bali. Los trabajos van al límite de tiempo porque en las primeras horas del sábado se terminará el oxígeno en el interior del sumergible.

Imagen del submarino cuando comenzaron las maniobras militares. (INDONESIA MILITARY/AFP)

El portavoz del Ejército, Achmad Riad, ha indicado en rueda de prensa que ahora hay trabajando en las operaciones de búsqueda 18 buques de la Marina, cuatro de la Policía y otros tres de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate del país.

«Está previsto que se sumen más esfuerzos. También por parte de países extranjeros», ha añadido en relación al despliegue de buques y aviones por parte de Singapur, Malasia, Australia, India y Estados Unidos, entre otros.

La búsqueda, no obstante, se lleva a cabo a contrarreloj dado que, en caso de fallo eléctrico, las reservas de oxígeno duran aproximadamente 72 horas, lo que daría a los equipos de rescate un margen de maniobra que se extendería tan solo hasta el sábado a las 3.00 horas, aproximadamente.

El miércoles, la Armada de Indonesia informó de que había perdido el contacto con un submarino que 53 personas a bordo a unos 95 kilómetros al norte de Bali, para posteriormente anunciar que creían que se hallaba a unos 700 metros de profundidad, si bien está diseñado para sumergirse en un margen de entre los 250 y los 500 metros bajo el agua.

El submarino, un KRI Nanggala 402, formaba parte de una serie de maniobras militares en las aguas de Bali. El portavoz de la Marina, Julius Widjojono, ha detallado que las primeras investigaciones apuntan a un posible daño en el tanque de combustible a causa de la presión del agua.

Objeto metálico grande

Por otra parte, la Marina anunció este jueves por la tarde que había detectado un «objeto magnético grande» no identificado entre 50 y 100 metros de profundidad, en una zona en la que se están centrando los sonares de os buques de guerra.

«Solo tenemos hasta las 3:00 am de mañana (sábado), por lo que hoy estamos haciendo el máximo esfuerzo», ha recordado Riad.

Sin embargo, una mancha de petróleo al norte de la isla de Bali, donde se hundió el sumergible, genera preocupaciones sobre una posible ruptura del depósito, o incluso una dislocación o vuelco del submarino, según los expertos.

Las autoridades militares anunciaron inicialmente que el susbmarino podría haberse hundido a una profundidad de 700 metros, una profundidad mucho mayor que aquella para la que fue diseñado.

El sumergible de fabricación alemana había solicitado permiso para bucear para ejercicios militares, incluido el fuego de torpedos, antes de desaparecer.

Poco oxígeno

En cualquier caso, la esperanza de salvar a la tripulación de 53 personas disminuye por momentos. «Si hay un daño significativo en el barco, puede significar varias cosas, por ejemplo, que el espacio disponible para la tripulación sea más limitado y que haya menos oxígeno», ha declarado Collin Koh, especialista en asuntos navales e investigador de la Escuela S. Rajaratnam de Estudios Internacionales en Singapur.

«También podría significar que los tanques de oxígeno están potencialmente dañados y eso disminuiría aún más el nivel de oxígeno», ha agregado.

Los submarinos están equipados para evitar la acumulación de dióxido de carbono, pero este equipo también podría resultar dañado lo que presentaría otro riesgo importante.

«No es sólo una cuestión de tener suficiente oxígeno, sino también el nivel de dióxido de carbono en el interior lo que podría determinar el destino de los miembros de la tripulación», ha puntualizado Koh.

Últimos precedentes de Rusia y Argentina

Indonesia nunca  había sufrido un incidente grave relacionado con un sumergible, pero otros países se han visto afectados por accidentes submarinos mortales en las últimas décadas.

En 2000, el submarino de propulsión nuclear Kursk, el buque insignia de la Flota del Norte de Rusia, se hundió durante unas maniobras en el Mar de Barents (noroeste de Rusia), provocando la muerte de 118 tripulantes.

Más recientemente, en 2017, el submarino de la flota argentina San Juan, con 44 marineros a bordo, desapareció a unos 400 kilómetros de la costa argentina.