Un tribunal militar israelí prolonga el arresto de Juana Ruiz (HWC), detenida sin cargos
Un tribunal militar israelí ha extendido otros siete días el arresto de Juana Ruiz Sánchez, conocida también como Juani Rinshmawi, que está detenida, incomunicada y sometida a interrogatorios por el Ejército desde hace dos semanas. Es trabajadora de HWC, con vínculos con el internacionalismo vasco.
Un tribunal militar israelí ha extendido otros siete días el arresto de Juana Ruiz Sánchez, trabajadora de la organizacion humanitaria Health Work Committees (HWC), que está detenida, incomunicada y sometida a interrogatorios por el Ejército desde hace dos semanas. La decisión se ha producido tras la cuarta audiencia judicial sobre su caso, que ha tenido lugar en la Corte militar de la prisión israelí de Ofer.
La nueva vista, por tanto, tendrá lugar el próximo domingo por la mañana.
Según ha señalado a Efe un portavoz del Ejército, Ruiz Sánchez, de 60 años, fue detenida acusada de lavado de dinero en un caso que involucraría al Frente Popular para la Liberación de Palestina.
El Ejército israelí detuvo el 13 de abril en su casa de Beit Sahur, cerca de la ciudad palestina de Belén. El despliegue del Ejército sionista estuvo formado por veinte soldados que irrumpieron en su domicilio, intimidando a su esposo palestino y a su suegra, según han relatado testigos. Desde entonces, está incomunicado y sometida a interrogatorios que se prolongarán al menos hasta hoy.
Juana Ruiz es de origen castellano y lleva residiendo en Palestina desde hace 35 años. En su labor dentro de HWC ha mantenido contacto con internacionalistas de todo el mundo que han acudido a Palestina, incluidos a los brigadistas vascos que acuden periódicamente a ese país para denunciar la ocupación sionista. En este marco, ha visitado Euskal Herria en varias ocasiones.
Estos colectivos han puesto en marcha un manifiesto para reclamar la inmediata puesta en libertad de Ruiz y en el que denuncian que este operativo busca criminalizar la cooperación con las organizaciones humanitarias palestinas, que habitualmente reciben financiación pública.
«La HWC ha realizado decenas de proyectos sanitarios y sociales con ayuda de la cooperación de nuestro páis. Son actividades como llevar la prevención sanitaria a las aldeas de Cisjordania, vacunar a los niños y niñas de Jerusalén Este que el Gobierno israelí se ha negado a realizar, llevar la salud prenatal y natal a las mujeres de Cisjordania, realizar campañas de información y formación en innumerables cuestiones relacionadas con la salud, con los hábitos sanitarios o con la prevención de enfermedades más comunes en la zona, atender gratuitamente al 40% de sus pacientes en las catorce clínicas que tiene HWC por el territorio bajo la Autoridad Palestina y otras actividades que difícilmente podrían considerarse sospechosas de constituir ninguna clase de delito», señala el manifiesto.
«A pesar de su carácter humanitario y sanitario, o quizás precisamente por eso, la HWC está siendo atacada intermitentemente por el Estado de Israel en una política de represión, desgaste y desmantelamiento de las organizaciones de la sociedad civil palestina», añade.