La abogada de los ex-Brigadas Rojas detenidos denuncia «una traición incalificable de Francia»
El presidente Emmanuel Macron ha puesto en marcha una operación de extradición a Italia de antiguos militantes de las Brigadas Rojas –grupo armado disuelto a finales de los años 1980–. En opinión de sus abogados, estos arrestos incumplen «la palabra de Estado» por la que recibieron asilo político.
La abogada de cinco de los siete antiguos militantes de las Brigadas Rojas italianas (Brigate Rosse) que han sido detenidos este miércoles en el Estado francés a petición de Roma ha denunciado esta operación como «una traición atroz de Francia».
«Estoy indignada y no tengo palabras para describir esta operación, que parece una mini-razzia», ha declarado a AFP Irène Terrel tras el anuncio de los arrestos de cinco hombres y dos mujeres, condenados en Italia por «actos de terrorismo» cometidos durante los años 1970-80.
Según el Elíseo, la decisión de trasladar a la Justicia francesa las demandas de extradición de estos siete antiguos brigadistas y de otros tres que no han sido hallados en sus domicilios «ha estado tomada por el presidente» Emmanuel Macron «y se inscribe estrictamente en la ‘doctrina Mitterrand’», que otorgó el asilo a los militantes de aquel grupo armado «salvo por crímenes de sangre».
Para Terrel, que se ha mostrado escandalizada por lo sucedido, «fue Francia quien les dio asilo, las autoridades, la derecha y la izquierda al unísono, y no François Miterrand».
«Bajo protección de Francia desde los años 1980»
«Desde los años 1980, estas personas están bajo la protección de Francia, han rehecho su vida aquí durante 30 años, con sus hijos, sus nietos... ¿y vienen a buscarlos de madrugada 40 años después de los hechos?», ha indicado indignada.
«Es atroz y resulta inadmisible en Derecho», ha añadido, indicando que impugnará estos procesos de extradición.
Entre los clientes de Terrel que han sido detenidos figura Marina Petrella, de 66 años, exmilitante de las Brigadas Rojas condenada a cadena perpetua y a quien el Estado francés concedió el asilo político.
El presidente Nicolas Sarkozy se opuso a su extradición en 2008, que había sido autorizada por la Justicia, en razón de su estado de salud.
No vivían en la clandestinidad
El abogado de otro de los detenidos, Enzo Calvitti, también ha protestado por una decisión que ha calificado de «incomprensible».
«El Estado se comprometió a que no habría extradición pese a las reiteradas peticiones de los italianos. Entonces, ¿por qué este giro?, ¿es la negación de la palabra de Estado?», ha comentado Jean-Louis Chalanset en declaraciones a AFP.
El letrado ha precisado que Calvitti vive en el Estado francés con un permiso de residencia –«para nada de forma clandestina»– y que durante mucho tiempo ejerció como psicoterapéuta, hasta que recientemente se jubiló.