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Ataque a una base del Ejército en Afganistán en el inicio de la retirada estadounidense

Varios ataques contra bases del Ejército en Afganistán han marcado el inicio oficial de la retirada de los últimos soldados de EEUU. Cuando se complete se pondrá fin a una guerra de 20 años y, al mismo tiempo, se abrirá un periodo de gran incertidumbre por la creciente influencia de los talibanes.

Tropas estadounidenses esperando a embarcar en un Hercules en Lashkar Gah (Foto: Wakil KOHSAR | AFP)

Al menos dos militares han muerto y otros 25 han resultado heridos en un ataque contra una base de la Fuerza Aérea en la provincia de Parwan, en el este del país. Otras fuentes informan de que los soldados habrían muerto a causa de la explosión de una bomba depositada en las inmediaciones de la base de Bagram.

Desde que EEUU anunció la retirada de sus tropas del país el 14 de abril, decenas de militares y civiles han muerto diariamente en ataques llevados a cabo por los insurgentes talibán. Las estadísticas del Gobierno indican que 226 civiles y militares habrían muerto en ataques de los talibán desde mediados de abril, de los cuales unos 70 serían civiles.

Este mismo sábado, las autoridades han indicado que se ha producido un ataque contra un puesto del Ejército en la ciudad de Ghazni, que se habría saldado con 30 militares desaparecidos.

El enfrentamiento entre los talibán y los militares habría durado horas, según ha informado la cadena de noticias Tolo, que ha señalado de que el puesto habría quedado en manos insurgentes.

Comienzo oficial de la retirada

Estos ataques se producen cuando se inicia oficialmente la última fase de la retirada de los soldados de EEUU de Afganistán. En la práctica, el proceso de retirada ya está en curso, según los responsables estadounidenses. La fecha del 1 de mayo es sobre todo simbólica. Se trata del plazo fijado en el acuerdo firmado en febrero de 2020 en Doha, Catar, con los talibanes por la antigua administración de Donald Trump.

En los últimos días, el cielo de Kabul y la base aérea cercana de Bagram registraron un trasiego inusual de helicópteros estadounidenses encargados de preparar esta retirada que concluirá el 11 de septiembre, fecha del 20 aniversario de los atentados de 2001 contra las Torres Gemelas.

Los aliados de la OTAN empezaron el jueves a retirar los contingentes que conforman la misión Apoyo Decidido (Resolute Support) y cuya salida debe hacerse de manera coordinada con Washington.

Por otra parte, las fuerzas de seguridad afganas están en estado de alerta por miedo a ataques contra las fuerzas estadounidenses durante su retirada. «Los talibanes podrían intensificar la violencia», declaró el ministro de Interior, Hayatulá Hayat a los responsables policiales, según informa AFP.

La guerra más larga

El presidente estadounidense, Joe Biden, confirmó a mediados de abril la retirada de los 2.500 soldados todavía presentes en Afganistán. «Ha llegado la hora de poner fin a la guerra más larga de EEUU», declaró entonces. Estimó que el objetivo de la intervención, que era impedir a Afganistán servir de nuevo de base a ataques contra su país, se ha cumplido.

Por su parte, los talibanes consideran que la retirada debió haber terminado el 1 de mayo y que mantener tropas después de esta fecha es una «clara violación» del acuerdo con Washington. «Ello abre en principio la vía a nuestros combatientes para que adopten las acciones apropiadas contra las fuerzas invasoras», declaró a la AFP Mohammad Naeem, un portavoz del grupo.

EEUU intervino en Afganistán a raíz de los atentados de 2001 contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono. Expulsó del poder a los talibanes, acusados de haber dado cobijo a Al Qaida responsable de los atentados, antes de que el conflicto se estancara. En el momento álgido de su presencia, en 2010-2011, había unos 100.000 militares estadounidenses desplegados. Más de 2.000 estadounidenses y decenas de miles de afganos han perdido la vida en el conflicto.

Desde la firma del acuerdo de Doha, los talibanes se han abstenido de atacar directamente a las fuerzas extranjeras. No así con las tropas gubernamentales, a las que acosan en las zonas rurales mientras siguen atacando en las grandes ciudades con ataques selectivos.

Sin embargo, el viernes hicieron estallar un coche bomba la ciudad de Pul-e-Alam. Las autoridades informaron hoy de que hay 24 personas muertas y 110 heridos, entre ellos 16 niños. Según explicó el portavoz gubernamental, la mayoría de los muertos por la fuerte explosión son estudiantes del distrito de Azra que habían acudido a la capital para presentarse a un examen de acceso a la universidad.

Entre los heridos hay al menos 16 niños y once médicos de un hospital adyacente que resultó afectado por la deflagración. El centro médico sufrió numerosos daños que obligaron al personal sanitario a atender a los pacientes entre cristales rotos.

Temor a un nuevo caos

El anuncio de la retirada de los estadounidenses no ha hecho más que agravar el miedo de los afganos, que temen que los talibanes regresen al poder e impongan el régimen fundamentalista que implantaron cuando gobernaron entre 1996 y 2001.

«Todo el mundo tiene miedo de regresar a los días oscuros de la era talibán», declaró a AFP Mena Nowrozi, una trabajadora de la radio privada Kabul. «Los talibanes siguen siendo los mismos, no han cambiado. EEUU debería haberse quedado al menos uno o dos años más».

El presidente afgano, Ashraf Ghani, asegura que las tropas gubernamentales, que después de varios meses luchan solas en el terreno –aunque con el apoyo aéreo estadounidense–, son «totalmente capaces» de resistir a los insurgentes.

Ghani estima también que la retirada estadounidense significa que los talibanes se quedarán sin excusas para seguir luchando. «¿A quién matan? ¿Qué destruyen? Ahora se ha acabado el pretexto de matar a los extranjeros», señaló hace unos días durante un discurso.

Pero el jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley, reconoció el miércoles que no se puede descartar que haya un caos total. «En el peor de los casos, tendremos el desmoronamiento del gobierno afgano, el desmoronamiento del ejército afgano, una guerra civil, la catástrofe humanitaria que la acompaña y el retorno potencial de Al Qaida», reconoció a AFP.

No hay ninguna garantía de que los talibanes no vayan a atacar a las tropas estadounidenses o de la OTAN durante su retirada. Si lo hacen, lo harán «para ensangrentar la nariz de un enemigo vencido y para humillarlo un poco más», declaró a AFP el experto independiente Nishank Motwani.

Para Andrew Watkins, analista del International Crisis Group, las próximas semanas permitirán al ejército afgano y a los talibanes «luchar y evaluar al adversario sin el factor adicional que era EEUU».