Los votantes, entre largas colas y los permisos en el trabajo
La atípica jornada electoral autonómica se desarrolla con normalidad, pero con una espera más grande de lo usual y bajo un solazo de primavera. Muchos se ven obligados a maniobrar entre la rutina laboral y el poder sufragar.
Más de cinco millones de ciudadanos de la Comunidad de Madrid están habilitados para votar este martes y comenzaron a las 9.00 de la mañana a hacerlo con la normalidad que permite la situación de estar convocados a las urnas un martes laborable tras un fin de semana puente (ayer aquí fue festivo).
Desde el domingo de Pascua que no había un cielo tan despejado con un sol radiante y una temperatura primaveral, algo que siempre facilita la participación electoral y el traslado a los centros de votación, que estaban repletos desde bien temprano (el ciento por ciento de las mesas pudieron ser habilitadas, según confirmó la autoridad electoral).
La nota de la primera mañana la dieron activistas de Femen, que se concentraron en señal de protesta frente al colegio San Agustín, del norteño distrito de Chamartín, donde votó la candidata de Vox a presidenta regional, Rocío Monasterio. «Al fascismo, ni voto ni permiso!», gritaron, mientras fueron reducidas por efectivos de la Policía Nacional desplegados en la zona.
La presidenta y candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, ha votado con normalidad cerca de las 11:00 en un colegio del distrito de Chamberí. Fue recibida con aplausos de algunos hosteleros de la zona que la vieron pasar y se hizo ‘selfies’ con algunos de sus compañeros de cola.
Las frases que más se leían esta jornada en la mensajería telefónica y Twitter tenían que ver con las largas colas que se encontraban los votantes al llegar a los centros, algo inusual ya que al menos en esta capital no suelen crearse aglomeraciones en los días de comicios.
Será porque se trata de un día hábil y la gente buscó votar antes de las 18:00, o porque ha habido una mayor participación, pero lo cierto es que en algunos centros de votación había colas que se perdían a lo lejos de lo largo que eran. «Fue interminable, tuve que hacer más de 400 metros de cola bajo el sol», ha relatado Rubén a NAIZ, un vasco residente en el distrito de Hortaleza (oriente de la capital) desde hace varios años.
De 52 años, Rubén ha votado a Unidas Podemos por «tradición de izquierdas» y porque le teme a un ascenso de la ultraderecha. Uno de los cientos de miles que hace un año realiza teletrabajo, eligió el mediodía como el mejor momento para interrumpir su rutina y sufragar.
Por su parte, Manuel, de 33 años, quien trabaja como funcionario en una de las áreas del Ministerio de Cultura, acudió sobre el final de su jornada. Uno de los casi 100.000 extremeños que viven en Madrid, hace años vota en el mismo centro, que hoy encontró sorpresivamente atestado de gente. «Me he cruzado con tres colegios electorales y he visto mucha más participación, largas colas desde primera hora. En el mío fueron 35 minutos de espera», señala.
Manifiesta tener «esperanza» y asegura desear un «cambio». No dice a quién ha votado pero, como un suspiro de resignación, expresa su anhelo de que «las izquierdas lleguen a un entendimiento». Sobre la convocatoria anticipada de elecciones, la considera una «irresponsabilidad en medio de la pandemia» pero hoy está «contento que así haya sucedido y haber votado».
El Gobierno madrileño informó días pasados de que el voto por correo para estos comicios había aumentado un 41% con respecto a los datos de las últimas elecciones, ocurridas a fines de mayo de 2019. En aquella oportunidad hubo 158.000 votos por correo y esta vez casi el doble.
Un dato para el optimismo de los partidos de izquierda y sus posibilidades es que para las 11:00 de hoy seguía habiendo más colas para votar en el sur que en el norte, según el control de aforos en los colegios electorales que dispuso el gobierno regional.
También puede alentar los ánimos que a mitad de la jornada se registraba un 4% más de afluencia electoral en las ciudades de entre 50.000 y 250.000 habitantes (el promedio total es de 2,2%). En el ‘cinturón rojo’ del sur de la capital del Estado están los cinco mayores municipios de la región con alrededor de 200.000 personas cada uno y son el bastión del progresismo.
Por supuesto, lo que estuvo omnipresente y evidente en todo momento es la pandemia. Las autoridades pidieron que los mayores de 65 años acudieran a los centros de votación entre las 10:00 y las 12:00, aunque no es algo que se haya respetado a rajatabla.
Las colas también se explican porque el operativo estuvo organizado para que no haya aglomeraciones dentro de los colegios, en cuyas puertas esperaba una funcionaria con alcohol en gel y otra que entregaba mascarillas.
En dos semanas se sabrá si esta movilización tiene o no impacto en las cifras de contagios.