INFO

El Gobierno de Urkullu no renuncia a intentar parcelar a la oposición

PNV y PSE parecen haber decidido perdonar a Elkarrekin Podemos-IU el pecado de haber votado a favor de la reprobación de la consejera de Salud y seguirán buscando un acuerdo con la formación morada en la dudosa Ley Antipandemia. El objetivo final es parcelar a la oposición en buenos y malos.

El entonces líder de Podemos, Lander Martínez, felicitado por el lehendakari tras la aprobación de los presupuestos de 2020. (Raúl BOGAJO/FOKU)

El Gobierno de Urkullu, o mejor dicho sobre todo el PNV, está tratando de abrir una brecha entre EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU que tantas veces coinciden en sus labores de oposición. Y no lo disimula. En una entrevista de esta semana en Onda Vasca, Iñigo Iturrate –controller de Sabin Etxea en el Parlamento– dejó claro que «hay una especie de coalición perversa en la Cámara compuesta por EH Bildu, PP+Cs y Vox que trata de traer aquí la foto de Colón». A renglón seguido, alabó el «trabajo de oposición firme y constructiva» que está desarrollando en los últimos meses», Elkarrekin Podemos-IU. Para Iturrate, «este sí es un mensaje bueno que la clase política puede trasladar a la ciudadanía. Alejarnos del cortoplacismo y evitar sobre todo el descrédito de la política. Tenemos que decir que los acuerdos son viables y confiamos en que con Elkarrekin-Podemos se vayan materializando».

PNV y PSE están negociando con la formación morada la llamada Ley Antipandemia, pues aunque tienen mayoría absoluta para sacarla por sí solos, parece estar haciéndoles mella que toda la oposición les acuse de ignorarles. Al mismo tiempo, o quizá por encima de ello, hay un interés manifiesto por ir estigmatizando a EH Bildu.

A los partidos del Gobierno pareció sorprenderles que Elkarrekin Podemos-IU se sumara a la reprobación de Gotzone Sagardui, consejera de Salud, en el pleno del jueves.  Llamativamente, fue el representante del PSE, Ekain Rico, quien más crítico se mostró con el posicionamiento de la formación morada, y eso que ambas fuerzas son socios de coalición en el Gobierno que preside Pedro Sánchez.

Los jeltzales abonaron una abstención de EP-IU, opción que en algún momento se defendió dentro de la coalición morada, aunque quedó finalmente descartada. «No podíamos hacer otra cosa», comentaron fuentes del grupo a este diario.

Pero da la impresión de que los jeltzales han decido poner las luces largas en este caso y, una vez salvada la consejera de Salud con su mayoría absoluta, siguen adelante con la estrategia de parcelar la oposición.

Era llamativo leer en medios cercanos a Sabin Etxea fórmulas para exculpar a EP-IU del pecado de haber coincidido con el resto de la oposición. «Podemos vota la reprobación de Bildu, pero no da por hecho que la consejera haya mentido con las vacunas irregulares». Bueno, su portavoz, Jon Hernández, dijo que la versión oficial tenía partes «poco verosímiles».

Además, estos medios destacaban que la formación morada no había querido «dictar sentencia». Y es cierto. Pero no lo es menos que también dijo desde la tribuna de oradores, y así consta en el diario de sesiones,  que «todos los grupos de la oposición ya planteamos en su día de una manera u otra que entendíamos que la consejera debía de dejar el cargo como asunción de responsabilidad política de lo sucedido».

Jon Hernández tampoco pasó por alto que «Elkarrekin Podemos-Izquierda Unida planteó la necesidad de que la consejera se hiciera a un lado cuando conocimos los famosos mensajes que había intercambiado el director del hospital Santa Marina».

El voto de Elkarrekin Podemos-IU a la reprobación rompió la comparación con «la foto de Colón» ideada por el PNV, se ve que más como malevolencia que por la búsqueda de eficacia comunicativa. Aunque el argumentario jeltzale insista en que EH Bildu y PP-Cs han coincidido 137 veces en votaciones en el Parlamento de Gasteiz, va a ser difícil convencer a la ciudadanía de que ahí hay una comunión entre los dos extremos del arco ideológico.

La mala suerte de la fábrica de mensajes de Sabin Etxea hizo que, además de sumarse los morados a la votación de la reprobación de la consejera de Salud, a la sesión faltara por enfermedad la parlamentaria de Vox. Sin el partido de ultraderecha no hay referencia convincente posible a Colón.

Es más, se ve que aunque en el PP se dicen gente de orden, al final no creen demasiado en la palabra de vasco o vasca y acabaron absteniéndose ante la propuesta de EH Bildu.

Lo ocurrido en el pleno del jueves parece no haber repercutido en la negociaciones de la llamada Ley Antipandemia entre PNV-PSE y Elkarrekin Podemos-IU, una proposición en la que expertos juristas ven muchas lagunas técnicas y cuya eficacia fuera del estado de alarma resulta cuestionable.

Presupuestos de 2020

La colaboración entre Elkarrekin Podemos-IU con el Gobierno de coalición de Iñigo Urkullu ya se estrenó a finales de la legislatura pasada, cuando el grupo liderado entonces por Lander Martínez contribuyó a la aprobación de los presupuestos de la CAV de 2020. Aquello dio grandes réditos al Ejecutivo, aunque es más dudoso lo que la formación morada sacó en limpio, puesto que el grado de ejecución de las enmiendas acordadas no ha gustado al actual grupo parlamentario de Elkarrekin Podemos-IU, según dejó claro su portavoz, Miren Gorrotxategi.

Tampoco cabe olvidar que los dos parlamentarios de Ezker Anitza-IU votaron en contra de los presupuestos pactados por sus compañeros de Podemos y Equo. La imagen de Lander Martínez felicitado por el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el consejero de Hacienda, Pedro Azpiazu,  se cuenta como uno de los factores que llevaron a que su candidatura en tándem con Rosa Martínez fuera derrotada en las primarias de Podemos por la encabezada por Miren Gorrotxategi. Luego llegaron las elecciones autonómicas del 12J y los que eran 11 quedaron en 6.

Pero en la pasada legislatura, PNV y PSE estaban a un voto de la mayoría absoluta y, por tanto, tenían mayor necesidad de acuerdos. Esta situación llevó a algún jeltzale a hacer incluso alguna maniobra de dudosa moralidad. Cuando ya se conocía que Pili Zabala se encontraba en horas bajas dentro de su propio grupo e incluso físicamente apartada dentro del edificio del Parlamento, en un viaje a Catalunya, medio en broma y mas bien en serio, le propuso que se pasara al Grupo Mixto, calculando que fuera de la disciplina morada se podría convertir en un apoyo para la red Urkullu.

Ahora PNV y PSE disponen de esa mayoría absoluta que echaban de menos y bien que alardean de ella. No necesitan de Elkarrekin Podemos-IU ni de nadie para aprobar ninguna ley. Tampoco han cambiado su práctica de no dialogar de nada con la oposición que, por ejemplo, se enteró del final de la búsqueda de Joaquín Beltrán por los medios, después de haber estado la Comisión de Medio Ambiente el lunes en Zaldibar.

Lo que buscan ahora es otra cosa: tratar de vender la imagen de una oposición buena y otra intransigente.