La victoria de San Pablo Burgos (82-88) ante Estudiantes da una vida extra a Bilbao Basket
En un partido de despegues visitantes y remontadas locales, el acierto en los triples del cuadro castellano ha sido esencial ante un Estudiantes que se ha negado a perder. Bilbao Basket debe ganar el domingo al mediodía a un Joventut que no se juega nada porque acabará séptimo gane o pierda.
MOVISTAR ESTUDIANTES 82 - SAN PABLO BURGOS 88
Se acabó el tiempo de las excusas y de las miradas de reojo. RETABET Bilbao Basket necesitaba una victoria de San Pablo Burgos para depender de sí mismo y ya lo tiene. Es decir, que los hombres de negro lograrán la permanencia si son capaces de ganar el domingo al mediodía al Joventut en Miribilla. Y si pierden, caerán a la LEB Oro junto con Acunsa Gipuzkoa Basket.
En la larga entrevista que ofreció Fidel Castro Ruz a la periodista Katiuska Blanco –«Fidel Castro Ruz. Guerrillero del tiempo», libro editado por Txalaparta– el viejo comandante asumía que tras es triunfo de la Revolución en Cuba, «todo lo que hiciéramos iba a ser responsabilidad nuestra». Esa consciencia autocrítica e implacable hasta consigo mismo es lo que precisa Bilbao Basket ahora que la luz al final del túnel muestra su belleza cegadora, pero al mismo tiempo el techo del túnel se tambalea a punto de caerse sobre su cabeza. Los hombres de negro se habrán dejado las uñas ante los coletazos de un Estudiantes mermado hasta la lástima, pero el resultado de la espera y el sufrimiento ha valido la pena. Los bilbainos dependen de sí mismos, y no todos pueden decir lo mismo.
Tampoco San Pablo Burgos ha jugado en el WIZink Center con intención de verlas venir. Los de Joan Peñarroya seguramente prefieran acabar en sexto lugar la Fase Regular y vérselas con el Lenovo Tenerife de Txus Vidorreta y no ante el Barça, algo que les hubiera pasado en caso de perder y ante la victoria de la Penya en Miribilla. Por ende, los flamantes bicampeones de la FIBA BCL han saltado a la cancha con ganas de poner las cosas en su sitio.
El primer tiempo muerto de «Jota» Cuspinera ha sido con 6-14 en el marcador, y tras el parón, McFadden ha anotado el primero de sus cuatro triples, con tiro adicional incluido: 6-18.
Ante un Estudiantes mermado en su juego interior tras los positivos por covid-19 de Djurisic y Arteaga, las continuaciones con Kravic han traído puntos fáciles para el cuadro castellano, que virtualmente han sentenciado el partido con el 18-30 con el que ha terminado el primer parcial.
Pero nunca hay que fiarse de un rival herido y Estudiantes no es otra cosa que un equipo que se desangra año a año. Ángel Delgado ha tomado el peso de la escuadra del Ramiro en sus espaldas y junto con los jóvenes Varela, Adams Sola y Domínguez, más un Avramovic también muy metalizado, se ha puesto a la tarea de remontar, al punto de arrimarse 39-40 antes del descanso, aunque un breve arreón de los de Peñarroya haya dejado el luminoso con 43-47 camino de los vestuarios.
Tira y afloja
Un parcial de 6-0 ha adelantado a los de «Jota» Cuspinera nada más arrancar el tercer cuarto. En ese momento, Bilbao Basket ha sido equipo de LEB Oro sin remedio alguno. Por fortuna para Bilbao Basket y su sufrida afición, Xavi Rabaseda ha replicado con un triple en la siguiente jugada y los de Peñarroya, con Omar Cook dando un paso adelante a la hora de frenar a Avramovic y rifar desde lejos, se ha escapado con un parcial de 1-8 para volver a tomar la delantera, con un 50-58 en el marcador.
Estudiantes, después del tiempo muerto de su entrenador, ha reaccionado apretando atrás y con el prometedor escolta Rubén Domínguez, y, sin necesidad de irse a cada pequeño parcial, respondiendo a todos los intentos de escapada de San Pablo Burgos. Los castellanos han vuelto a tomar la iniciativa, pero han vivido más del acierto puntual y del talento de sus jugadores que de la fluidez de su juego, incómodos ante un rival que ha mordido en este duelo más que en toda la campaña, empujando por esa pulsión de vida de las situaciones desesperadas. Con todo, San Pablo Burgos ha alcanzado el último cuarto con 60-67 a su favor.
No ha tardado el cuadro castellano en escaparse 62-72, pero el joven Nacho Varela se ha mostrado con mucho carácter y rápidas manos para, con sus «bombitas» y un par de robos, volver a arrimar a los del Ramiro hasta el 66-72.
El acierto desde la larga distancia ha resuelto muchos ataques a los de Peñarroya, pero Zeljko Sakic ha contestado con la misma moneda para dar puntos a un Estudiantes que se ha negado en redondo a tirar la toalla, por muy asolado que haya jugado por las bajas y la necesidad.
San Pablo Burgos ha tenido otro estirón, al punto de irse hasta el 76-86. Parecía el definitivo y lo ha sido, pero no sin antes de sufrir el enésimo achuchón de Estudiantes, que de la mano de Adams sola y Sakic se ha arrimado 82-86 y con posesión de balón.
Por fortuna para Bilbao Basket, los de «Jota» Cuspinera no han anotado y en la última jugada, Alec Brown ha pagado su frustración con una antideportiva sobre Jasiel Rivero. Al final, los castellanos han conseguido amarrar el partido desde la línea de tiros libres, y gracias a ello Bilbao Basket tiene una vida extra que deberá aprovechar el domingo al mediodía ante un Joventut que no se juega nada, porque acabará en séptimo lugar gane o pierda.